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De temporada, fresón
Despensa

De temporada, fresón

Vistosa y saludable, esta fruta se consume sobre todo al natural como postre aunque gana enteros con unas sencillas propuestas

ISABEL LÓPEZ

Lunes, 26 de marzo 2018, 17:28

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Abundante en nuestros mercados desde hace unas semanas, el fresón brinda hasta junio su mejor cara porque lo que encontramos ahora en las fruterías es fresón y no fresa, que llega algo más tarde y en mucha menor cantidad, pues su fragilidad ha determinado un notable descenso de su cultivo en los últimos años. El fresón, sobre todo procedente de Huelva, ha barrido a la fresa del mercado y llega a los anaqueles prácticamente todo el año aunque es en estos meses cuando parece ser omnipresente.

Es una fruta jugosa que gusta a casi todo el mundo y que tiene como particularidad frente a otras que una vez cogida de la mata ya no madura. Cuando compremos fresones, debemos elegir que sean gruesos, brillantes y de apariencia fresca, y con los tallos intactos. El fresón al natural es un postre delicioso o un apetecible tentempié que aporta beneficios al organismo: una ración de 100 gramos satisface toda la cantidad de vitamina C que necesita diariamente una persona adulta sana.

Tradicionalmente, las fresas se tomaban espolvoreadas con azúcar hasta que hace unos años se puso de moda consumirlos con nata o con zumo de naranja, opciones siempre válidas pero no las únicas. Lo que valía para las fresas vale ahora para los fresones, que sumergidos en chocolate fundido representan una magnífica combinación, igual que si los maceramos en vinagre de Módena y azúcar o los bañamos con burdeos o cava.

En el apartado de dulces y postres, tartas, cremas, helados, mousses, gelatinas y mermeladas confirman también las posibilidades culinarias de los fresones, que en ensaladas emparejan muy bien con alimentos tan diversos como mariscos, espinacas o frutos secos y que incluso admiten ser rebozados en una masa de harina, levadura, huevo, azúcar y ron y fritos en aceite de oliva con un resultado espectacular.

Una sopa original

Con aguacate y anchoas los fresones ofrecen una sabrosa sopa fría. Hay que batir la fruta, lavada y troceada, con cebolleta, aceite de oliva, pimienta negra y rosa, vinagre y sal. La crema resultante hay que reservarla en el frigorífico tapada con film transparente hasta el momento de servir. En el plato, con la sopa en el fondo, se pone una rebanada de pan de semillas y cereales recién tostada y sobre ella el aguacate cortado en rodajas y unas anchoas en salazón. Un poco de cebollino, hierbabuena y una pizca de sal negra culminan un plato distinto y colorido.

La fresa, distinta

Hay diferencias notables entre fresa y fresón aunque pertenezcan a la misma familia botánica. El fresón es un cruce de especies, un híbrido obtenido en el siglo XVIII. Es más grande, su forma no es tan redondeada y, en el paladar es mucho más dulce que la fresa, de sabor más pronunciado y difícil de olvidar una vez que se ha probado. A pesar de que es también una fruta delicada, el fresón es más resistente y aguanta más tiempo, por lo que puede transportarse a distancias considerables mientras que la fresa no, por ser mucho más perecedera.

Sin remojo

El fresón es delicado y conviene tenerlo en el frigorífico o en un lugar oscuro, fresco y ventilado, sin amontonar las piezas. Hay que sacar la fruta de la nevera una hora antes de su consumo y lavarla en el último momento, justo antes de quitarles el rabo.

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