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Vurro, en su hábitat.
Calentando los oídos para el Azkena

Calentando los oídos para el Azkena

Un viaje en doce canciones por el cartel del festival vitoriano, desde la C de Capocci hasta la V de... Vurro

Carlos Benito

Viernes, 23 de junio 2017, 00:36

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A estas alturas, todos los que van a asistir al Azkena Rock Festival habrán preparado con esmero el itinerario que desean seguir a lo largo y ancho del programa. Seguramente, hasta tendrán pensados también unos cuantos itinerarios alternativos, por si acaso la vida festivalera con sus encuentros inesperados, sus excesos inevitables y sus agotamientos inmensos obliga a hacer a última hora algún desvío de emergencia. Así que este pequeño repaso al cartel en doce canciones no pretende convencer a nadie, porque además todos sabemos que eso resulta prácticamente imposible: cada cual acude al festival con sus lealtades bien claras, inquebrantables, y seguro que más de uno se ha saltado este primer párrafo y está comprobando ya si su grupo favorito aparece en la lista, para clamar con santa indignación contra el indocumentado que ha decidido no incluir a los Hellacopters, a Crank County Daredevils, a Thunder o a Loquillo. ¡Tranquilidad! ¡Serenidad! ¡Que reinen la paz y el rock and roll! Esta selección de doce canciones (con los artistas ordenados alfabéticamente, de la ce de Capocci a la uve de... Vurro) solo aspira a servir de calentamiento para los oídos, como una puesta a punto en tres cuartitos de hora. Vamos allá.

Pat Capocci - 'The Cobra'

Pat Capocci actuará dentro y fuera del recinto, porque ha sido uno de los elegidos por la organización para protagonizar los conciertos gratuitos de la Virgen Blanca, esos que inoculan el veneno del rock en el corazón mismo de Vitoria. Y la verdad es que el estiloso guitarrista y vocalista australiano, un barbero tatuado y aficionado al surf, es una elección estupenda para esa misión, porque su combinación de rockabilly, western swing, jazz, country y blues consigue efectividad inmediata sin caer en lo populachero. Capocci, que tiene costumbre de levantarse en mitad de madrugada para ensayar, es un tipo educado en el punk que sabe cómo dar fuerza a canciones como esta.

Cheap Trick - 'Baby Loves To Rock'

La veterana banda estadounidense, fundada en 1973, es una pesadilla para quienes prefieren que los artistas se dejen clasificar con docilidad. Cheap Trick están ahí en medio, con un pie en el rock duro y otro en el power pop, abarcando un territorio impreciso donde se combinan las melodías cautivadoras, los guitarrazos rotundos y el sentido del humor. Su influencia se reparte entre admiradores tan dispares como Joey Ramone, Guns N' Roses, Kurt Cobain, Gene Simmons o Steve Albini, por citar a unos cuantos ilustres. 'Baby Loves To Rock' pertenece a su álbum de 1980, 'All Shook Up', inmediatamente posterior a su andanada inicial de obras cumbre y a su mítico directo en Japón. No es el más apreciado de sus discos, pero por algo mantienen en sus 'setlists' esta especie de 'jam' entre Led Zeppelin y T. Rex.

The Cult - 'Rain'

Al analizar la trayectoria de The Cult se suele trazar siempre una frontera entre su primera época, dedicada a un post punk épico que los aproximaba a las hordas siniestras, y la segunda, donde hibridaban los riffs de rock duro con el misticismo de The Doors, pero en realidad las canciones de las dos fases no son tan distintas, marcadas siempre por la guitarra de Billy Duffy y la voz y presencia chamánica del cantante Ian Astbury. Si los examinamos desde España, llama la atención cómo el paquete completo (sonido, estética y filosofía) influyó enormemente a bandas como Héroes del Silencio. 'Rain' es uno de sus temas más exitosos y pertenece a su segundo álbum, anterior a aquel momento en el que decidieron metalizarse.

John Fogerty - 'Fortunate Son'

Setenta y dos años tiene el cantante y guitarrista californiano, que es de la misma quinta que Neil Young, Van Morrison, Bryan Ferry y Bob Marley. Viene a Vitoria a interpretar temas de su grupo, Creedence Clearwater Revival, que se disolvió en 1972, nada menos, pero dejó un legado que se mantiene vigente y saludable a estas alturas, lo suficiente para tenerlo como indiscutido cabeza de cartel. La Creedence (así se ha dicho siempre en España, con el artículo femenino, igual que sucede con la Velvet) reivindicaron las esencias eternas del rock americano en el último tramo de los sesenta y el primero de los setenta, un tiempo en el que levantaban el vuelo estilos más dados a lo exploratorio y lo divagante, como la psicodelia y el rock progresivo. En 'Fortunate Son', de 1969, la voz áspera de John Fogerty se alza contra el patriotismo fácil de los privilegiados, esos hijos de senadores y de millonarios que pueden pagar con la sangre de otros.

The Godfathers - 'She Gives Me Love'

También The Godfathers defendieron el rock en tiempos poco propicios: allá por la segunda mitad de los 80, sus composiciones hoscas y urgentes, de inspiración callejera y aliento punk, les abrieron un hueco en las radiofórmulas dominadas por empeños mucho menos correosos. Siempre con sus trajes y su gesto de perpetuo mosqueo, los hermanos Coyne y compañía visitan los escenarios vascos con frecuencia, bregando con solvencia en salas cada vez más pequeñas, pero este festival permitirá disfrutar en 'formato grande' de canciones que se lo merecen de sobra, como su himno 'Birth, School, Work, Death' (ya saben, la vida resumida en cuatro palabras) o este hiperpegadizo 'She Gives Me Love'.

