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Por qué un ajustador cobra más que un ingeniero

Por qué un ajustador cobra más que un ingeniero

El tirón de la automoción dispara la demanda de titulados especialistas de FP. En ocasiones estos técnicos acceden al mercado laboral con mejores salarios y condiciones que los recién licenciados

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Miércoles, 7 de febrero 2018, 01:16

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Tras completar los cuatro años de ingeniería, Amaia entró como técnico en la planta de una empresa de automoción. Se encargaba del control de una instalación y trabajaba por turnos, lo cual le permitía percibir los correspondientes pluses e ingresar unos 1.800 euros al mes. Estaba contenta. Al año siguiente ascendió a su categoría de ingeniero. Asumió muchísima más responsabilidad y un horario de mañana y tarde que siempre se alargaba más de la cuenta. Su sueldo bajó a 1.500 euros. Supuestamente había progresado pero su situación había empeorado. ¿Merecía la pena el esfuerzo en formación que había hecho?

Lo mismo se pregunta Pablo, que hace unos pocos años fue contratado como ingeniero en una gran compañía de aeronáutica. Su empresa es de las que pagan bien, unos 1.700 euros al mes y las perspectivas son muy buenas. Pero mira con cierta envidia a su amigo Jon que, sin título alguno, aunque con algo de experiencia en el manejo de robots para líneas de montaje, ha entrado en una empresa de componentes de automoción y cobra más de 2.000 euros al mes, a pesar de ser todavía eventual.

Los nombres son ficticios, pero los casos son reales e ilustran un fenómeno que, sin ser en absoluto generalizado, se está viviendo en la industria vasca. El tirón de pedidos y producción que se está registrando en sectores como la automoción es tal que se ha disparado la demanda de técnicos cualificados con Formación Profesional. Especialmente todos aquellos relacionados con la fabricación mecánica (ajustar y montar conjuntos mecánicos para la fabricación de piezas o moldes). Como hay escasez de este tipo de perfiles, las condiciones que les ofrecen son muy buenas. El trabajo a turnos puede resultar duro pero también proporciona jugosos pluses y un horario muy acotado. Si se meten horas extras, se cobran.

De esta forma, sus sueldos los primeros años pueden ser mejores que los de los ingenieros recién licenciados, que tardan más en ver la luz. Aunque éstos, una vez rodados y si dan con una empresa que les valore, en un quinquenio pueden dar un gran salto y colocarse muy por encima de los técnicos. Pero los comienzos en la profesión son duros, con largas jornadas y frecuentemente obligados a viajar al exterior.

INGENIERÍA

  • 9.407 alumnos matriculados en las distintas ramas de Ingeniería.

  • UPV/EHU. Un total de 7.294 estudiantes de los diferentes grados de Ingeniería. Predominan Ingeniería Mecánica (1.455), Tecnología Industrial (1.109) y Electrónica Industrial (1.077).

  • Mondragón. 1.350 con 302 en el máster.

  • Deusto. 763.

«Nosotros tenemos ingenieros trabajando en producción que están cobrando bastante más de lo que cobraban ejerciendo dentro de su categoría en empresas más pequeñas. Pero nuestro caso es especial. Aquí el último de la fila cobra cerca de 27.000 y luego, con los pluses, es fácil llegar a 30.000. Tenemos al 80% de la plantilla trabajando a cuatro relevos (incluye sábados) y en casi todos los puestos se requieren perfiles de alta cualificación», explica Tximi López, presidente del comité europeo de Gestamp y responsable del sector de componentes en UGT-FICA.

La situación que describe se refiere a la planta de Gestamp en Abadiño, con más de 800 trabajadores y que ahora tiene contratados a 200 eventuales. Siguiendo la estela de Mercedes y anticipándose a este repunte de actividad, el grupo, proveedor de partes de todos los grande fabricantes, ha sido uno de los que más fuerte ha apostado por la Formación Profesional Dual, que combina aprendizaje y trabajo en la empresa.

FP

  • 14.000 son los alumnos matriculados en ciclos industriales de FP.

