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La junta de accionistas de Siemens Gamesa, que se celebró ayer en el Parque Tecnológico de Zamudio, ha sido el escenario donde se ha puesto en evidencia la fractura que separa ya a los dos principales accionistas de la compañía: la firma germana Siemens e Iberdrola. El enfrentamiento ha sido abierto y sin diplomacias.
Iberdrola había exigido que la junta aprobase medidas adicionales de control sobre las compras que realiza la firma eólica a Siemens y también un acuerdo para garantizar que la sede de la empresa se mantendrá en España. La multinacional alemana, con su 59% de control de la sociedad ha rechazado la aprobación de esos acuerdos.
En el turno de intervenciones, un directivo de Iberdrola defendió la aprobación de ambos acuerdos, tras dar a entender que el consejo de administración no controla algunas decisiones importantes que son dirigidas desde Alemania. Un representante de Siemens, sin embargo, señaló que es «innecesario» aprobar esos acuerdos porque no hay intención de desplazar el centro de decisión fuera de España. En tono crítico, se preguntó «¿qué aportan los representantes de Iberdrola en el consejo de administración?», tras desvelar que estos jamás han puesto reparos a las decisiones de ese órgano relacionadas con las compras entre la empresa y sus accionistas.
La presidenta de Siemens Gamesa y el consejero Markus Tacke también han negado que haya intenciones de desplazar el centro de control de la compañía o su sede social. Varios accionistas minoritarios también intervinieron para criticar la marcha de la compañía, en especial la depreciación que ha sufrido en Bolsa en el último año.
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