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Aitor Esteban, en el Congreso. E. C.
Las urgencias del PNV

Las urgencias del PNV

Un acuerdo en Cataluña permitiría a los jeltzales pactar el Presupuesto con Rajoy y orillar los casos De Miguel y Margüello

Alberto Ayala

Martes, 20 de marzo 2018, 00:29

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El PNV tiene desde ayer un segundo frente judicial del que ocuparse y preocuparse. Y, de nuevo, por otro presunto escándalo de corrupción en esta Euskadi no tan limpia de polvo y paja.

Desde enero, la Audiencia de Vitoria, juzga, como saben, el denominado 'escándalo De Miguel'. En el banquillo de los acusados, el exnúmero dos de la formación jeltzale en Álava -que en pocos meses iba a ser promovido a la presidencia regional-, Alfredo De Miguel, y casi una veintena de dirigentes, cuadros y militantes peneuvistas.

Pues bien, desde ayer, la Audiencia de Bizkaia examina el 'caso Margüello'. Otro presunto escándalo de tráfico de influencias, malversación y prevaricación por el que el ministerio público reclama 28,5 años de cárcel a un exviceconsejero y a dos exdirectores del Gobierno vasco nombrados por Gabriel Inclán, consejero peneuvista de Sanidad con el exlehendakari Juan José Ibarretxe.

Entre ambos juicios un nexo en común, la militancia en el PNV de quienes ocupan los banquillos. Pero también diferencias.

El 'caso De Miguel' se destapó por la denuncia de una empresaria presuntamente extorsionada por 'Txitxo' DeMiguel y los suyos. El Margüello, por quien fue consejero de Sanidad del Gobierno socialista de Patxi López, Rafael Bengoa.

Por otra parte, y tras un primer momento de dureza, el PNV ha mostrado una cierta empatía con los procesados por el 'caso De Miguel'. Una actitud que no ha sido la misma con quien fue director de Calidad del hospital de Cruces Juan Carlos Margüello y sus presuntos compinches.

No creo que sea necesario explicar la incomodidad del partido de Ortuzar ante semejante situación. Así que, si en circunstancias menos molestas, el PNV estaría encantado de protagonizar la actualidad politica por sus negociaciones con el Gobierno Rajoy para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018, no digamos ya en éstas.

Pero los jeltzales condicionaron cualquier nuevo acuerdo con el líder del PP al final de la suspensión de la autonomía catalana, del 155. Final que, por ahora, no llega. Tres meses después de las autonómicas del 21 de diciembre las fuerzas soberanistas (Junts per Catalunya, ERC y la CUP) no se ponen de acuerdo para presentar un candidato a president sin cuentas con la Justicia. Dejando de lado lo anómalo que pueda parecernos a alguno que el Supremo limite los derechos políticos a alguien que no está condenado ni procesado en firme por rebelión como, por ejempo, Jordi Sánchez.

Veremos si en las próximas horas llega el desbloqueo en este frente -la Mesa del Parlament tramitó ayer el proyecto de ley para permitir una investidura a distancia, pese a la oposición del Supremo- y con él las negociaciones oficiales entre el PP, C's y el PNV para que España vuelva a tener cuentas en 2018. Los jeltzales esperan sacar otra vez una buena tajada, como la del Cupo, conscientes de que si Rajoy no ve aprobados sus presupuestos la legislatura enfilará hacia su fin.

Un escenario que seguro no es del agrado del PP, a quien Ciudadanos muerde terreno semana tras semana. Pero tampoco de una izquierda bajo mínimos. Ni del PNV, que perdería su peso en Madrid y tendría a su nueva 'bicha política', a los liberales de Rivera, en una posición aún más peligrosa para ellos.

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