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Obra de la exposición de Picasso, ‘Minotauros y matadores’, en la galería Gagosian de Londres (hasta el 25 de agosto). EFE
Europa luce sus encantos artísticos este verano

Europa luce sus encantos artísticos este verano

Robert Mitchum, un siglo entre el amor y el odio ·

Tres expertos ofrecen una guía para disfrutar de las mejores exposiciones. Con más de 20 vuelos directos, el corazón del continente está a dos horas de Euskadi

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Domingo, 6 de agosto 2017, 01:49

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Hay decenas y decenas de exposiciones en Europa que merecen una visita este verano. Desde las locuras de Damien Hirst en Venecia -un batiburrillo de kitsch y mitología- a los minotauros y toreros de Picasso en Londres, deslumbrantes en una antología que lleva la impronta de un amigo íntimo del artista malagueño, el veteranísimo comisario Sir John Patrick Richardson, de 93 años, un fenómeno que derrocha salud y carisma como Picasso. Nada que ver con Pinturicchio, poco agraciado y nada vigoroso, al que presuntamente su mujer dejó morir de hambre en la cama, enfermo y solo, para quedarse con el dinero y fugarse con su amante. No tuvo suerte el genial pintor del Renacimiento con su cónyuge pero, al menos, la posteridad le ha hecho justicia. Sus discípulos -entre ellos, Rafael- siempre le rindieron pleitesía. Los Museos Capitolinos de Roma acogen ahora una excepcional selección de su producción, incluida la Virgen que pintó para el papa Alejandro VI con los rasgos de la amante del pontífice, la hermosa Giulia Farnese. Así lo cuenta la leyenda.

Son muchos los datos y anécdotas que contextualizan y enriquecen la contemplación de una obra de arte. Pero lo primero es lo primero: hay que hacer una criba de las exposiciones más relevantes de agosto. Nada mejor que tres expertos para abrirse camino por los museos y galerías que apenas están a dos horas de Bilbao. Se ofrecen más de 20 vuelos directos y el panorama artístico es apabullante, ya sea en Berlín, París o Milán. Más vale apostar sobre seguro y aprovechar el tiempo al máximo.

Los especialistas Francisco Calvo Serraller, Kosme de Barañano y Ángeles Caso han confeccionado una guía para EL CORREO.

Los tesoros más cercanos

En España también hay mucho arte. «Tiene categoría de imprescindible y extraordinaria -¡sin exagerar!- la exposición ‘Tesoros de la Hispanic Society of America’ que alberga en estos momentos el Museo del Prado de Madrid», recalca Francisco Calvo Serraller. ¿Qué es la Hispanic Society de Nueva York? Una institución fundada en 1904 por el filántropo e hispanista estadounidense Archer Milton Huntington. Tiene unos fondos que abarcan más de 18.000 piezas, desde el Paleolítico hasta el siglo XX.

El Prado acoge en esta ocasión más de 200 obras de su colección que incluyen pintura, escultura, manuscritos, piezas arqueológicas... No faltan ‘goyas’, ‘grecos’, ‘zuloagas’, ‘sorollas’... Pero eso no es todo. «En Madrid hay otra exposición de mucha calidad en el Reina Sofía. Se titula ‘Piedad y terror en Picasso. El camino a Guernica’. Y en Bilbao, por supuesto, yo no me perdería la de Bill Viola, el videoartista de Nueva York, y la de Georg Baselitz, el artista alemán, en el Guggenheim». Sin olvidar la muestra de la colección de Alicia Koplowitz, en el Bellas Artes de la capital vizcaína.

Para Kosme de Barañano, también hay que subrayar la calidad de ‘Bacon, Freud y la Escuela de Londres’ en el Museo Picasso de Málaga. Un primer plano de la fragilidad del cuerpo humano que remueve las entrañas. El contrapunto lo pone Sonia Delaunay, en el Thyssen de Madrid, con una antología que concilia arte, moda y diseño. «Era una mujer muy valiosa, que solo pudo ser libre como creadora al morir su marido», recalca Ángeles Caso.

Francisco Calvo Serraller, exdirector del Museo del Prado

«Picasso y Giacometti brillan en Londres»

Está al día y conoce al dedillo todo lo que se cuece en Europa. Su hoja de ruta incluye «lo más decantado e imprescindible». Como la Bienal de Venecia y Documenta, en la localidad alemana de Kassel, «que son citas obligadas para los amantes del arte contemporáneo». La primera se celebra cada dos años y la segunda cada cinco, así que bien merece la pena aprovechar este verano en el que coinciden ambos certámenes -la última vez fue en 2007- para estar en la pomada y descubrir valores emergentes de los cinco continentes. Una fiesta para los sentidos. Hay mucho que tocar, oler y cortar... La interacción es una baza segura para ganarse al público. La ciudad de los canales acoge la obra de 120 artistas y la germana llega a los 160.

«Lo cual no significa que Venecia y Kassel se limiten a esos certámenes. En Venecia también hay una retrospectiva muy singular de Damian Hirst, en la Punta della Dogana». Se trata de una de las dos sedes (la otra es el Palacio Grassi) de la muestra ‘Tesoros del naufragio del Increíble’, un delirio de mitología y estética kitsch que ha convencido a la crítica en estos tiempos de posverdad. Es una exposición en la que nada es lo que parece. ¿O sí? Las deidades antiguas con rasgos de Kate Moss y Rihanna despiertan sospechas. Intrigante pero merece la pena.

Y en cuanto a Kassel, si sobra tiempo, no hay que dejar de visitar el palacio de Wilhemshöhe para disfrutar de la colección de Rembrandt. «Si de verdad te gusta el arte, tienes que ser capaz de disfrutar de todos los estilos y materiales», subraya Calvo Serraller. En Londres, por ejemplo, se puede admirar el yeso y barro de las esculturas de Giacometti -no solo trabajaba el bronce- en la Tate Modern, después de tomarse un capuchino en la cafetería del museo con vistas al Támesis. Y ya acelerados, con las figuras andarinas del artista suizo en la cabeza, hay que poner rumbo a la galería Gagosian, donde la muestra ‘Minotauros y matadores’, de Picasso, rematará la faena del día por todo lo alto.

Los 80 años de Hockney

Los genios son un pozo sin fondo. De ahí que la exposición del Museo Picasso, ubicado en París, también aporte claves. «Es una antología que gira en torno a su primera mujer, la bailarina Olga Khokhlova. ¿Qué periodo abarca? De 1917 a 1925. Una etapa que corresponde al ‘pluriestilismo simultáneo’ del pintor». Es decir, lo mismo retomaba la figuración que experimentaba con el cubismo. «Hay variedad. Todos los aficionados pueden disfrutar de esta muestra, al margen de sus conocimientos».

Otro gran admirador del malagueño es David Hockney, más versátil de lo que mucha gente piensa. Al margen de sus piscinas y paisajes llenos de color, la retrospectiva del Pompidou permite conocer su habilidad como maestro del grabado (aguafuerte, aguatinta...) y del iPhone como soporte artístico. Acaba de cumplir 80 años y no pierde pie con bola. «Por cierto, es una exposición itinerante (antes pasó por Londres y en octubre marcha a Nueva York)», apunta Calvo Serraller.

Los retratos de Cézanne también se marcharán de gira (por Londres y Washington): «Eso sí, hasta septiembre no se moverán del Museo de Orsay de París. Y, si hay ganas, estaría bien una escapadita a Basilea, donde el Kuntsmuseum ofrece una retrospectiva general también de Cézanne». En el caso de que se busquen estímulos más allá de los brochazos desbocados y arrolladores del posimpresionismo, la mejor opción es la Costa Azul: la Fundación Maeght rinde homenaje a Eduardo Arroyo en Saint-Paul-de-Vence, muy cerca de Niza. «Es una retrospectiva fantástica». Llena de humor y de inteligencia, a la altura de un creador que hermana el pop art y el surrealismo, la ópera y el boxeo...

Para terminar, no hay que olvidarse de Viena, la ciudad de la tarta Sacher y del psicoanálisis. Del chocolate más sabroso y del sexo como explicación de todo. «Son muy interesantes las exposiciones de ‘Klimt y la Antigüedad’, en el Orangerie, y de ‘Brueghel. Los dibujos del mundo’, que se inaugurará en el Albertina el 8 de septiembre». En la de Klimt, hay deseo y sensualidad. Y en la de Brueghel, pues también.

‘Victory Boogie Woogie’, de Mondrian, que podrá verse en La Haya (hasta el 24 de septiembre).
‘Victory Boogie Woogie’, de Mondrian, que podrá verse en La Haya (hasta el 24 de septiembre). AFP

Kosme de Barañano, gran especialista en Eduardo Chillida

«Yo no me perdería la de Pinturicchio en Roma»

«Llevo un mes en Nueva York y estoy un poco fuera de juego», advierte Kosme de Barañano. En los últimos tiempos no ha tenido respiro. Ya sea por los exámenes en la Universidad Miguel Hernández de Elche como por la exposición ‘Philip Guston y los poetas’, que ha presentado como comisario en el marco de la Bienal de Venecia. «Se trata de una actividad paralela, más allá de los pabellones nacionales. Se puede visitar en el Museo de la Academia de Bellas Artes y, bueno, es el mayor éxito que he tenido hasta ahora. Ha recibido muy buena acogida en ‘The New York Times’, ‘Le Monde’, ‘Financial Times’...».

