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Reconozco que yo estaba viendo el debate para las elecciones en Cataluña en La Sexta y solo me apetecía que aquello lo comandara Paquita Salas. Para darle salseo. Y me imaginaba a la principal responsable de PS Management diciendo eso de que para ser un ‘new talent’ son necesarias las dos efes, fe y fotos. Dudo bastante de que cualquiera de los candidatos a la Generalitat catalana, allí presentes, las tuvieran. O que le soltara en algún momento a García Albiol: «¿has estado en Rusia alguna vez? ¿Y porque tú no has estado en Rusia no existe Rusia?». Y al líder del PP compungido por no saber qué responder ante semejante verdad. Y Paquita repartiendo y quitando turnos. «Yo no veo primas, no al nepotismo», diría en algún momento. Y a la mínima de cambio a alguno lo mandaría a freír espárragos en Puente Viejo.

El mundo sería mejor si las Paquitas lo gobernasen. Hay muchas Paquitas. Solo ellas son capaces de resolver situaciones imposibles. Y la de Cataluña, a tenor de la escasa predisposición al acuerdo mostrada por los candidatos, se presume bastante compleja. Paquita tiene mano con los políticos. Solo hay que verla cómo se ha defendido estos días con Íñigo Errejón, con el que ha compartido torreznos virtuales a través de Twitter. Porque la representante no sabe qué es el ‘spam’, pero la cuenta del pajarito la maneja de maravilla.

Resulta que el diputado de Podemos ha cumplido años, lo ha celebrado y lo ha hecho soplando velas y comiendo tocino frito, porque a él el dulce no le va. Y ahí salió la Salas a reivindicar el plato como propio. Porque nadie sabe tanto de torreznos como ella. Ella sabe de lo que le echen. De torreznos, de la vida y del proceso catalán. Errejón se declaró fan de la serie, por lo que no sería descabellado ver un día a la representante pasearse por el Congreso de los Diputados. Si ha entrado en Netflix no hay nada que se le resista. Que ande con cuidado Arrimadas, que le quitan el bastón de mando si se descuida. Larga vida a Paquita y ojalá la segunda temporada de la serie nos sorprenda con cameos de políticos y otros personajes imposibles, Silvia Charro incluida. A los Javis no les van a faltar proposiciones.

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