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¿Por qué son tan malas las páginas web de la mayor parte de los restaurantes españoles? Vivimos en un mundo digital en el que cada vez más ciudadanos se informan de todo a través de Internet. Ya es un elemento fundamental a la hora de elegir, por ejemplo, un hotel. Y por supuesto lo está siendo a la hora de buscar dónde comer. Sin embargo, son muchos los establecimientos que no cuidan un aspecto que me parece fundamental. No basta con tener la web operativa. Eso ya lo tienen todos. Bueno, casi todos, no todos, algo incomprensible. Claro que también hay quien sigue sin aceptar tarjetas de crédito en un mundo en el que el dinero físico camina hacia su inminente desaparición sustituido por medios de pago electrónicos.

Como digo, tener una página en las redes no es suficiente. Hay que dar mucha información, la más posible. Y ahí es donde se estrellan muchas de las webs de restaurantes españoles. Personalmente utilizo mucho esta opción antes de acudir a establecimientos de nuestro país o a los del extranjero. Y salvo contadas excepciones, los de fuera nos ganan por goleada. No basta con un diseño bonito y buenas fotos (en muchos casos ni siquiera encontramos esto, más bien al contrario, páginas diseñadas en los albores de Internet y que desde entonces no se han actualizado), hay que proporcionar información.

Y la información está en una buena galería de imágenes que muestre al internauta cómo es el restaurante. La información está en proporcionar un mapa de situación que permita llegar sin dificultades. La información está en facilitar todos los datos de contacto, incluidos los días de cierre y los horarios de apertura (aunque parezca mentira, este dato fundamental no se encuentra muchas veces). La información está en colgar la carta o los menús actualizados y con sus precios correspondientes, otro elemento imprescindible para el cliente a la hora de decidirse por uno u otro. La información está en publicar también la carta de vinos, aunque ya sé que esto es para nota.

Y además de la información, darle al potencial comensal la posibilidad de reservar con facilidad una mesa si la oferta del establecimiento le ha convencido. Que se pueda hacer la reserva en la misma página y no por teléfono, y confirmar esa reserva al momento y no mediante un mensaje de que «cuando lo veamos ya le avisaremos». Todo esto necesita una página web. Y convendría que muchos tomaran nota porque el que no esté al día se va a ir quedando fuera de juego.

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