  • Alumnos en las ramas más demandadas. 1. Programación de la producción en fabricación mecánica: 1.849 | 2. Mecanizado: 1.526 | 3. Mecatrónica: 1.065 | 4. Automatización y robótica: 1.043 | 5. Instalaciones eléctricas: 893 | 6. Electromecánica vehículos: 729

«La fórmula está siendo un gran éxito. El número de alumnos crece a un ritmo del 50% y ya ronda los 2.000 con más de un millar de empresas participando», apunta Julen Elgeta, presidente de la Asociación de FP (Hetel). Según explica, en las ramas relacionadas con automoción (estampación, robótica, troquelería) los centros no dan abasto. «Por cada ingeniero se necesitan muchos técnicos. Hay que atender el relevo generacional junto con el fuerte crecimiento coyuntural del sector», añade. Asegura que, ante la escasez de perfiles, «está ocurriendo que las empresas tratan de fichar a especialistas de los competidores, lo que está presionando los salarios al alza». Corrobora la historia el viceconsejero de FP, Jorge Arévalo, que conoce «un caso de una compañía que ofrecía 300 euros más al mes para llevarse los trabajadores de otra».

En la misma línea, Joseba Aurrekotxea, responsable de Salesianos Deusto, afirma que en todas las ramas relacionadas con fabricación mecánica, «los titulados de FP a nada que se hayan defendido mínimamente bien, tienen dos o tres ofertas sobre la mesa».

Sin paro

El grado de inserción de los ingenieros también es altísimo. De hecho, en las escuelas aseguran que el paro en la profesión es nulo. Pero en los últimos tiempos han sido repetidas las quejas sobre los bajos sueldos que se pagan los primeros años. «Les piden idiomas y disponibilidad para viajar y luego les pagan sólo 1.000 euros. No es de recibo», censuraba el año pasado el director de la Escuela de Bilbao, Enrique Amezua.

Según explica la directora del área profesional del Colegio de Ingenieros de Bizkaia, Beatriz de Miguel, «se nota una mejora salarial en 2017 respecto a 2016». La encuesta que realizan arroja una retribución media en los cinco primeros años de 32.000 euros que salta a 40.000 en el siguiente quinquenio. «Es verdad que con la crisis hubo un bajón y una resistencia a contratar titulados. Pero ahora, con la recuperación, se está empezando a equilibrar oferta y demanda. El ingeniero aporta una gran capacidad de desarrollo», explica. Pese a la mejora, los profesionales del gremio creen que la huella de la recesión perdura. «Ahora tardas diez años en lograr el sueldo que antes alcanzabas a los seis», señala un ingeniero de larga trayectoria.

La crisis provocó que muchos ingenieros se marcharan fuera, sobre todo a Alemania, en busca de mejores salidas. Ahora la Diputación de Bizkaia tiene un programa para ponerles en contacto con empresas vascas y facilitar su retorno. Pero va a costar convencerles porque allí es fácil llegar a los 50.000 euros. «A mí me gustaría volver y por eso estoy pendiente de lo que se ofrece en Euskadi. Creo que los salarios bajaron mucho con la crisis y ahora tendrán que mejorar porque si no los profesionales se marcharán, aunque es verdad que en el País Vasco a la gente le cuesta dejar un trabajo para irse a otra empresa», señala Xabier Uriarte, que trabaja en una firma contratista de Airbus. «En Alemania el sueldo sube muy rápido y se te valora mucho. Aparte, hay muchas facilidades para el teletrabajo y la maternidad», añade su compañera Eider Zubiaga.

Los salarios en la industria superan en un 25% la media

Ya sea como titulado de Formación Profesional o en la categoría de ingeniero, la clave para tener un salario digno reside en trabajar en la industria. Es lo que llevan advirtiendo desde hace tiempo las patronales –esta misma semana lo hacía la Federación Vizcaína del Metal– y así lo demuestran las encuestas sobre sueldos. La del INE, con datos del tercer trimestre de 2017, recoge que el coste salarial medio en la industria vasca ronda los 2.758 euros, un 25% por encima de la media y un 36% por encima del sector servicios, donde apenas supera los 2.000 euros. Además, los sueldos en la industria están mejorando a buen ritmo. Sin embargo, esta actividad sólo emplea al 22% de los ocupados frente al 72% de cuota de los servicios.

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