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Un guardián vigila el taller de la cárcel de Onomichi, donde trabajan ancianos reclusos japoneses. AFP
Prisión, dulce prisión

Prisión, dulce prisión

Crecen en Japón los delitos cometidos por ancianos que buscan intencionadamente entrar en la cárcel. Quieren compañía y sustento

SUSANA ZAMORA

Domingo, 1 de abril 2018

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A sus 80 años lleva casi toda su jubilación entre rejas. Desde hace siete, Daiki pasea sus marcadas arrugas y la fragilidad de su cuerpo con la ayuda de un andador por el patio de la prisión de Onomichi (pueblo costero próximo a Hiroshima), ...

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