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Víspera sin mañana

Víspera sin mañana

Los llamados 'padres' de la prisión permanente se disponen a movilizarse contra el PSOE, porque dicen que sus bases se pueden caer por su propia base

Manuel Alcántara

Viernes, 16 de marzo 2018, 00:45

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El único español que todavía no tiene miedo al naufragio es Iñaki Urdangarin, que supo elegir su tabla de salvación. Los llamados 'padres' de la prisión permanente se disponen a movilizarse contra el PSOE, porque dicen que sus bases se pueden caer por su propia base. ¿Cómo se protege a los más vulnerables, si los más vulnerados somos todos? Subir las pensiones más cutres es muy dificultoso, porque lo son todas, salvo la de algunos políticos que escaparon a tiempo para que el derrumbamiento no les atrapara bajo sus despojos. La pregunta es quiénes son los más vulnerables, pero hay una gran competencia. Mientras Rajoy supedita una subida de las pensiones a que haya Presupuesto. Lo presumible es que no los haya hasta dentro de mucho tiempo, pero nadie sabe lo que el Tiempo, si se escribe con mayúscula, tiene dentro.

Los padres y demás parientes, que dicen las esquelas, esperan a que el Tribunal Constitucional se actualice. Quieren enviarlos al Congreso a finales de este mes para que sean debatidos y votados por los grupos parlamentarios. Es tristemente cierto que las ideologías se han transmutado en agendas de colocación, pero tampoco los agentes se muestran unánimes. Hay demasiados médicos de cabecera mientras el enfermo agoniza. La divulgación de noticias falsas jamás ha curado a enfermos imaginarios, ya que sus dolencias son reales y la realidad es lo más prespetable del mundo, aunque le faltemos todos el respeto. Mientras, las calles se llenan de jubilados que han olvidado su júbilo y lo han reemplazado por un cabreo sordo, pero perfectamente audible. La Seguridad Social tiene hoy menos afiliados que nunca. Lo que llaman los sociólogos la «fría elocuencia de los datos» se impone a los discursos. La gente los oye llover aunque no llueva a gusto de casi nadie.

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