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Imagen de un momento del espectáculo. E. C.
«Euskadi tiene mucho duende»

«Euskadi tiene mucho duende»

El libro-disco ‘Reflejos de Andalucía’ suma la voz del cantaor bilbaíno Juanjo Navas y los poemas de Beñat Arginzoniz en el primer trabajo flamenco con música elaborado íntegramente en el País Vasco

VIRGINIA URIETA

Sábado, 28 de octubre 2017

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El duende está en todo, en mucha gente, en la vida… Tenerlo es transmitir algo, que haya un momento de magia, y eso pasa tanto con el flamenco como con muchas otras cosas. Es lo que te atrapa, y está en los poemas y en Euskadi: aquí hay mucho duende y el público respeta, aprecia, escucha y recibe lo que transmitimos». Cuenta el cantaor bilbaíno Juanjo Navas que cada vez estamos más acostumbrados al flamenco, al menos en el territorio. Quizás por eso su primer libro-disco, ‘Reflejos de Andalucía’ –también el primer trabajo flamenco con poemas y música elaborado íntegramente en Euskadi– ha tenido tanto éxito. En él, Navas (Bilbao, 1975) interpreta los versos del escritor Beñat Arginzoniz (Bilbao, 1973) en un proyecto publicado por la editorial bilbaína Sierpe en el que ambos artistas reflejan, a través del cante jondo, «una visión del pueblo andaluz y sus manifestaciones más universales desde el punto de vista de un vasco», en palabras del propio escritor.

Arginzoniz asegura que esos poemas nacieron por necesidad, pero también como pago a una deuda de reconocimiento: su admiración por el pueblo andaluz y sus manifestaciones artísticas. «El andaluz es un pueblo esencialmente trágico, pero ha conseguido convertir su lágrima en diamante; y es poético, con un gran conocimiento intuitivo de las cosas esenciales, al igual que el vasco es un pueblo con carácter y eso en este mundo globalizado es algo difícil de ver». Asegura que poesía y flamenco son casi lo mismo, que el arte de los versos no pertenece solo al ámbito de la palabra o de la escritura porque es todo lo que apunta a lo esencial, «todo lo que señala a un mundo nuevo o mejor y denuncia la mentira que se nos impone. Eso es el flamenco y tanto la verdadera poesía como el flamenco nacen por necesidad, ayudan a vivir y a ser libres», señala.

El libro disco –a la venta por 18 euros– se presentó el 21 de septiembre en el marco de la Semana de la Poesía Vasca en la Sala BBK de la villa con un lleno absoluto, algo que avala el trabajo del cantaor y del escritor bilbaínos. Han tomado parte en el proyecto también el cantautor euskaldun Gontzal Mendibil y el músico, poeta y novelista Javier Corcobado, para dar forma a un ensayo poético en torno al pueblo andaluz dibujado en poemas musicalizados y un disco con ocho temas flamencos, además de sendos temas compuestos por Mendibil y Corcobado, también a partir de los versos de Arginzoniz. En ellos el escritor intercala la prosa y el verso en una obra que refleja la Andalucía más profunda y menos pintoresca: la desesperación de la que surge el cante, el ritual que acontece en el ruedo, la devoción a la Virgen o las similitudes entre el carácter de sus gentes y su paisaje.

«Es una visión del pueblo andaluz y su esencia desde el punto de vista de un vasco»

Cuenta Navas, considerado por la crítica como uno de los mejores cantaores del norte del país, que el trabajo es fruto de una relación que viene de lejos. «Coincidíamos en conciertos, también él venía a verme, y hace tiempo me regaló el libro. Lo leí y nació la idea de versionarlo, fue una apuesta en un formato curioso que ha gustado. Creo que hemos conseguido lo que buscábamos, que es que la gente se regale un ratito para disfrutar de él», asegura.

La música como destino

Entre los poemas de Arginzoniz confluyen los cantes más clásicos del flamenco, de malagueñas y cantes de levante a tangos, alegrías y fandangos, que ponen ritmo y sentimiento a una afición que al cantaor le llegó de su abuelo materno, José Navas –apodado ‘Pepe Córdoba’ o ‘Malaquías’–, toda una autoridad en el cante en su pueblo natal, Baena (Córdoba). «Son letras que transmiten mucho, me pegué horas leyendo el libro. Y no es cosa fácil: en el flamenco se cantan letras populares, siempre con un toque personal. Esto es también bonito porque lo hemos creado, buscando en cada poema al cante que le podemos llevar».

Ha sido una forma de trasladar sus propias vivencias, las que ha escuchado de su familia, intentar hacer ver cómo vive el flamenco, «algo que cuesta más que allí abajo, pero si le pones interés y ganas se puede. Estos locos vascos, ¿cómo van a hacer un disco de flamenco? Pero aunque es complicado darle forma, hay cierta libertad y una visión personal. Ha sido un proceso bonito», cuenta, y recuerda con cariño la grabación, en lo alto del monte de Errigoiti –el grupo de whatsapp de los miembros del proyecto se llama ‘Flamenco de alta montaña’– de lo que más que un disco fue un solo concierto. Uno íntimo e inolvidable. «La nana que sale en el disco no está incluida en el libro de poemas, me la regaló Beñat hace tres años cuando nació mi hija. Cuando la grabamos, apagamos todas las luces y me dijeron que la cantara a oscuras: esa magia, en ese momento, fue lo más grande. Aunque ver la sala BBK llena o estar con Gontzal en el escenario son cosas que también te llegan», valora.

Para Arginzoniz –que cuenta con más de una docena de libros publicados, entre los que figuran ‘Pasión y muerte de Iosu Expósito’ (2012), ‘El libro de los espantos’ (2016) o ‘El evangelio del hombre’ (2017)–, el destino natural de todo poema, de todo arte e incluso de toda vida es convertirse en música. Por eso al escuchar sus versos cantados por Navas y con los maestros Enrique ‘el Vaca’, santurtziarra, y el getxotarra Marco Borge a la guitarra, siente alegría, a pesar de la tristeza intrínseca del cante jondo. «Algunos de mis mejores libros están ya en el olvido y otros tienen estas resurrecciones maravillosas. Pero yo nunca pienso en qué será de lo que escribo, para mí el futuro no existe. A veces alguien me da las gracias y dice que mis libros le han ayudado a vivir… ¿Qué más se puede pedir?», confiesa.

El libro, ensayo lírico sobre la Andalucía trágica, habla del cante, del baile, del carácter… Señala su autor que apela a lo esencial, a las manifestaciones más profundas del pueblo andaluz, que tienen mucho que ver con el pueblo vasco. «Así que es un libro que habla de todos nosotros, de cómo vivir y de cómo ser libres. Es un trabajo insólito». Un trabajo vasco al cien por cien, grabado y producido en Busturialdea y con todos sus componentes de Bilbao, a pesar de que Arginzoniz siente una unión especial con el sur, y el proyecto lo demuestra. «A Andalucía me une todo, porque allí la poesía aún sigue viva».

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