San Lorenzo, Cabeza Parda y Cuña son tres domiles que forman el circo Norte del San Lorenzo, en la sierra de La Demanda riojana. Allí, sobre antiguas pedreras y pastizales de altura, se ubica la estación de esquí de Valdezcaray. Es terreno de alta montaña humanizado, que muestra las cicatrices causadas por los remontes, los caminos y los estanques para producir nieve artificial.El mal está hecho, aunque la naturaleza trata de disimularlo. Se compensa con la belleza de unas cumbres de espacios despejados, destacadas que dominan las montañas riojanas y otras más lejanas.Hacia el Norte se desprende un ramal descendente que comienza en la Cuña y por Guilicerra y Chilizarrias, dónde se ubica un vértice geodésico, permite descender al collado de La Marruya, para luego retornar por carretera al aparcamiento.

Partimos desde el aparcamiento de Valdezcaray. Atestado de coches en temporada invernal, ahora es un remanso de paz, ocupado por algunos coches de montañeros y , sobre todo, convertido en descansadero de vacas con las boñigas correspondientes. Pegado al edificio de oficinas baja un arroyo. Por allí sube un sendero pendiente que pasa bajo unas hayas y termina en el rellano de la cafetería (0h’15’).Por detrás del edificio, una senda estrecha y bien pisada remonta la cuesta. Hay algún hito, pero no tiene pérdida. Es muy pendiente, de cortar el aliento. Sube y sube por la ladera tapizada por brezos rastreros. A medida que ganamos altura la estación de esquí (dch.) deja ver sus remontes, caminos y pistas. Un prado inclinado da paso a un nuevo repecho que termina en el collado (1h.00’). Venteado, se asoma al barranco de Cárdenas. Subimos (izd.) por un sendero que viene del Cabeza Parda. Transitado y sencillo, nos conduce hasta la cima del Cuña (1h.20’), cumbre ancha donde aflora la pizarra. Hay dos buzones, uno es un monigote de hierro y el otro, más antiguo, el clásico de Club Mirandés Montaña. Excelente panorama con San Lorenzo como punto más destacado. El sendero baja entre brezos y enebros por un cortafuegos que sigue la loma. Llega al collado de Beneguerra y remonta de nuevo hasta la cima de Guilicerra (1h.45’), También con dos buzones y buen panorama, especialmente sobre el barranco de río Oja, mil metros más abajo. El sendero vuelve a perder altura por la cresta herbosa donde las vacas pastan a su aire. Letrero del GR-93 (Sierras de La Rioja), que en esta etapa sube de la estación de tren de Ezcaray y llega a San Millán de la Cogolla.Un corto pero exigente tramo herboso nos deja en lo más alto del Chilizarrías (2h.20’). Coronada por un vértice geodésico y un original buzón, es el punto más interesante de la marcha. Por su ubicación norteña abarca un amplio horizonte que llega al Gorbeia y el Aizkorri. Hasta allí llega el camino de Pazuengos, el más utilizado.Vamos cuesta abajo con mucha pendiente tras las señales del GR-93 hasta el collado de La Marruya o Lapuerca (2h.55’). Hay un apartadero de vacas alrededor del cual pasta el ganado. De allí sale un camino ancho (de frente) que bordea Lapuerca (izd.) y enlaza con un sendero que entre endrinos y enebros nos deja en la estrecha cima de Rezuría (1,501 m/3h.15’). Cumbre menor que desde Urdanta es un objetivo montañero. De vuelta al collado de La Marruya (3h.25’), bajamos por pista a la carretera y, ya por asfalto, ganamos el aparcamiento de Valdezcaray (4h.45’).