Borrar
Karl Lagerfeld, Carolina Herrera y Michael Kors.
¿Por qué los diseñadores siempre visten igual?

¿Por qué los diseñadores siempre visten igual?

Carolina Herrera, Tom Ford, Michael Kors, Alexander Wang, Karl Lagerfeld... venden modernidad pero siempre echan mano de las mismas prendas

Luis Gómez

Viernes, 20 de abril 2018, 14:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Diseños vendo y para mí no tengo. ¿Qué se puede esperar de gurús que venden modernidad a todas horas y luego ellos visten siempre igual? No es el caso de uno, dos y tres modistas. La lista es interminable. Resultan tan previsibles que se les conoce como los creadores del uniforme. Son capaces de lanzar hasta cuatro colecciones anuales, pero su fondo de armario parece que no diera para más. La recién retirada Carolina Herrera, el tejano Tom Ford, el neoyorquino Michael Kors, Alexander Wang, el octogenario Karl Lagerfeld, Alber Elbaz, excreador de Lanvin...

La siempre clásica Carolina Herrera.
La siempre clásica Carolina Herrera.

A su manera han creado un estilo personal y único. Son copias de sí mismos. Calcos con los que contradicen su quehacer profesional. En tiempos de consumo responsable y conciencia sostenible, abanderan una propuesta anticonsumista. Si no fuera por su enorme éxito internacional, podría pensarse que repudian el poder de la ropa o que estuvieran cansados de pasarse la vida hilando en sus talleres. A la venezolana Herrera no hace falta imaginársela mucho para pensar con qué modelo podría aparecer (e impactar) en cualquier cóctel. Con impoluta camisa blanca y falda negra por la rodilla. Su estilo, como recuerdan no se sabe muy bien si su amplia corte de partidarias o detractoras por su monotonía, que también las tiene, admite ligeras variaciones. A veces cambia el largo de la falda, otras innova con el estampado... Y poco más.

Elbaz, el rey de las pajaritas.
Elbaz, el rey de las pajaritas.

No es la única estrella de ideas fijas. Del talentoso Elbaz, que salió de muy malas maneras de Lanvin, tampoco se puede decir que sea un dechado de originalidad. Quizás porque tampoco desea perder mucho tiempo en decidir con qué salir a la calle, es el rey de las pajaritas. Las tiene de todos los colores. Olvídense de verle anudarse alguna vez una corbata. Su indumentaria resulta divertida y desenfadada: traje o levita oscura, lazo al cielo, camisa blanca y gafas de pasta. De acuerdo: ha creado marca con su imagen. Recuerda a Charlot. Pero a fuerza de verle siempre de la misma guisa su capacidad de sorpresa se esfuma... y termina cansando. Son impagables, en todo caso, sus pantalones, que lleva muy cortos, y su obsesión por enseñar calcetín.

Lagerfeld, con sus entalladísimos trajes negros y camisa blanca.
Lagerfeld, con sus entalladísimos trajes negros y camisa blanca.

La inclusión de Lagerfeld en este ranking es obligatoria. Con su sempiterna coleta blanca y gafas de sol aunque caigan chuzos, se mete en entalladísimos trajes negros y camisa blanca, que complementa con broches y collares. Maniático o no, sigue los pasos del difunto Michael Jackson por su afición a cubrir sus manos, incluso en verano, con guantes de cuero. Son su marca registrada. Lleva así años y hay que reconocerle su mérito: guste o no, es un icono. El Káiser, como se conoce al director creativo de Chanel y Fendi, puede que cambie de talla -adora la extrema delgadez- pero no de gustos.

Hay teorías que relacionan esta tendencia con personas brillantes

El más juevenil Alexander Wang.
El más juevenil Alexander Wang.

Tom Ford, amigo de los esmóquines de terciopelo combinados con camisas profusamente desabrochadas y sin corbata, tampoco se lía la manta a la cabeza. Pero es punto y aparte porque consigue lo que jamás alcanzarán otros: ir impecable en todo momento. Solo hay algo que chirría en su pulcra y exquisita vestimenta: nunca se deja ver en vaqueros o sin chaqueta. Juega a ser un hombre mayor con un punto 'cool', pero sin arriesgar. Wang, mucho más joven, es un diseñador de su tiempo. Recorre las pasarelas al final de los desfiles dando saltitos con camisetas. Empezó con las blancas y ahora no se apea de las negras, su prenda fetiche. Tampoco se complica demasiado Michael Kors. Americana, camiseta, zapatillas deportivas... Y paren de contar. Fuera de la pasarela complementa su atuendo atemporal con gafas de sol totalmente negras.

Michael Kors, con su clásica americana, camiseta y zapatillas deportivas.
Michael Kors, con su clásica americana, camiseta y zapatillas deportivas.

Enseñando pierna

Thom Browne, que disparó la fama, prestigio y ventas de Moncler, es lo más parecido a un niño con sus trajes de pantalón corto. No se los quita ni en los ambientes más selectos. No hay duda: le gusta enseñar pierna a todas horas. Todo lo contrario que a Armani, clásico entre los clásicos con su 'mono': jersey y pantalones azul marino, tirando a anchos. Perderán también el tiempo si confían en ver alguna vez al japonés Yohji Yamamoto con prendas que no sean negras. «El negro es modesto y arrogante al mismo tiempo. Es algo perezoso y fácil, pero también misterioso», se justifica. JW Anderson, que arrasa en Loewe y su firma homónima, recuerda a los estudiantes de Erasmus con sus vaqueros, zapatillas deportivas y jersey azul marino.

Thom Browne, enseñando pierna.
Thom Browne, enseñando pierna.

Ninguno de estos grandes diseñadores explica el porqué de esta estética tan monótona. Sin embargo, no es casual que lideren un movimiento 'no moda' que popularizó el expresidente de Estados Unidos Barack Obama. «Tengo demasiadas decisiones que tomar. Uno necesita enfocar su energía en la toma de decisiones. No puedes estar pasando el día distraído por trivialidades», respondió cuando le preguntaron por qué solo usaba trajes grises o azules.

Yohji Yamamoto, siempre con prendas de color negro.
Yohji Yamamoto, siempre con prendas de color negro.

Matilda Kahl, una desconocida directora de arte de la agencia neoyorquina Saatchi&Saatchi, alcanzó hace un par de años fama mundial al inventarse un uniforme laboral -pantalón negro (en verano falda lápiz), camisa blanca y cazadora de cuero negra-. Mucho antes, en 1974, otra persona totalmente anónima, Dale Irby, un profesor de educación física de Texas, comprobó que se había vestido igual en las fotos del anuario escolar dos años seguidos. Su mujer le retó a que se volviera a vestir igual al siguiente y lo continuó haciendo... ¡40 años más! Desde Einstein a Steve Jobs, cofundador de Apple, o Mark Zuckerberg, creador de Facebook, talentos descomunales han dado lugar a muchos estudios sobre si vestir igual cada día se asocia a personas muy exitosas y brillantes. Como muchos diseñadores.

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios