Borrar
Antonio Moreno, el primer español que triunfó en Hollywood

Antonio Moreno, el primer español que triunfó en Hollywood

Lecciones de cine ·

Trabajaba como partenaire de Greta Garbo, Gloria Swanson o Clara Bow

boquerini

Jueves, 28 de septiembre 2017

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Muchísimo antes que Antonio Banderas, mucho antes que Fernando Rey, antes incluso que miembros de la generación del 27 (Edgar Neville, López Rubio, Enrique Jardiel Poncela…) viajasen a Hollywood para participar en las versiones en español del recién nacido cine sonoro, ya había allí un español, un símbolo del latin lover que trabajaba como partenaire de Greta Garbo, Gloria Swanson o Clara Bow. Era Antonio Moreno, el primer español qur triunfó en Hollywood, aunque esta definición se queda corta para lo que fue su vida. Comenzo trabajando en los años 10 del pasado siglo en películas de 1 o 2 bobinas de David Wark Griffith en Nueva York, y se retiró del cine tras actuar a las órdenes de John Ford en ‘Centauros del desierto’, un impresionante recorrido a lo largo de cinco décadas del cine con 150 películas de las que, desgraciadamente, más de la mitad se consideran perdidas. Este pasado 26 de septiembre se han cumplido 150 años de su nacimiento. El documental ‘The Spanish Dancer’, de Mar Díaz, presentado en la Seminci de 2015 y premiado en diferentes festivales internacionales, ha logrado volver a poner de actualidad esta figura fundamental de la historia del cine que había permanecido olvidada demasiado tiempo.

Antonio Garrido Monteagudo Moreno, de nombre artístico Antonio Moreno, nació en Madrid el 26 de septiembre de 1887 y falleció en Los Ángeles, California, el 15 de febrero de 1967. Hijo de un militar, quedó huérfano desde muy pequeño y, por motivos económicos, se traslado con su madre de vivir a Campamento y Los Barrios, junto a San Roque, en Algeciras. Allí de niño se buscó la vida como pudo, entre otros trabajos como mozo y recogepelotas de las competiciones de polo que se realizaban en el Campo de Gibraltar, entre personas pudientes de Europa y América que tenían lugar en la colonia británica. Fue una de estas personas quién le ofreció la oportunidad de llevarle a los Estados Unidos, y Antonio, con solo 15 años so se lo pensó dos veces y aprovechó la oportunidad.

Instalado en Massachusetts, donde desempeñó diversos trabajos, entre ellos en la compañía de gas y electricidad, sin manifestar al principio, ningún interés por el cine. Pero su trabajo como empleado de gas y electricidad, le pone en contacto con los teatros. El florecimiento del cine como forma de ocio supuso una oportunidad para el joven Antonio, ya que mientras los grandes actores de la época despreciaban el nuevo medio, los inmigrantes como él podían confiar su suerte en su presencia escénica y su gestualidad. El joven Antonio adopta entonces el nombre artístico de Antonio Moreno y comienza a aparecer en diversas producciones cinematográficas en Nueva York, que entonces era el centro de la incipiente industria fílmica, entre ellas en los primeros cortometrajes de un director mítico, David Wark Griffith. “Primero tomé parte en dos películas sin pena ni gloria; a los seis meses me contrataron en la Biograph; allí trabajé ocho meses, con algo más de éxito; al cabo de ese tiempo pasé a la Vitagraph, donde ya empecé a hacerme un nombre y, finalmente ingresé en las huestes de la Metro–Goldwyn, donde ahora trabajo y donde, según dicen, he tenido mis grandes éxitos”, recordaría Antonio Moreno.

Su consagración

Pero la popularidad le llega a Antonio gracias a su participación en seriales de éxito, aquellas películas breves, de no más de media hora en las que la heroína acabada cada episodio a punto de la muerte (atada a las vías del tren cuando un convoy se acercaba veloz hacia ella, a punto de despeñarse por un precipicio…) y siempre en el siguiente episodio, una semana después, aparecía el héroe que la salvaba en el último minuto. Ni que decir tiene que en estos seriales, el héroe era Antonio Moreno, que alcanza asó una popularidad inmensa, y se convierte en el primer latin lover de la historia del cine, bastantes años antes de que Rodolfo Valentino o Ramón Novarro (a quien metió en el maletero de su coche y le coló entre los estudios para que empezase a trabajar como extra) triunfasen como galanes.

