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La huella de ETA: lo que la normalidad esconde

La huella de ETA: lo que la normalidad esconde

El antes y el después de la historia de la banda en las imágenes de nueve calles en las que sembró su terror

j. i. fernández | óscar b. de otálora

Lunes, 30 de abril 2018

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El pasado de ETA, la banda terrorista que ha anunciado su disolución para este viernes, ha dejado una huella de horror que pervive en las pesadillas de quienes sufrieron el infierno que desencadenaba; en los oscuros recuerdos de los testigos y en las hemerotecas. La destrucción que la organización sembró en muchas calles ha desaparecido. Sin embargo, durante días pudo verse allí el terror con el que la banda se expresaba. La disolución de ETA no acaba con el recuerdo de los años de plomo en las que la barbarie era el signo de identidad de los terroristas. En la siguiente colección de imágenes puede verse la imagen actual de algunos escenarios de la tragedia y, deslizando la imagen, la herida que abrieron los terroristas.

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    30 kilos de dinamita en el centro de Madrid

El 31 de octubre de 2000 ETA asesinó al magistrado del Tribunal Supremo, José Francisco Querol, a su escolta, Jesús Escudero, y a su chófer, Armando Medina. Lo hizo mediante una bomba con 30 kilos de dinamita que estalló en el centro de Madrid cuando las calles estaban repletas de personas. La detonación fue tan salvaje que 64 personas resultaron heridas y 400 casas resultaron dañadas. Un autobús hizo de parapeto a la onda expansiva y evitó una masacre aún mayor. Hoy la calle es un remanso de paz.

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    Miguel Angel Blanco: indignación y dolor

El 13 de julio de 1997 el concejal del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco era asesinado de dos tiros en la nuca tras un secuestro de 48 horas. Esta muerte anunciada, que formaba parte de un chantaje, despertó una ola de indignación en Euskadi y en el resto de España. Su epicentro estaba en Ermua, una pueblo que se echó a la calle con la rabia y el dolor en cada gesto. Después de aquel crimen nada fue igual.

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    Escenas de guerra en Vitoria

La acción de ETA hizo que en muchas calles de Euskadi la cotidianidad fueran imágenes que hay asociamos a zonas de guerra, a Siria o a Irak. En este caso, la banda hizo estallar un coche bomba en frente al Palacio de Justicia de Vitoria. Los 40 kilos de dinamita destrozaron el edificio y los coches de las inmediaciones. La explosión solo provocó un herido ya que tuvo lugar a las seis de la mañana. El inmueble fue reconstruido y hoy nada recuerda aquella imagen de destrucción.

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    El asesinato de un vicelehendakari

El exvicelehendakari Fernando Buesa y su escolta, Jorge Díez Elorza, fueron asesinados en Vitoria mediante un coche bomba de ETA el 22 de febrero de 2000. La explosión sacudió toda la capital alavesa pero su onda expansiva se extendió por todo España. ETA mataba por primera vez a un dirigente vaso que había llegado a ser el número dos del Gobierno vasco, además de otros cargos como Diputado General de Álava. Hoy en día, un monolito recuerda la figura de un dirigente histórico del socialista en la calle Nieves Cano, donde tuvo lugar el crimen.

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    Once muertos en la casa cuartel de Zaragoza

El 11 de diciembre de 1987 ETA causaba once muertos, de ellos cinco eran niñas, en Zaragoza al hacer estallar un coche bomba junto a la casa cuartel de la Guardia Civil. En la explosición resultaron heridas también 88 personas. El desescombro de las ruinas llevó varios días. En el lugar del atentado se levanta hoy el Parque de la Esperanza. ​

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    Coche bomba en Bilbao en plenas rebajas

El 12 de enero de 2002, un sábado de rebajas, la banda colocó un coche bomba en pleno centro de Bilbao. Avisó de su colocación y apenas hubo tiempo de desalojar a cientos de personas que se disponían a pasar a una tarde tranquila. A las seis de la tarde, un coche cargado con 20 kilos de dinamita hacía explosión en uno de los centro neurálgicos de la vida de la capital vizcaína: el cruce de la calle Gran Vía y la Alameda de Mazarredo. Hoy no hay rastros de las llamas y la metralla que aquella tarde cayeron sobre Bilbao.

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    Muerte del policía Modesto Rico en Santutxu

Modesto Rico era un joven de Barakaldo que, tras ingresar en la Policía Nacional, fue a vivir al barrio bilbaíno de Santutxu. El 17 de febrero de 1997 fue asesinado al estallar una bomba que los terroristas habían colocado en el interior de su automóvil. Revisar los bajos del coche esta vez no sirvió de nada. La deflagración se produjo a las 9 de la mañana, cuando los niños de un colegio cercano acababan de entrar a clase. Hoy por el lugar pasean los treintañeros del barrio que aquel día salvaron su vida de milagro.

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    Encapuchados y explosiones en Bilbao

La 'guerra de las banderas' era uno de los momentos del verano vasco en los que la izquierda abertzale organizaba algaradas en las calles de las localidades vascas. Allí comenzó a forjarse la estrategia de guerrilla urbano que más tarde se convertiría en la 'kale borroka' y la violencia de persecución contra quienes no pensaran como ellos. El Ayuntamiento de Bilbao era uno de los escenarios habituales de los ataques radicales, como puede verse en la imagen.

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    Asesinato de Carrero Blanco

El 20 de diciembre de 1973 ETA asesinaba al presidente del Gobierno franquista, el almirante Luis Carrero Blanco. Fue uno de los primeros atentados de la banda en la que demostraba que tenía una capacidad de actuación capaz de alcanzar al núcleo de la dictadura. Este crimen sería un banderín de enganche para el horror que vendría después. En la calle Claudio Coello de Madrid, escenario del atentado, hoy todo es normal.

Este reportaje ha sido elaborado con fotografías de Miguel Angel González, Jose Ramón Ladra, Ignacio Pérez, Luis Angel Gómez, Guillermo Mestre, Igor Aizpuru, Iñaki Andrés, J.I. Fernández y EFE.

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