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El accidentado Festival de Cannes de 1968. AFP
Aquel Festival de Cannes de 1968

Aquel Festival de Cannes de 1968

Lecciones de cine ·

La edición de hace 50 años, que fue inaugurada con 'Lo que el viento se llevó', fue interrumpida por las protestas de 'Mayo del 68'

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Jueves, 3 de mayo 2018, 11:37

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El 10 de mayo de 1968, hace ahora 50 años, el 21 Festival de Cine de Cannes levantaba su telón, ajeno a las convulsiones del momento. En la Universidad de Nanterre los estudiantes en huelga habían ocupado la universidad, Los obreros de las grandes fábricas de la periferia de París también estaban en huelga y se habían montado comités de ocupación de muchas fábricas. Pero para los cineastas franceses con los miembros de la 'Nouvelle Vague' a la cabeza, sus preocupaciones parecían ser otras: André Malraux, ministro de Cultura del gobierno del general De Gaulle había destituido al mítico director de la Cinemateca Francesa Henri Langlois, y los jóvenes cineastas de la 'Nouvelle Vague', que se habían formado viendo las películas programadas por Langlois no están dispuesto a permitirlo. Nada que no pudiese controlar Favre Le Bret, el entonces director del certamen francés, un oscuro funcionario dispuesto a pactar a cualquier precio.

El certamen se inaugura el 10 de mayo con una solemne gala en la que se proyecta una versión restaurada de 'Lo que el viento se llevó' en el 30 aniversario de la película. A la proyección asisten los miembros del jurado: André Chamson, presidente (Francia), Monica Vitti (Italia), Veljko Bulajic (Yugoslavia), Jean Lescure (Francia), Louis Malle (Francia), Roman Polanski (Polonia) y Terence Young (Gran Bretaña) entre otros.

La sección oficial en competición incluía títulos de Valerio Zurlini, Carlo Lizzani, Albert Finney, Miklós Jancsó, Mai Zetterling, Salvatore Samperi, Clive Donner, Miloš Forman, Alain Resnais, Jan Nemec, Richard Lester, Jirí Menzelm Jack Cardiff, Peter Collinson o del español Carlos Saura ('Peppermint Frappé'), entre otros ilustres cineastas. Y mientras en toda Francia se instala una huelga general indefinida y revolucionaria, Cannes parece una burbuja de glamour al margen del tiempo y del espacio.

La italiana Monica Vitti durante su asistencia al Festival de Cannes de 1968.
La italiana Monica Vitti durante su asistencia al Festival de Cannes de 1968. Archivo (Site oficial Festival de Cannes)

Pero es la calma que precede a la tormenta. En París el Barrio Latino se ha llenado de barricadas. Jean-Luc Godard, se une a diversos colectivos de cine-guerrilla que operan en las barricadas parisinas, como el Grupo Dziga Vertov, animado por él y por Jean-Pierre Gorin, armados con cámaras de 16 mm. El 13 de mayo, los estudiantes invaden el festival y se tienen que anular muchas proyecciones. Se comienza a cuestionar la continuidad del evento. Godard viaja a la Costa Azul y se une a sus compañeros de la 'Nouvelle Vague' solicitando la inmediata suspensión del Festival: 'No hay ningún film que muestre los problemas obreros o estudiantiles que ocurren hoy, ni por Forman, ni por mí, ni por Polanski, o Francois.

Los camaradas estudiantes, nos han dado el ejemplo, haciéndose romper la cara hace una semana. No se trata aquí de continuar o no continuar viendo películas (…) se trata de manifestar con un retraso de una semana y media la solidaridad del cine con el movimiento estudiantil y obrero en Francia', decía Godard.

Peppermint Frappé

Favre Le Bret habla con unos y otros para que el festival pueda proseguir sin más incidentes. Al fin y al cabo el certamen lleva aparejado el gigantesco Mercado del Film, que mueve muchos millones de francos. Pero los acontecimientos se precipitan: Louis Malle anuncia su dimisión como miembro del jurado y su gesto arrastra a Monica Vitti, Roman Polanski y Terence Young. En medio de no pocas turbulencias, el Comité de Defensa de la Cinemateca Francesa (creado a raíz de la destitución de Henri Langlois), anuncia en Cannes, en una reunión convocada por François Truffaut, Jean-Luc Godard, Claude Lelouch y Gabriel Albicocco, entre otros. Productores de las películas en concurso, Entre ellos Elías Querejeta, productor de 'Peppermint Frappe', (también Milos Forman o Alain Resnais) anuncian que retiran sus películas del certamen. Favre Le Bret asegura que no lo pueden hacer y que las películas se proyectarán. De hecho el Festival posee ya las copias de todas las películas y está dispuesto a que se vean.

De esta manera se llega al 18 de mayo, día de la proyección de 'Peppermint Frappé'. Jean-Luc Godard, Roman Polanski, Francois Truffaut o Louis Malle, junto a integrantes del mundo intelectual francés toman el hall del Palais del festival (el viejo Palais de la Croisette ya que aun no se había construido el nuevo con al auditorio Lumiére) dispuestos a impedir la proyección de la película española.

Momento de celebración durante el convulso Festival de Cannes de 1968.
Momento de celebración durante el convulso Festival de Cannes de 1968. Archivo (Site oficial Festival de Cannes)

La delegación española, con Elías Querejeta, Carlos Saura y Geraldine Chaplin a la cabeza se suman y dado que no han logrado que la película se retire del Festival, quieren impedir la proyección. Truffaut, Godard y otros cineastas, junto a Carlos Saura y Geraldine Chaplin, se cuelgan de la pantalla, que ya ha empezado a proyectar 'Peppermint Frappé' e intentan correr las cortinas.

El tumulto es enorme e incluso Geraldine Chaplin llega a recibir un puñetazo en su rostro, cabe suponer que involuntario, de Jean-Luc Godard. La proyección se suspende. Ya no se proyectarán más películas en aquel Cannes del 68. Al día siguiente, aunque nadie lo da por concluido, el 21 Festival de Cannes queda cancelado.

Sé realista, pide lo imposible

Se crean los 'Estados Generales del Cine' bajo la premisa de 'transformar el sistema, las condiciones en las que se ha encerrado el cine de Francia, hasta encontrarse cortado de toda realidad social y política'. En París, se organizaban comisiones de trabajo abiertas a todo el mundo, y estudiantes, directores y técnicos lanzaban el 19 de mayo la consigna de huelga ilimitada. Entre sus propuestas y haciendo realidad el famoso lema de aquellos días 'Sé realista, pide lo imposible', proponían reemplazar una industria de lucro por una economía autogestionada, en la que los salarios de todos, desde productores hasta proyeccionistas, fueran repartidos de manera igualitaria, así como la entrada gratuita a los cines, gracias a una contribución financiera de todo el país.

Pero algo positivo surgió de aquel Cannes del 68: Un año después se crea una nueva sección, 'La quincena de Realizadores', independiente del equipo del certamen, que apuesta por el cine de autor más inquieto. Durante muchos años, hasta su demolición, tiene la sede en el viejo Palacio del Festival y sus proyecciones transcurren paralelamente a las secciones oficiales del Festival de Cannes.

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