Con los años 20 el cine mudo vive su gran momento, y ahí está Antonio Moreno formando pareja con las grandes estrellas del momento: Dorothy Gish, Greta Garbo, Pola Negri, Gloria Swanson o Clara Bow entre otras muchas. Así llegarían películas como ‘La casa del odio’ (‘The house of hate’, 1918) junto a Pearl White, ‘My American wife’ (1922) con Gloria Swanson, ‘La tierra de todos’ (‘The temptress’, 1926), dirigida por Fred Niblo con Greta Garbo como protagonista, ‘Mare nostrum’ (1926) de Rex Ingram junto a Alice Terry una gran superproducción basada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez que se rueda en múltiples escenarios de Europa y América, o la película ‘Ello’ (‘It’, 1927), una comedia romántica dirigida por Clarence G. Badger con los actores Gary Cooper y Clara Bow; película que acuñaría el término 'It girl'. En estos años el actor se ha casado con Daisy Canfield Danziger, una dama viuda de la alta sociedad, rica heredera de un magnate del petróleo, viviendo en una de las más míticas y lujosa mansiones de Hollywood llamada Crestmount cuyas fiestas llenaban páginas de las revistas de la época.

Antonio Moreno, director

Desde que empezó en el cine Antonio Moreno había soñado con dirigir. La oportunidad le llegó en 1920, con una película titulada ‘The veiled mystery’, que codirige junto a William Bowman, Webster Cullison y Francis J. Grandon, y que también protagoniza.

Sin embargo su gran oportunidad como director se produce en México en 1932, dirigiendo ‘Santa’, la primera película sonora mexicana, que protagoniza Lupita Tovar. Moreno aporta a la industria cinematográfica mexicana todos los conocimientos sobre cine sonoro que había aprendido en Hollywood. La película es la adaptación de una famosa novela de Federico Gamboa que ha sido llevada a la pantalla en cinco ocasiones, la primera en 1922.

La llegada del sonoro supuso para Antonio Moreno tener que reinventarse. El actor tenía una preciosa voz por lo que, a diferencia de otros actores del cine silente, siguió haciendo películas en el sonoro, Pero la industria había cambiado. En los primeros años del sonoro se dedica a recuperar sus raíces con las versiones españolas de las películas rodadas en Hollywood en las que también, a veces, hacía la versión en inglés.

En 1936 Antonio regresa a España y protagoniza la única película española de su trayectoria, ‘María de la O’, película basada en el cuplé del mismo título de Salvador Valverde y Rafael de León, que protagoniza junto a Carmen Amaya, Julio Peña y Pastora Imperio. En aquel regreso fueron a buscarle al tren Edgar Neville, Jardiel Poncela y José López Rubio, porque en América les abrió las puertas de su casa y se portó fabulosamente con ellos. ‘María de la O’ se ve afectada por el inicio de la guerra civil y no se pudo estrenar hasta 1939. Antonio Moreno quería traer todo lo que sabía y ayudar a crear una industria, pero la guerra frustró sus deseos y ya no volvería más a España.

A las órdenes de los más grandes

Regresa a Hollywood y ya no para de trabajar con todos los grandes directores: Con Tay Garnett en ‘De isla en isla’ (1940), con George Marshall en ‘El valle del sol’ (1942), con Frank Borzage en ‘Los piratas del mar Caribe’ (1945), con Henry King en ‘Capitán de Castilla’ (1947), con Stuart Heisler en ‘Dallas, ciudad fronteriza’ (1950), con Anthony Mann en ‘Bahía negra’ (1953), con Budd Boetticher en ‘Rebelión redentora’ (1953), con Jack Arnold en ‘La mujer y el monstruo’ (1954), la primera película que se rueda en 3D, con Raoul Walsh en ‘Rebelión en el fuerte’ (1954), o con John Ford en la mítica ‘Centauros del desierto’ (1956), su broche de oro.

Antonio Moreno uno de los primeros actores en tener un club de fans, ya en 1914. Y cuando se estrenó ‘La mujer y el monstruo’, en 1954, las mujeres del club le hicieron una fiesta ¡por los 40 años del mismo! La investigación realizada por Mar Díaz para su documental ‘The Spanish Dancer’, ha permitido encontrar una película que se daba por perdida, ‘En la tierra del sol’, un documental que Antonio rodó en Sevilla en 1927, de la que existía una copia en Buenos Aires y que la Filmoteca Española tras darla por perdida ha reestrenado con todos los honores. Precisamente la Filmoteca ha dedicado septiembre a un ciclo con todas las películas existentes de Antonio Moreno, reivindicando su lugar fundamental en la historia del cine.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios