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El artista chino camufla las imágenes de personas sonre el 'Guernica' o la 'Mona Lisa' de Leonardo.
El pirata de lo invisible
exposición

El pirata de lo invisible

Liu Bolin yuxtapone imágenes de personas cubiertas de pintura camufladas ante cuadros célebres. Una muestra en Nueva York da su visión del arte postinternet

ITXASO ELORDUY

Viernes, 9 de diciembre 2016, 13:24

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La galería neoyorquina Klein Sun presenta 'Art Hacker', la exposición del artista chino Liu Bolin, que explora un nuevo territorio artístico a través de su particular visión del arte post internet. El genio del ilusionismo rescata piezas maestras del imaginario clásico para jugar con lo visible y lo sutilmente perceptible, una vía recurrente en su carrera artística. Bolin yuxtapone en la sombra imágenes de personas cubiertas de pintura, que se camuflan sobre el 'Guernica' de Picasso o la 'Mona Lisa' de Leonardo. Escenas humanas que reflejan en silencio el dramatismo de la guerra o el misterio de la desaparición que sufrió el lienzo de Da Vinci.

La representación realista de hombres y mujeres desencajados multiplica la fuerza de la impactante obra de Picasso. A caballo entre la fotografía y la pintura, Bolin utiliza el lienzo del genio malagueño, que narra los horrores sufridos por el pueblo de Gernika, para lanzar al mundo un mensaje de paz y concordia. Una llamada que se relaciona a su vez con el desencanto que siente el autor ante la falta de libertad que existe en su país hacia los creadores contemporáneos, críticos con el sistema. La devastación de las explosiones de Tianjin es otro de los temas rescatados por el fotógrafo oriental, que realiza una particular versión de la tragedia. Usando un complicado y preciso camuflaje, pintado a mano, recrea laboriosamente estas composiciones. El imaginario del sufrimiento humano y la devastación de la guerra sirven como base para que Liu Bolin actualice la historia, en aparente relieve, de la Guerra Civil española. Apoya el trabajo manufacturado con imágenes rescatadas en Google y Baidu.

En 'Mona Lisa, (2016)', interioriza la obra maestra, así como su legado histórico, partiendo de que fue robada del Louvre hace más de cien años. Bolin llama a reaccionar ante la desaparición y reaparición de la pieza, combinando imágenes virtuales con la composición pictórica. Un punto de vista visionario y provocativo que cuestiona aquello que está más allá de la superficie. El trabajo refleja la compleja relación entre realidad e ilusión, así como la individualidad de las producciones y la historia que les rodea. No solo utiliza y recrea el impacto de internet, sino que borra la frontera que marca las distancias existentes entre arte y tecnología.

Hacia el mundo virtual

La muestra presenta el movimiento hacia el mundo virtual del artista, que en sus anteriores trabajos protagonizaba en solitario sus propias creaciones, pintando su cuerpo y retratándose a modo de camaleón, frente a escenarios icónicos como el toro de Wall Street o el monumento conmemorativo dedicado a las víctimas del 11-S. El artista, escultor y fotógrafo chino, conocido por su serie fotográfica 'Escondido en la ciudad', es el hombre invisible que se mimetiza con escenarios urbanos, como forma de rebelión ante el poder político.

«Después de graduarme me sentía como un ser innecesario en el mundo. En ese momento, comenzaron a demoler la zona donde estaba mi estudio y quería expresarme con la única forma que conocía, el arte. Mi primera obra fue una protesta...» Bolin expresaba con lenguaje artístico cómo en noviembre de 2005 las autoridades chinas demolieron el pueblo de Suo Jia Cun, donde convivía la mayor comunidad de artistas de Asia. El estudio de Liu, como los de muchos otros creadores, fue destruido. Entonces, decidió usar el arte como medio de protesta, llamando la atención sobre la falta de protección del Gobierno chino hacia los creadores del país. También retrató los cambios sufridos por la China moderna, mientras criticaba la escasa cobertura en los medios de comunicación de los problemas sociales y medioambientales que ocasionaba el veloz desarrollo asiático. Y exportó su llamada crítica a la gran manzana, donde se fotografió tras cubrir su cuerpo con los colores de singulares escenarios icónicos neoyorquinos.

Desencanto vital

Piratear el arte es una opción para transmitir cierta angustia existencial. Desencanto vital rodeado de un filtro atractivo, que combina el clasicismo y una meticulosa manufactura pictórica, con una compleja postproducción tecnológica. Cada cuerpo está coloreado individualmente, de tal forma que su presencia solo se descubre a través de una cuidada observación. La esfera post internet se materializa en el mundo de la creación con la idea de que la red no es una simple innovación técnica, sino más bien un componente de la vida misma que funciona a favor o en contra de esta. Cuando se acepta la importancia de los elementos que coexisten, tanto alrededor como dentro de la red, el arte no sólo se democratiza, sino que abre una gran fuente de expresión para muchos artistas. Una compleja relación entre el pasado y el presente, la realidad y la ilusión, sin obviar la fusión de arte y tecnología, en su instalación 'Lifestream vest' . Colocando una gran cantidad de 'smartphones' en una chaqueta salvavidas, provoca una imparable corriente de información continua y emite en directo lo que sucede a su alrededor.

Empleando figuras humanas e imágenes, la muestra explora temas como el ilusionismo y el misticismo. Desapareciendo y reapareciendo activamente, Liu Bolin clama por profundizar en los temas que van mas allá de su trabajo. Conectando tanto formatos 'online' como 'offline', el artista pone en un doble plano el trabajo manufacturado por el hombre, frente al que fabrica la red. Se introduce en la producción en masa y en la circulación de información y cuestiona qué lugar ocupa el poder en el ubicuo escenario actual.

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