Nueve detenidos y 98 heridos, balance de los graves disturbios en Barcelona

En el independentismo hay cansancio, indignación, rabia, tristeza y todos estos sentimientos se trasladaron a las calles. Por un lado, por las escenas vividas. Las manifestaciones soberanistas siempre se han caracterizado por la ausencia de incidentes. Sin embargo, ayer hubo cargas policiales, lanzamiento de salvas, enfrentamientos entre los manifestantes y los Mossos, disturbios, decenas de contenedores quemados e intentos de asalto a las delegaciones del Gobierno central. El amplio dispositivo policial lo evitó en Barcelona.

Básicamente hubo dos convocatorias. Una, la más numerosa, la que organizaron la ANC y Ómnium, que partió de la sede de la UE en Barcelona y concluyó ante el Consulado alemán. Según la Guardia Urbana, asistieron 55.000 personas. La protesta cargó contra la UE y el Gobierno germano. La otra, la más radical, fue la que había convocado el CDR, el Comité de Defensa de la República, de la órbita de la CUP aunque va por libre, que se manifestó ante la Delegación del Gobierno. Fueron en torno un millar de personas.

Ahí sí se registraron graves incidentes. Y por primera vez se dejaron ver, en la primera línea de la manifestación, una veintena de encapuchados que se enfrentaron a la Policía. El resultado: nueve detenidos y cerca de cien heridos, 23 de ellos policías. Además, los Mossos identificaron a un compañero fuera de servicio que estuvo en el ariete contra los agentes.

En el Consulado alemán, los manifestantes descolgaron la bandera española. Lo mismo ocurrió en la Subdelegación del Gobierno en Girona. También hubo incidentes en Tarragona. Y en Lleida, en la que los miembros del CDR lograron acceder al garaje de la Subdelegación y se registraron ocho heridos. En el Liceu, muchos de los espectadores que acudieron a la representación de la ópera ‘Andrea Chénier’ reclamaron la «libertad de los presos políticos».      

La tensión de la calle se canalizó también en los gritos que se profirieron en las marchas. Uno de los más escuchados fue «Puigdemont es nuestro presidente» y la gente pidió que sea investido de manera urgente. «Ni un paso atrás», corearon algunos manifestantes, que también pidieron una nueva huelga general de país, como la del 3 de octubre del año pasado, dos días después del referéndum, o una movilización permanente. «El despertar de la primavera catalana», fue una de las consignas de la CUP.