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Festival del humor

Creo que en cualquier momento va a aparecer por el túnel de vestuarios Ziganda y me va a entregar un ramo de flores mientras los futbolistas se carcajean al grito de ¡inocente, inocente!

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Lunes, 23 de octubre 2017, 01:30

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¿Qué quieren que les diga? Me pongo a pensar en el fútbol habitual del Athletic esta temporada y me siento a veces como el protagonista de una de esas chanzas de los programas de inocentadas. Creo que en cualquier momento va a aparecer por el túnel de vestuarios 'Cuco' Ziganda y me va a entregar un ramo de flores mientras los futbolistas sonríen o se carcajean, al grito de ¡inocente, inocente!, y me aclaran que todo ha sido una broma; que el equipo que parece derrumbarse como un castillo de naipes no lo es tal. Que son un gran conjunto y que ya, a la siguiente si eso, sacarán el fútbol en su mejor versión y su verdadero carácter. Como los años anteriores, vamos.

Pero luego escucho a los protagonistas, a San José por ejemplo, ese que dice que los que creen que esto es fácil no tienen ni puñetera idea, y va y suelta una frase que también puede pasar a los anales del festival del humor: «Hasta el gol teníamos el partido controlado». Ya, ¿y después? Ese es el nivel, el de llegar al descanso sin un acercamiento peligroso; el de conformarse con dos minutos, dos, buenos al comenzar la segunda parte. El de diluirse a continuación y dejar que todo quisqui lleve la iniciativa contra el Athletic. Es todo una gran chanza.

Claro está, también es una broma intentar hacer un regate en medio campo sin nadie cubriendo las espaldas. Ahí también podría haber dicho San José que hasta que perdió el balón lo tenía controlado, lo que no hubiera dejado de ser verdad, por supuesto. Una verdad de perogrullo.

Espero y espero, pero Ziganda no sale del túnel de vestuarios con las flores, sino con obviedades. Dice que está contento con la actitud de sus jugadores, pues qué bien. También dijo el día anterior que el Athletic debería adaptarse al juego del rival, lo cual cuadra muy poco con el espíritu que Josu Urrutia quiso imbuir a los aficionados con el fichaje de Marcelo Bielsa y después el de Ernesto Valverde. A Ziganda le están hundiendo sus planteamientos conservadores, que dejan en pañales la supuesta falta de ambición de Joaquín Caparrós, y también sus manifestaciones. Cuando dijo en su primer día que lo que no mejora, empeora, no sabía que la frase le iba a saltar a la cara; que el juego del Athletic se está convirtiendo en una broma pesada y que sólo la fidelidad de los seguidores rojiblancos impide que muchos de ellos se cambien a la película basada en hechos reales de cualquier canal generalista en tarde de domingo.

Lo de Butarque también estaba basado en hechos reales. Si el año pasado nos pareció una broma la actuación del Athletic que acabó en un milagroso empate, lo de ayer fue una comedia bufa. Con gran actitud de los jugadores, eso sí, que lo dice Ziganda, pero con un fútbol de tirar los muebles por la ventana. Con el equipo hecho unos zorros, si el máximo nivel de exigencia es marcharse con una derrota frente al Leganés y acabar contento porque los futbolistas han tenido una buena actitud, mejor empezamos a buscar soluciones. La broma, por su duración, se está haciendo de mal gusto, y nadie aparece en el túnel de vestuarios con las flores y gritando ¡inocente, inocente! Quizás porque no es una inocentada, sino algo peor: la realidad.

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