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Miembros de la asociación ARPA y autoridades, durante el acto que prologa el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, que se celebra mañana.
ARPA atiende en La Rioja a 110 autistas

ARPA atiende en La Rioja a 110 autistas

La mayoría de los afectados son hombres, con edades que van desde los 2 años hasta los 56

MARÍA CARRERA

Miércoles, 1 de abril 2015, 00:14

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Le dan una maleta y le llevan hasta China. Por supuesto, usted no conoce ni el idioma ni la cultura. Todo está en chino. No sabe cómo pedir las cosas y nadie le entiende. Esta imagen es una buena manera de intentar explicar y comprender qué es el autismo.

En la teoría hace referencia a un conjunto de condiciones que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral, provocando dificultades en la comunicación y la interacción social o en la flexibilidad del pensamiento y la conducta. En la práctica se traduce en rechazo, incomprensión y soledad.

Pero sobre todo un gran desconocimiento que ha conducido durante muchos años a una pérdida de personas dotadas de talentos diferentes. No existen dos afectados con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) iguales. Uno puede tener retraso mental y no emplear el lenguaje verbal. Otro en cambio haber llegado hasta la Universidad, logrando matrículas de honor.

En La Rioja, esa heterogeneidad se hace visible en los 110 niños, jóvenes y adultos que desde hace 30 años atiende la Asociación Riojana para el Autismo (ARPA). Tienen edades comprendidas entre los 2 y los 56 años y en su mayoría son hombres, debido a una cuestión de prevalencia de este trastorno. En concreto, el ratio es aproximadamente de cuatro chicos por cada chica.

También es mayor el número de niños que el de adultos. En este caso, la razón no está en que haya más autistas, sino en que se diagnostica antes y mejor y tanto las familias como los pediatras están más concienciados. «Estamos detectando hasta con dieciocho meses», señala la presidenta de ARPA, María Valle Vaquero.

Hay señales que pueden ayudar a los padres a darse cuenta: «Cuando llamas al niño por su nombre no te atiende, o no te mira a los ojos, no busca el contacto o tiene rabietas incomprensibles», explica la directora gerente de ARPA, Alicia Fernández. Esa detección precoz es fundamental porque evitará que se vuelvan a repetir hechos como que «todavía muchos adultos estén sin diagnosticar», revela la presidenta.

Y es que descubrirlo a una edad temprana es esencial para que logren una mayor autonomía e integración. La adolescencia y la adaptación de estos chicos durante este complicado período de la vida es uno de sus principales objetivos. «Cuando las relaciones sociales empiezan a ser importantes es cuando estos chavales lo pasan mal», subraya la directora.

Sin embargo muchas familias deciden ocultarlo. A veces a los padres les da vergüenza que se sepa que sus hijos, con un alto nivel intelectual por encima de la media, son autistas. Otras lo hacen por sobreprotección, para que no traten a sus hijos de forma diferente y puedan vivir en un entorno normalizado.

Edades peligrosas

Pero Fernández alerta: «Si se oculta queda mucho sufrimiento escondido y riesgo de malos tratos en los colegios». Son esos abusos y esa violencia física y mental, que se suele producir en edades en las que se tienen más prejuicios, contra lo que quieren combatir desde ARPA.

Esa falta de sensibilidad social les puede llevar al desarrollo de una enfermedad mental como depresión, trastorno obsesivo compulsivo o psicosis. «Algunos padres llegan a tener miedo porque tienen alteraciones graves de conducta», advierte.

Y es que el autismo es, como dice Fernández, el gran desconocido. Incluso muchas veces lo es para el propio entorno: «Un destello, un sonido fuera de lo común les puede acarrear una crisis tremenda y tú no te has enterado porque son hipersensibles».

O un simple cambio dentro de la rutina diaria «y les haces polvo». Por eso en muchas ocasiones las familias, especialmente quienes son padres primerizos, se enfrentan a una complicada tesitura: «No comprendes qué les pasa, ni sabes cómo ayudarles y no puedes dejarles con nadie».

Pero este trastorno también los hace peculiares en un sentido positivo. Tienen memorias prodigiosas, habilidades de cálculo o de visión mediante imágenes. Así que quienes necesiten trabajadores que se fijen en los detalles, a los que no les guste perder el tiempo y que les encante la rutina tienen en las personas con autismo a los candidatos idóneos.

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