El cuñado Florentino
EL PISCOLABIS ·
Lo peor de la gente inoportuna es que siempre lo serájON uRIARTE
Sábado, 16 de junio 2018, 01:11
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EL PISCOLABIS ·
Lo peor de la gente inoportuna es que siempre lo serájON uRIARTE
Sábado, 16 de junio 2018, 01:11
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Cuentan que jamás perdona una crítica y aún menos que la acompañe su nombre. Así que después de esto entraré en su lista negra. O no. Porque soy un simple junta letras de la periferia y ya hay muchos ilustres de la pluma que han hablado y ocuparán ahora sus pensamientos. Pero con Florentino nunca se sabe. Vaya por delante que tengo amigos madridistas que insisten en que no hay pecado en él y que, de haberlo, debe recaer en Lopetegui. No les culpo por pensar así. El guipuzcoano no ha estado muy fino, precisamente. Además yo también he justificado en el pasado las torpezas del club de mis amores y seguro que lo haré en el futuro. Pero una cosa es pisar una boñiga y otra restregar el zapato en todas las alfombras. Cierto que el destino del balón será el que determine el final de este asunto. Y que si España gana el Mundial o llega lejos se habrá olvidado todo. Pero visto el panorama, todo apunta a que el presidente blanco volverá a liarla. Le salva que es el Madrid. Me explico.
Imaginemos que fuera el Barcelona, equipo que ni me va ni me viene y al que no me une nada, quien hubiese fichado al seleccionador de la selección española de fútbol. El follón habría sido tal que alguno ya habría pedido hasta la entrada de los tanques por el paseo de Gracia. Y como hay gente que aprovecha el menor resquicio para meter baza, Puigdemont habría dicho que era lo menos que merecían en Madrid por aplicar el 155. Piénsenlo. Imaginen las tertulias de las radios y las televisiones o las columnas de la prensa diaria. Y lo que se escucharía, día sí y día también en el Congreso y el Senado. Hasta en 'Sálvame' rajarían de ello. Pero ha sido el Real Madrid. O, mejor dicho, su presidente. El cuñado entre los cuñados. El del chiste. El inoportuno. El que te chafa lo mismo una boda que una cena de navidad. El que habla cuando no debe y calla cuando no procede. Como ha sucedido en este caso.
Más allá del fichaje, suponemos que ilusionante para Lopetegui y para la directiva del club que lo ha hecho posible, está el recorrido posterior. Porque si ya fue torpe soltar la noticia dos días antes del arranque del mundial, sea quien sea el que lo dijo, presentar al entrenador mientras en Rusia están en plena celebración inaugural es solo apto para cuñados ilustres. Veía a Florentino por televisión y no daba crédito. Puestos, podría haberlo hecho en medio del estadio Luzhniki. Con sus luces de colores y unos niños vestidos de blanco y con un balón en la mano. Y que Robbie Williams, que también tiene alma de cuñado, hubiese cantado el himno en versión alternativa a la de Plácido Domingo. Ahora que lo pienso, lo mismo lo hace cuando llegue la final. Porque esto no ha hecho más que empezar. No olviden que nos falta la habitual salida de tiesto mensual de Cristiano Ronaldo. Como no le vaya como espera en el Mundial, buscará cualquier excusa para acaparar los titulares. Sea sobre su renovación o sobre su estado de ánimo. Recuerden que el estado de ánimo del crack portugués o de Messi suelen ser siempre motivo de alarma general. Así que avisados estamos.
Sinceramente, ¿se pueden hacer las cosas tan mal? No es de extrañar que los amigos de las teorías conspirativas crean que ha sido una maniobra para tapar desde el caso Urdangarín hasta la verdad del asesinato de JFK. Porque parece hecho a posta. Pero no. Me temo que es simple desdén. Los poderosos, sean gentes del fútbol, magnates o políticos, son como los inconscientes que se meten en el agua sin saber nadar y, para cuando se dan cuenta, ya no hacen pie.-Son tiburones y no conciben otra forma de nadar y actuar-me dice un amigo que conoce bien el mundo de los poderosos.-Yo entiendo a Florentino. Piensa en lo que es mejor para su empresa, que en este caso es su club-sentencia, mientras el presidente merengue sigue desgranando las virtudes del de Asteasu y dando cera a Rubiales. Y pienso que quizá lleve razón. Que todos los demás estamos equivocados y que mantener las formas está más desfasado que llevar flores en el ojal. Pero, qué quieren que les diga, cuesta aceptar que vivimos la era del cuñado. Ese que necesita ser siempre el personaje principal. El novio en la boda y el muerto en el funeral. Da igual que el niño llore en la comunión porque el cuñadísimo se suba a la mesa y cante una jota. Él va a lo suyo y que le quiten lo bailao. En fin, es lo que hay. Y lo siento por mis amigos madridistas. Sobre todo por quienes están en las antípodas de la forma de actuar de su presidente. Porque cuando llegue el Real Madrid a un lugar, incluido el pueblo más pequeño y remoto, les recordarán lo que pasó en el Mundial de Rusia. Cuando el jefe blanco dejó en anécdota cualquier salida de tono del marido blaugrana de Shakira y agitó los cimientos de la selección española. Lo dicho, imaginen si llega a ser otro club. Sobre todo alguno donde la etiqueta política es fácil de colocar. Por eso, estas líneas no son una crítica a Florentino y su banda. Eso sería tan inútil como pretencioso. Tiene otro objetivo. Dar el pésame a los seguidores que carecen de culpa y están aguantando las críticas por el jaque mate al banquillo de la Roja. Todos hemos tenido, tenemos y tendremos dirigentes torpes. O malos. Pero sufrir al rey de los cuñados tiene que ser mucho peor. Por eso, aunque no soy de hacer apuestas, me juego una ronda con todos ustedes a que Florentino vuelve a hacer de las suyas antes de que acabe el Mundial. Al tiempo.
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