Borrar
la mirada

La tumba de Lázaro

Tambaleante, con una nube de andrajos rodeando sus carnes moradas, Lázaro se elevó del sepulcro y arrastró los pies por el polvo hasta la casa que había sido suya

LUIS MANUEL RUIZ

Viernes, 3 de febrero 2017, 19:15

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Aunque Marta (¿o fue María?) avisó de que ya llevaba tres días bajo la piedra y había comenzado a oler, el milagro no dejó de obrarse. Tambaleante, con una nube de andrajos rodeando sus carnes moradas, Lázaro se elevó del sepulcro y arrastró los pies ...

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios