Borrar

Sergio Busquets, la estrella discreta

El medio centro del Barça ya ha llegado a los cien partidos con la selección

Jon Agiriano

Martes, 10 de octubre 2017, 02:11

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A sus 29 años, Sergio Busquets ha cumplido cien partidos con la selección española. Como hay cifras tan redondas que son imposibles de esquivar sin una celebración, fue inevitable que ayer nos fijáramos en el medio centro del Barça. Y fijarse en Busquets obliga a hacerlo con cuidado y mucho respeto, como quien llama a una casa ajena donde quizá no sea bien recibido porque su dueño no acostumbra a recibir visitas. ‘Busi’, como le llaman sus amigos, es la discreción personificada fuera del campo. Apenas utiliza las redes sociales -sólo tiene Instagram- y hay que buscar debajo de las piedras para enterarse de algo relativo a su vida privada. En este sentido, podríamos decir que es la antítesis de Gerard Pique, del que también le separa un abismo de clase. Piqué es un niño pijo de Barcelona y Busquets, un chaval que se crió en Badiá del Vallés, un pueblo de casas prefabricadas con formas de península ibérica construido en los años setenta para acoger a trabajadores andaluces y extremeños. Y eso marca. Marca mucho vivir en esos «campamentos apaches», como diría el gran Javier Pérez Andújar, que rodean la Ciudad Condal.

Reconozco que siento debilidad por este futbolista. Sí, ya sé que puede ser desagradable y teatrero, pero nadie es perfecto. Esos defectos, además, son minucias comparados con sus virtudes, que son muchas más de las que algunos piensan y han sido esenciales para cimentar el estilo de juego de España. Porque Busquets provoca un efecto engañoso. Lo hace todo tan fácil y tan bien que su trabajo parece rutinario, sin mayor dificultad y, desde luego, carente de la importancia que se le otorga al que realizan otros de sus compañeros. Y resulta que es todo lo contrario. Hay futbolistas así, líderes invisibles. Cuando están en el once, no se repara demasiado en ellos. Cuando no están, se les llora todo el partido.

«Cuando veía que no estaba él en el equipo, pensaba: ¡Cuidado!». Lo dijo ayer Xavi Hernández, uno de los futbolistas que mejor conoce la calidad de Busquets, su sentido posicional, su equilibrio, su poderío en la recuperación, su inteligencia táctica, su técnica para jugar al primer toque y entregar el balón a la primera y siempre bien tocado y orientado, su corazón de hielo para actuar en caso de incendio... Un crack.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios