Julio Iglesias no es padre de Tamara Falcó «por poco»

Catorce baños tiene ‘Villa Meona’, como algunos bautizaron en su día la casa de Isabel Preysler, precisamente por el número de aseos que le suponían. Tamara confesó la cifra real sin pudor ante la pregunta de su entrevistador, que también indagó en la infancia del personaje, «me volví una malcriada por ser hija de padres separados», admitió la vástaga del Marqués de Griñón, que también recordó lo bromista que era su hermano Enrique, y cómo cuando empezó a cantar enamoró a todas sus amigas y ella les indicaba que «de romántico, nada: es un gamberro».

De la actual pareja de su madre, el escritor Mario Vargas Llosa, también charló sin reparos, relatando que al principio le dio pereza tener un Nobel en casa «porque te tienes que hacer la inteligente todo el día», dijo con guasa, calificando después al novelista de «una persona fantástica». Eso sí, cuestionada por el entrevistador acerca de lo que pensaría el desaparecido Miguel Boyer de la relación, Tamara bromeó: «Con lo celoso que era, seguro que estaba vigilándolos con un bazooka». En cuanto a sus creencias religiosas, la protagonista explicó que creció en un ambiente ateo y fue durante una visita a la casa de su padre en el campo donde se encontró una Biblia en una tienda, la leyó y se convirtió, «¡y hasta quise hacerme monja! Todos creían que me había vuelto loca»”, exclamó sincera.

Con toda la naturalidad del mundo, Falcó le planteó un buen día a su madre la posibilidad de tomarse «un año sabático». «¿Y quién te lo va a pagar?», respondió Isabel jocosa, rechazando de plano la ocurrencia. Lo que sí se negó a definir es a su ‘hombre ideal’, por más que insistió el cantante. «Es que yo prefiero pensar en un proyecto de vida en común», esquivó con arte.

La conversación también reparó en Julio Iglesias. «Mi tío Julio me dijo que no soy su hija por poco», vaciló la actual diseñadora de moda, vocación que descubrió haciendo unas prácticas en Inditex. Su perra Jacinta y sus amigas Andie, Anita, Aline y Casilda se sumaron a la fiesta final con Bertín desvelando más anécdotas de la entrevistada, que cocinó junto al presentador unas papas con chocos, demostrando que ninguno de los dos se desenvuelve especialmente bien entre pucheros.