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Navarrete: parada de santo

Un alto obligado en los caminos de Santiago e Ignaciano, que recuerda con sus monumentos el paso de Ignacio de Loyola camino de Roma

Viernes, 25 de Mayo de 2018

El Camino de Santiago, y entre los recorridos posibles el llamado Francés, es el más conocido por los peregrinos, que pueden moverse por la fe o no, pero que se hacen sus buenos 940 kilómetros (37 etapas, normalmente, desde Saint Jean Pied de Port hasta la presentación de los saludos al Santo en la catedral). Tiene variantes, depende del punto de inicio, pero siempre son las señales amarillas las que indican que todo va bien. Menos conocido y transitado de momento es el Camino Ignaciano, el de las marcas naranjas. El suyo es un gran recorrido, el GR 120, de más de 650 kilómetros que se mueve hacia el otro lado: de oeste a este, desde su localidad natal de Azpeitia hasta Montserrat y de allí a Manresa, que fue la dirección que tomó el hombre en el año 1522 una vez que tuvo claro su camino espiritual y decidió llegar a Jerusalén, previo paso por Roma. En la ciudad catalana vivió durante once meses, como ermitaño, en una cueva que es parada obligada para quienes siguen sus pasos y realizan ejercicios espirituales.

Navarrete (La Rioja)

Web
caminoignaciano.org y www.navarrete.es .
San Ignacio dejó notas de su caminar, y en función de ellas se organiza el Camino Ignaciano, que atraviesa cinco comunidades autónomas -Navarra la pisa poco, pero la pisa- y suele llevar unas 30 jornadas de marcha si se hace a pie. Se dice de este gran recorrido que es muy exigente, ya que no es extraño que el peregrino -o deportista, o amante de la naturaleza, o de la gastronomía y del vino, que de todo se va a encontrar a su paso- se tope con grandes desniveles y algún puerto de montaña, que es lo que ocurre cuando se sube de Zumarraga a Arantzazu, por ejemplo, o cuando se atraviesa Opakua. Y eso por citar solo algunos de los primeros grandes esfuerzos que hay que realizar en las primeras etapas, las vascas. En la sexta se sale de Santa Cruz de Campezo para llegar a Laguardia, haciendo un trecho por Navarra. Y la séptima, si todo va bien, acaba con el caminante ya en La Rioja, en la localidad de Navarrete.
Detalle ornamental de la casona Ignatius.
Detalle ornamental de la casona Ignatius.

Casas señoriales

En este lugar se halla la única bodega de la Denominación de Origen Rioja del Camino de Santiago (la de Don Jacobo); y es que durante algunos kilómetros ambas rutas, la de Santiago y la de Ignacio, coinciden aquí. Pero como no va de vino este reportaje, volvamos a la historia, que hay mucha en este enclave situado a unos minutos de Logroño. Hay tanta que resulta que en una de las casas señoriales se alojaba el santo cuando aun no era tal, es decir, cuando se llamaba Íñigo López de Loyola (o de Recalde) y era un caballero que servía al segundo duque de Nájera, Antonio Manrique de Lara. Fue entre 1517 y 1521.
Los gerentes de la posada Ignatius.
Los gerentes de la posada Ignatius.
Y esta casa, debido a su historia, tiene para los peregrinos su importancia. Más si cabe porque, rehabilitada recientemente, la reforma de lo que es ahora posada ignaciana ha rescatado detalles originales que hace n que quien se aloja hoy en ella vea lo que el fundador de la Compañía de Jesús vio, y se sienta algo más cerca de él. Ocultos durante mucho tiempo estuvieron el portal con su empedrado original, el paño interior de la muralla de Navarrete, las vigas... Y hasta el único tramo a la vista de conducción de agua medieval labrado en piedra de sillería. El edificio no podía olvidarse, estando en territorio Rioja, de mostrar una bodega también muy antigua que tiene zona de pisado y recogida de mosto en tinanco de piedra, tres pequeños lagares de piedra y calado para almacenamiento y guarda de los vinos. Posada Ignatius está en la Plaza de Arco, 4 y las reservas pueden hacerse llamando al 941124094 o escribiendo a info@posadaignatius.com.En Navarrete, aparte de seguir las huellas del santo, se puede pasear la calle Mayor -alta y baja- para empaparse de la arquitectura de los siglos XVII y XVIII, visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción -que comenzó a ser construida en 1533- y las ruinas del Hospital de Peregrinos de San Juan de Acre, la hospedería del siglo XIII. La portada del viejo hospital es la puerta del cementerio.
Picasso, en julio
En Navarrete se celebra cada año, y este se cumplen diez, una feria de la cerámica; la cita no es porque sí, sino porque en la villa se sigue trabajando el barro y, de hecho, es el único centro alfarero que queda en La Rioja. Concursos, conferencias, talleres, puertas abiertas a alfarerías y bodegas, actividades gastronómicas y música, hay un poco de todo. Además, del 20 al 29 de julio se celebrará en la sala Román Zaldíbar una exposición con cerámicas de Picasso procedentes del Museu del Disseny de Barcelona y el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias de Valencia. Más cerca en el calendario: durante algunos sábados de mayo y junio se desarrolla el ciclo Artencalado, que programa espectáculos en el calado del Conde, debajo del Ayuntamiento. Teatro, música, o ambas conjugadas, si compras la entrada (cinco euros) en la biblioteca.

 

 

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