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La aldea ha sido construida en torno a una nueva muralla. Darío Yañez
Artlanza (Burgos), un pueblo hecho a mano

Artlanza (Burgos), un pueblo hecho a mano

Félix Yáñez ha construido la escultura más grande del mundo, una aldea erigida a base de retales y escombros

iratxe lópez

Jueves, 11 de enero 2018

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No tiene reparos para declararla la escultura más grande del mundo construida por un solo artista, aunque el mundo es muy amplio y quién sabe lo que esconde. Desde luego, tamaño considerable luce, más de 10.000 metros cuadrados levantados hasta ahora, sin intención cercana de que el proyecto acabe. Félix Yáñez llevaba 35 años dedicándose a la cerámica cuando se empeñó en edificar una villa a tiempo completo. Fue sin querer, por una concatenación de factores. Las ventas en las ferias a las que acudía con sus piezas bajaron mucho. Antes ya había empezado a crear junto a su casa una plaza castellana, con material de desecho, por aquello de ofrecer a la familia el lugar especial donde reunirse. Comprobó con sorpresa que la gente se acercaba a verla y enseguida pensó que además de emocionante, la historia podía salir rentable. Por eso abrió el espacio a los turistas.

Artlanza, Burgos

  • Dónde. Quintanilla de Agua (Burgos).

  • Cuándo. Todos los días del año, en época estival de 11.00 a 15.00 y de 17.30 a 21.30, resto del año de 11.00 a 15.00 y de 17.00 horas hasta un poco después de que oscurezca (para verlo iluminado).

  • Precio. Adultos: 4 €; niños de 5 a 15 años.: 1 €

  • Información. www.laesculturamasgrandedelmundo.com.

Desde entonces, 2008, aquella emprendedora idea ha implicado trabajar casi todas las horas del día, más alguna robada a la noche. «Estoy con ello desde que me levanto hasta que se va la luz. Cuando oscurece paso a mi taller para modelar esculturas pequeñas y salgo a ratos fuera, iluminado por un foco», comenta el artista nacido en Quintanilla del Agua. Corta y pega (en sentido figurado y estricto) puertas, ventanas, pilares, adobes, telas, tejas, hierros, clavos... material que otros tiran y él, dios de su universo, resucita. Restos que años atrás recogía en las escombreras y ahora llegan tras llamadas de albañiles y gentes diversas que conocen su labor. Tesoros condenados a desaparecer como el último que le tiene emocionado, una chimenea serrana de cuatro metros rescatada de un derribo.

Más de mil zapatos

«Es increíble la cantidad de materiales y objetos que se tiran», asegura. Tantos que Félix comenzó a rescatarlos y ahora forman parte de los doce museos con los que cuenta su creación, denominada 'Territorio Artlanza'. «He recogido incluso vasijas antiguas, además de muebles, enseres, maquinaria... Hace poco me cedieron el contenido completo de una zapatería de Aranda, más de mil piezas que a sus dueños les daba pena tirar». Museo etnográfico, panadería, taberna, bodega, farmacia, horno, museo de cerámica... A todos ellos pueden acceder los visitantes. «Antes tenía abierta también la escuela con las pizarras, libros y utensilios de mediados del siglo pasado pero la gente se sentaba en los pupitres y se estaban estropeando». Aún puede verse desde fuera y es una de las atracciones estelares «He visto a personas mayores llorar recordando viejos tiempos. Esas reacciones dan sentido a mi trabajo».

La iluminación nocturna acentúa el encanto del pueblo.
La iluminación nocturna acentúa el encanto del pueblo.

Ahora está inmerso en la creación de una ermita, con retablo incluido, y en añadir murallas al conjunto. «Si Ávila tiene, no voy a ser menos». Se trata solo de fachadas -salvo los museos- de un pueblo que define como medieval. «Aunque en realidad cualquier época dura vale para datarlo». Rostros pétreos inventados, no réplicas. «Cuantas más vueltas doy para ver dónde incorporo cada hallazgo peor me sale así que las añado sin pensar mucho, con las imágenes que tengo en la cabeza de la arquitectura típica del valle de Arlanza. Y quedan perfectas».

Asegura que la sensación es idéntica al momento de esculpir en su taller que, por cierto, también puede visitar el público. «Doy mi toque, busco que prevalezca el aire antiguo». El éxito ha llegado tan lejos que el recinto acoge un festival de teatro en verano, dentro de las dos corralas de comedia con las que cuenta el conjunto. «Los más pequeños creen estar dentro de un cuento y los adultos rememoran viejas historias con melancolía. Saber que mi obra genera tales sentimientos me pone los pelos de punta». Y ya se sabe, que el bello se erice de emoción es la mejor recompensa para un artista.

Recomendaciones

  • Dónde comer. De Galo. Habrá que desplazarse al vecino pueblo de Covarrubias donde espera este local con estrella Michelin. De estilo rústico, se montó en una antigua posada por la que pasaron Blas de Otero y Federico García Lorca, entre otros ilustres. Destacan sus productos de calidad y precios contenidos. Sin duda hay que probar las especialidades: legumbres, carnes a la brasa y, por supuesto, el cordero asado. (Monseñor Vargas 10, Covarrubias. 947406393. www.degalo.com).

  • Dónde dormir. Hotel rural Princesa Cristina. Edificación tradicional de entramados de madera, piedra y adobe, está situado en el centro de Covarrubias y su precio incluye el desayuno. Entre las instalaciones destaca un enorme salón compartido con chimenea a la que acercarse durante los fríos días invernales. Cuenta cerca con aparcamiento público gratuito. Y está a solo 40 minutos en coche de Burgos y 50 de Aranda de Duero. (Fernán Gonzalez 8, Covarrubias. 947406560. hotelprincesakristina.com).

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