Graveyard - 'An Industry Of Murder'

Da la impresión de que en Suecia existen ahora mismo más bandas de rock setentero que en los Estados Unidos o la Gran Bretaña de los setenta. Graveyard, que llevan una década en activo y protagonizaron el año pasado una de las separaciones más fugaces de la historia, están entre los destacados del lote, por su capacidad para asumir el legado de Black Sabbath, Cream, Led Zeppelin o los primeros Fleetwood Mac sin incurrir en mimetismos estériles. 'An Industry Of Murder' abría su tercer álbum y es una buena muestra de los estimulantes resultados que consigue el cuarteto a partir de su recombinación de elementos del pasado.

Chris Isaak - 'Wicked Game'

Chris Isaak forma parte ya de la historia del ARF gracias a aquel concierto mágico de 2010, bajo una lluvia que potenció la extraña consistencia espectral de su música. El artista californiano, un maestro estilizando el rock de los 50, va a cumplir este mes los 61: ya que nos hemos metido a analizar quintas, él es de la misma que John Lydon, Ian Curtis y Steve Harris. Pese a la coherencia y la calidad que ha sabido mantener a lo largo de su extensa carrera, parece claro que su figura tendría hoy una relevancia mucho menor si no fuese por esta canción de 1989, 'Wicked Game', que había pasado desapercibida en el momento de su edición (y hoy resulta inevitable preguntarse cómo diablos pudo ocurrir eso) pero fue repescada un año más tarde por David Lynch para la banda sonora de 'Corazón salvaje'. «El mundo estaba ardiendo y nadie podía salvarme más que tú...», comienza el hechizo.

Kiwanuka, inglés de ascendencia ugandesa, se impuso hace cinco años en el 'Sound Of' de la BBC, la apuesta de cada enero en la que un montón de especialistas valerosos y bastante atinados eligen al artista más prometedor de cara al futuro inmediato: desde el principio, fue saludado como una especie de reencarnación de mitos de la música negra como Marvin Gaye o Bill Withers. Lo suyo era un soul ultraclásico con arreglos de la vieja escuela y clara influencia folk, pero en su segundo álbum ha abandonado ese tono retro y ha evolucionado hacia un estilo más contemporáneo. Por cierto, ¿alguien consigue no pensar en Amy Winehouse al escuchar el arranque de las bases de este tema?

Los Mambo Jambo - 'El hombre y la tierra'

El cuarteto instrumental catalán crea originales que sumergen al oyente en «una vorágine de energía y ritmo», como describe su líder, el saxofonista Dani Nel.lo. Son piezas embriagadoras, herederas del rock and roll, el rhythm and blues y el surf y perfumadas con trazas de estilos todavía más remotos. Pero vamos a escuchar su versión de 'El hombre y la tierra', la sintonía de los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, una composición apremiante de Antón García Abril que aquí se viste de saxo caliente y guitarra twanguera.

The Shelters - 'Liar'

El cartel del Azkena está dominado por los veteranos y los veteranísimos, de esos que provocan sobresaltos cuando se compara su imagen actual con los viejos vídeos, como algunos de los que hemos colgado, pero The Shelters son la excepción: hablamos de un grupo tan nuevo que, hace un año, todavía estaba tocando en pequeños clubes de California. Detrás de su fulgurante ascenso se encuentra Tom Petty, que asistió a una de aquellas actuaciones, se prendó del cuarteto y lo cobijó bajo su ala: se convirtió en su productor e incluso se llevó a dos miembros a tocar en su disco 'Hypnotic Eye'. ¿Suerte loca? ¿'Hype' inmerecido? Vamos, señores, que algo sabrá Tom Petty de todo esto.

Union Carbide Productions - 'Ring My Bell'

La banda sueca, que existió entre 1986 y 1992, se ha reunido de manera excepcional y viene a Vitoria con su formación original, uno de esos pequeños lujos para minorías que se permite de vez en cuando el ARF. Union Carbide Productions son, en buena medida, responsables de que en su país abunden tanto las bandas que se adscriben a la estirpe de los Stooges. En realidad, ellos iban más lejos que la mayor parte de esos sucesores, ya que no solo admiraban y trataban de reproducir el guitarreo incendiario de Iggy y los suyos, sino también la parte más loca de su estilo, ese holocausto que disolvía el rock en un free jazz de saxofones maniacos. Su obsesión por Iggy y los suyos era particularmente ostentosa en su primer álbum, que se abre con este corte de electricidad desbocada.

Vurro - 'Rock y vaca'

El misterioso Vurro, mitad hombre y mitad vaca, es un ser legendario nacido «en una aldea remota de las montañas», que al parecer se encuentra por la zona de Ávila. El mismo evento mágico que lo convirtió en ser híbrido hizo de él un «virtuoso salvaje» que marca el ritmo con los pies, toca el teclado con las manos y les arrea a los platillos con los cuernos. Vurro será uno de los protagonistas de Trashville, el escenario garajero y orate del festival, por donde también pasarán gorilas, robots y otras criaturas descarriadas por la malsana influencia del rock and roll.

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