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Una joven romería de 518 años

Una joven romería de 518 años

La tradición de peregrinar a Armentia por San Prudencio comenzó una mañana de abril de 1498

Sergio Eguía

Miércoles, 6 de abril 2016, 12:08

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Por más vueltas que se le quiera dar, la razón por la que los vitorianos acuden cada 28 de abril a las campas de Armentia es sencilla. Vuelven porque lo pasaron bien el año anterior; porque hay comida y bebida para un regimiento y porque cuando Lorenzo aprieta, más en el día de santo meón, hay pocas cosas mejores y más baratas que tirarse en la hierba y charlar con los amigos. Así que la pregunta debería ser por qué se le ocurrió a alguien empezar con la costumbre. Como en la bicicleta, lo difícil es la primera pedalada. Luego la inercia mantiene el equilibrio.

Lo curioso es que seguramente la primera vez que se marchó a Armentia no se hizo por voluntad propia. Al contrario. Según parece, allá por el año 1498 las ordenanzas de la entonces iglesia colegial de Santa María -hoy catedral- dictaban que los canónigos tenían la obligación anual de trasladarse a Armentia a decir misa el día de San Prudencio. La celebración, que el calendario de festividades observadas por el Ayuntamiento de Vitoria recoge por primera vez en 1483, tenía lugar en un día sin especificar de abril. Así que cuando ya calentaba la primavera, los hombres santos del momento se calzarían sus bambas y hasta Armentia que se iban a rezar un rato. Con ellos, como era habitual, los mandamases de la urbe. Es probable que popularmente los actos en honor del santo alavés -si realmente era alavés- ya vinieran de largo. En cualquier caso, no hay constancia escrita anterior al final del siglo XV de esta peregrinación al que aceptamos como pueblo natal del que fuera obispo de Tarazona.

Oficial desde 1644

De la obligación fue naciendo la costumbre. Ya solo había que arreglar unos flecos para que la cosa cuajara del todo. Como en la famosa novela de Ken Follet, al templo le faltaba una reliquia que venerar. Afortunadamente, casi un siglo más tarde (1580) se logró trasladar los restos de Prudencio, al menos una parte de ellos, desde el monasterio riojano de Monte Laturce donde los custodiaban. El pueblo los recibió con algarabía y animado desde los conventos vitorianos participó en una suntuosa procesión. La cosa marchaba y era hora de concretar fechas. En 1644 Álava tomó oficialmente a San Prudencio como patrón. La fiesta empieza a celebrarse el 28 de abril.

Luego llegó la costumbre de comer perretxikos, caracoles y rosquillas de anís. Las exhibiciones de herri kirolak. Incluso lo de que el diputado general bailara un aurresku después de la misa mayor. Sobre por qué llueve tanto este día nadie da razón. A muchos de los que el último domingo de mes acudan a Armentia les interesará poco o nada el origen de la fiesta o continuar con tradiciones un tanto 'absurdas' como rodear la ermita. Sin embargo, no es mala idea que dediquen un tiempo a pensar en que la alegría y el buen rato que van a compartir con los amigos en las campas también lo comparten de alguna forma con los millones de personas que han vivido en Álava en los últimos cinco siglos.

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