Borrar
EIDER ITURRIAGA
Adiós a Bowie

Adiós a Bowie

Con formación ampliada y de lujo, los argentino-bilbaínos Capsula agotaron el Kafe Antzokia y filmaron su concierto del viernes, perteneciente a la gira de despedida de su tributo al LP ‘Ziggy Stardust’ de David Bowie

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 13 de enero 2018, 19:43

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Vaya racha de conciertos con las entradas agotadas está encadenando el Kafe Antzokia. Desde Navidad van atorando el aforo Los Zigarros, M-Clan (¡éstos dos días seguidos entre semana!), Zea Mays, Mikel Urdangarin, Akatz… Y el viernes lo lograron los bilbaíno-argentinos Capsula (escriben su nombre sin tilde) en la gira de despedida de su tributo a David Bowie denominado 'Dreaming Of The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars'. Capsula ya agotaron el aforo en Vitoria, lo han hecho en Bilbao, y les queda pendiente en esta gira del adiós, en este tour del agur, recalar por Madrid, Córdoba, Murcia, Sevilla y Aranda de Duero, donde todo se acabará el 3 de febrero.

Esta larga historia de homenaje al Duque Blanco arrancó el 7 de abril de 2011 en La Cúpula del Teatro Campos, en el primer concierto de la serie Izar & Star, esa en que grupos vascos versionan a sus ídolos. Desde entonces han paseado su tributo no clónico por el mundo entero en un sueño que ni imaginarían ese primer día. Nosotros estuvimos en el Campos y nos gustó más esa espartana pero entusiasta revisión del LP ‘Ziggy Stardust’ (RCA, 1972) de David Bowie que la encomiable y aparatosa recreación montada para esta traca final, que no estuvo mal aunque sonó regular (lo mejor, las tres guitarras), las dos baterías simultáneas arrastraron más al personal en lo visual que al propio repertorio (vaya, tampoco fuimos a ver a Cherry Valence), y claro, el inspirado y estelar vocalista Martín no alcanzó los agudos y matices de Bowie (pero se metió al público mixto en el bolsillo, le hizo acuclillarse en pleno, y él mismo reptó como Iggy Pop, saltó con o sin guitarra, y varias veces descendió para cantar entre el gentío).

Al matrimonio base de Capsula (los argentinos Martín y Coni, él guitarra y ella bajo, los dos cantantes) se sumaron para la gran ocasión una pléyade de músicos de otros grupos hasta completar un septeto de ojos pintados, purpurina y lentejuelas: Gonzalo Portugal de Last Fair Deal a la guitarra, Gaizka Insunza de Audience a la guitarra, dos chicas a las dos baterías que sonaron a la vez (Mariana de Sonic Trash y Alba de las Moonshakers), más Rubén de Audience al teclado.

Así, sobre un escenario adornado con mucha plata (pies de micros, la tarima de las dos batería, el telón de fondo debajo del logotipo de Cápsula…), el supersepteto del rock vizcaíno dio un concierto ambicioso (¡tres bises preparados!) con aspiración macro y bastante carga glam en 96 minutos para 18 temas, de ellos los 11 del LP original sin mantener el orden, más varios añadidos: otros tres hits de Bowie (‘Rebel Rebel’, la inspirada en su amigo Iggy Pop ‘The Jean Genie’ marcando el blues con armónica -«¡somos la resistencia del rock and roll», exclamó Martín al acabarla), más la flotante e indie ‘Heroes’ en el segundo bis) y cuatro temas extras conocidos por T-Rex (‘Get It On’, R&R glam con carga soul ), Pretty Things (‘Don’t Bring Me Down’ con tambores diddley beat –«David Bowie adoraba a los Pretty Things», informó Martín al acabarla-), Iggy y los Stooges (el blues ardiente y afilado ‘I Need Somedy’, lo mejor de la velada, una mezcla entre éxtasis y marcialidad; «el blues que sale del corazón de Iggy Pop», lo presentó Martín) y la última, ya el tercer bis, de la Velvet Underground (‘Run Run Run’, con introducción pro Lou Reed y como invitado sorpresa David de Sonic Trash a la voz).

Fue un encuentro intenso (desde el principio con ‘Five Years’) y también creciente (esas las versiones finales y los otros hits de Bowie al margen del Ziggy-LP ), con un Martin Capsula alto y flaco cual Mario Vaquerizo vampírico, halagando y espoleando al respetable («Bilbao es la capital del mundo… del universo y esta canción habla de nosotros, los que amamos el rock and roll, somos suicidas del rock and roll», dijo antes de ‘Rock ’n’ Roll Suicide’, y al acabar incidió satisfecho y contento: «sois adorables»), alcanzando comuniones cuasi hippies (‘Starman’ con una intro aflamencada y desarrollo con coros lalalá) y apoteosis intercaladas (el rock and roll ondulante ‘Sufraggette City’, con intro gospel), todo conducido por un Martín muy suelto porque tenía el respaldo de otros dos guitarristas que le dejaban espacio para la pose, el arrojo y la sonrisa irreprimible.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios