Borrar
Stanley Kubrick.
Kubrick, al principio

Kubrick, al principio

Con tan solo trece largometrajes en 46 años, los inicios artesanales y autodidactas del cineasta marcaron, sin duda, su soberbio recorrido posterior

Boquerini .

Jueves, 23 de febrero 2017, 18:31

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Decía Orson Welles que Stanley Kubrick le parecía "un gigante. Un auténtico hombre renacentista en pleno siglo XX". Nunca un director ha despertado tanta expectativa con cada una de sus películas, nunca un director ha sido tan minucioso como para repetir 130 veces el rodaje de un plano para desesperación de sus actores, nunca un director ha sido tan perfeccionista, tan cuidadoso, tan brillante Hombre excéntrico, con un miedo atávico a coger un avión, pese a que entre sus aficiones de juventud estaba la de tener el título de piloto aficionado, y a la velocidad -nunca permitió a su chófer ir a más de 60 kilómetros hora-. Su corta pero intensa trayectoria, trece largometrajes en 46 años hacen de Stanley Kubrick (1928 1999) un cineasta con una personalidad cuyos inicios han marcado poderosamente su recorrido posterior.

Stanley Kubrick nació el 26 de julio de 1928 en Nueva York en el seno de una familia judía de origen centroeuropeo. Su padre, un médico del Bronx le transmite su pasión por el ajedrez y a los 13 años le regala una cámara fotográfica, lo que marca su afición por la fotografía. Estudió en la Taft High School y fue un estudiante muy mediocre, destacando únicamente en física. En sus años escolares se dedica a fotografiar a sus profesores en actitudes extrañas. En la adolescencia toca la batería en un conjunto de jazz. No prospera con sus estudios y a los 17 años comienza a trabajar como reportero gráfico para la revista Look. La primera foto que hace para la revista se convierte en portada y da la vuelta al mundo: en un número dedicado a la muerte del presidente Rooswelt, la fotografía de Kubrick que se convierte en portada es la de un entristecido vendedor rodeado de los periódicos que anuncian la noticia.

De los 17 a los 22 años Kubrick se recorre los Estados Unidos de punta a punta, siendo uno de los fotógrafos mejor pagados del país. A la vez comienza a interesarse por el cine. Durante una temporada comienza a asistir cinco días a la semana a las proyecciones cinematográficas del MoMa de Nueva York. Devora todo tipo de filmes y se da cuenta que si él dirigiera el resultado no sería peor que otros, Además, devora todo tipo de libros, descubriendo 'Técnicas de cine', de Pudovkin, que explica de forma sencilla como el montaje configura una película, que le influye de forma decisiva.

Descubrimiento del cine

En 1951 se plantea dejar la fotografía para dedicarse al cine. Es en año en que se cruza con un personaje decisivo, Alexander Singer, guionista y futuro realizador, que trabajaba como administrador del programa de televisión 'The March of Time', que incluía una serie de microespacios filmados de no más de 8 minutos, que eran pagados a 40.000 dólares, llegando al convencimiento de que Kubrick los podría hacer por 1.500. De esta manera y con la ayuda de 3.900 dólares que tenía ahorrados de su trabajo como fotógrafo, Stanley Kubrick debuta como realizador con 'Day of the Fight', que se basaba en 'Prize Fighter', una de las series de fotografías realizadas para 'Look'. Utiliza una cámara de 35 milímetros, que aprende a manejar en una mañana en la Camera Equipment Company. Además, un empleado de la empresa le enseña a empalmar, a cortar y a usar el sincronizador que alquila allí mismo. La película dura 16 minutos y muestra como, antes de un gran combate, Walter Cartier, boxeador de peso medio con un futuro prometedor, pasa las horas previas a la pelea en compañía de su hermano gemelo y mánager, Vince. Kubrick no logra que el programa 'The March of Time', que estaba ya en vías de disolución se lo compre, pero sí lo hace la RKO-Pathé por 4.000 dólares. Kubrick gana 100 dólares y consigue que su cortometraje sea exhibido públicamente.

Animado por esto, Kubrick se pone manos a la obra para realizar otro cortometraje, 'The Flying Padre' (1951) sobre un cura del suroeste del país que volaba en una pequeña avioneta para visitar a sus feligreses. Kubrick lo calificaría después como 'una tontería'. No obtuvo beneficios pero para Kubrick fue sobre todo un aprendizaje. Como en el anterior, de nuevo en este cortometraje Kubrick hizo de todo: guion, dirección, fotografía, operador de cámara, técnico de efectos especiales. En pocas palabras, aprendió el oficio de cineasta desde todos los prismas posibles, lo que sería decisivo para su trabajo posterior. En este momento decide olvidarse completamente de su anterior oficio de fotógrafo para dedicarse por completo al de hacer películas.

En 1953 rueda un nuevo corto, esta vez algo más largo, de 30 minutos, 'The Seafarers', un documental sobre las ventajas que el sindicato de marineros ofrece a sus miembros. En él se muestra de forma pormenorizada la sede del sindicato en una gran ciudad, lejos del hogar de los marineros recién llegados al puerto. Estos inicios son años duros para el cineasta ya que debe sobrevivir a base de préstamos familiares y de participar en torneos de ajedrez, afición que traslada al cine en lo que se refiere a la meticulosidad y reflexión intelectual de toda su obra.

Debut en el largometraje

Ese mismo 1953 Kubrick debuta en el largometraje con 'Fear and Desire', una película bélica (se puede considerar como una especie de borrador de 'Senderos de gloria') que el propio director se pasaría años intentado quitar de la circulación. Protagonizada por Frank Silvera, Kenneth Harp y Paul Mazursky, y basada en un texto del poeta Howard O. Sackler (el autor de 'La gran esperanza blanca'), la película cuenta cómo, después de una escaramuza tras las líneas enemigas, un escuadrón de cuatro hombres al mando de un teniente lucha por sobrevivir y regresar a la zona de seguridad. Uno se vuelve loco, otro muere y los supervivientes matan a un general y a su ayudante, que no son más que proyecciones de ellos mismos con más edad. Kubrick vuelve a hacer de todo: administrador, operador, maquillador, atrezzista, peluquero, encargado del vestuario, chófer... Logra los 10.000 dólares iniciales para poner en marcha el rodaje, a través de prestamos familiares, que hubo de aumentar en 20.000 debido a problemas de sincronización.

La película no tiene ningún éxito y de nuevo Kubrick vuelve a recurrir a familiares para financiación de su siguiente filme, 'El beso del asesino' ('Killer's Kiss', 1955), que vuelve a protagonizar Frank Silveira, ahora acompañado de Jemie Smith e Irene Kane. Se trata de un thriller sobre un boxeador que, esperando la hora de su gran combate, espía por la ventana a la vecina de enfrente, una bailarina de un club nocturno. Esa noche, mientras el jefe de la bailarina ve con ella el combate por televisión, empieza a molestar a la bailarina. El boxeador le sorprende queriendo entrar por la fuerza en el apartamento de ella y consigue que se vaya. La bailarina y el boxeador planean largarse juntos pero el jefe de ella la secuestra. El boxeador la encuentra y la libera, derrotando a su captor. Kubrick comienza a experimentar con el lenguaje fílmico, filma en Times Square, Broadway y otros escenarios neoyorquinos, con fuertes contrastes de luces y sombras. La película obtiene un relativo éxito y el nombre de Stanley Kubrick empieza a ser conocido. Y de nuevo Alexander Singer aparece en su vida para apoyar el que sería su primer gran éxito, 'Atraco perfecto'. Pero eso es ya otra historia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios