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Momento final del concierto. /Blanca Castillo
Jazz Vitoria: Flamenco y jazz para cerrar el Festival
37 FESTIVAL DE JAZZ DE VITORIA-GASTEIZ

Jazz Vitoria: Flamenco y jazz para cerrar el Festival

Doce años después, estos dos grandes músicos se volvieron a subir juntos al mismo escenario para interpretar en exclusiva mundial una música que difícilmente podrá repetirse

LAURA ALZOLA

Martes, 23 de julio 2013, 10:22

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La noche no defraudó. A pesar de las altas expectativas, el último concierto del 37 Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz cumplió ofreciendo el mejor jazz y la mejor fusión de este con el flamenco. Dividido en tres actos, fueron cuatro horas de espectáculo acalorado. Tanto por la música, como por la temperatura a la que hervía el polideportivo después de un día de sol abrasador.

En el primer acto, nada más salir al escenario, Chick Corea presentó a su formación, The Vigil, y anunció que tocarían canciones de su último disco. Con Tim Garland al saxo, Christian McBride con el bajo, Marcus Gilmore a la batería y Charles Altura con la guitarra, el grupo demostró ser el perfecto acompañante estadounidense de 72 años, que volvía a demostrar con cada nota su pertenencia a otra órbita en el jazz.

Mendizorroza reaccionó a cada maravilla de Corea al piano con merecidos aplausos. Y eso que en el polideportivo, por primera vez lleno a rebosar, no dejaron de agitarse los abanicos hasta el final de la noche. 'Asiento no asegurado', decía la letra pequeña en la entrada, y así, hubo quien tuvo que disfrutar del concierto en pie o buscando un hueco en el suelo esforzándose, eso sí, por no molestar.

"Perdonad, que con el calor se sudan las cuerdas" pedía disculpas de Lucía nada más tocar las primeras notas. El maestro, sentado en el centro del escenario, interpretó varias piezas en solitario antes de que irrumpiera de lleno su grupo. Para entonces, los oyentes del polideportivo vitoreaban a pleno pulmón como si hubiesen olvidado la falta de aire. 'Farru', el bailaor de la formación, levantó al público de sus asientos y 'El Piraña' arrancó aplausos atronadores.

Pasada la medianoche, de Lucía anunció la hora de "fumarse un cigarrito" y "disfrutar de nuestro querido y admirado Chick Corea". En menos de quince minutos se volvió a encajar el piano de cola en el escenario, dando comienzo al espectáculo más esperado de la noche.

Hubo quien se arrodilló en los pasillos de Mendizorroza para grabar en el móvil trozos del encuentro de ambos maestros. Incluso quien se paseaba lenta y con disimulo para aprovechar y ver el dúo de cerca.

Las sonrisas de complicidad entre Paco de Lucía y Chick Corea, el silencio expectante e inmóvil del público y las miradas atónitas de los palmeros durante algunos pasajes improvisados fueron el mejor reflejo de lo que ocurría sobre el escenario. El flamenco y el jazz, De Lucía y Corea, cerraron el festival caminando hacia el 'backstage' agarrados.

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