La muestra establece paralelismos entre 80 obras del artista canadiense -un apasionado de Italia- y los versos de autores como D.H. Lawrence, Yeats, Wallace Stevens, Eugenio Montale y T.S. Eliot. «Es una manera fantástica de profundizar en el trabajo de mi padre. Se ve con nuevos ojos», elogia la hija del propio Philip Guston, paladín del expresionismo abstracto junto con Pollock y De Kooning.

Sombra alargada de Lutero

Pero evidentemente los intereses de Barañano no se limitan al siglo XX. «Me gusta el arte del Renacimiento, el medieval, el japonés... Y también las exposiciones de historia en sentido estricto, no solo de arte». Por eso le ha fascinado la muestra consagrada a Lutero en el Museo Histórico Alemán, en Berlín, que celebra los 500 años de la Reforma protestante. En un espacio de más de 3.000 metros cuadrados se recrea la expansión de la revolución del fraile agustino desde Suecia hasta Corea del Sur, pasando por Tanzania y Estados Unidos. «Hay documentos y cuadros muy oportunos. De hecho, la vanguardia germana (Durero, Holbstein..) se alineó con los reformistas».

Para ahondar en la trayectoria de Lutero, también ha echado el resto la localidad de Wittemberg, a una hora de Berlín. El edificio del Augusteum alberga una muestra muy pedagógica, ‘95 personas, 95 tesoros’, sobre los herederos del impulsor del cisma. Se destaca a gente como Juan Sebastián Bach, Martin Luther King y Pier Paolo Pasolini. «Es una exposición de la que se puede aprender mucho, muy recomendable».

También hay otras antologías fuera de Alemania que sirven para abrir los ojos y colmar lagunas. Como la dedicada a la escultora francesa Germaine Richier en la abadía del Monte Saint-Michel, en la región de Normandia. «No es muy conocida en España. Una pena. Se trata de una gran artista del siglo XX, contemporánea de Giacometti». Las obras de Richier y la propia ubicación de la exposición -«una isla con mucho encanto que se inunda regularmente»- sintonizan a la perfección. Generan un clima de fantasía y de irrealidad. Sobre todo porque la artista tenía debilidad por los híbridos (humano-animales) y también por las deformidades. Una forma de hacer más presente la angustia existencial.

Ahora bien, en caso de necesidad y para no agobiarse, ¿cuál sería la exposición más fascinante de todas las que brinda Europa este verano? «Yo no me perdería por nada del mundo ‘Pinturicchio, pintor de los Borgia’ en los Museos Capitolinos de Roma. No se dará una exposición igual hasta dentro de 30 años... Se trata de uno de los genios del Renacimiento. He tenido tantos compromisos que me he perdido, ay, ay, la de Rodin en París (se clausuró el 31 de julio), pero la de Pinturicchio pienso verla con toda seguridad».

Fotografías de Karsten Hein, en la exposición sobre Lutero del Museo Histórico Alemán de Berlín.
Fotografías de Karsten Hein, en la exposición sobre Lutero del Museo Histórico Alemán de Berlín. EPA

Ángeles Caso, Investigadora en clave femenina

«Mondrian en La Haya es lo mejor del verano»

No tiene vacaciones Ángeles Caso. Sigue volcada en la reivindicación de las artistas de pasado, mujeres geniales, pero marginadas por la historia oficial. Ha lanzado ya dos tomos: ‘Ellas mismas’ y ‘Grandes maestras’. «Un trabajo duro pero gratificante», recalca con un suspiro la periodista y escritora asturiana, licenciada en Geografía e Historia (especialidad en Arte).

Pese a todo, ha encontrado tiempo para echar un vistazo al panorama de los museos y galerías de Europa. A su juicio, la exposición del verano es ‘El descubrimiento de Mondrian’, en el Museo Municipal de La Haya. «Este año se conmemora el centenario del movimiento De Stijl (El Estilo) y me parece fantástico celebrarlo... Fue una corriente artística, sí, pero también filosófica». Algo que fascina a una mujer como Ángeles Caso, siempre atenta a las motivaciones de los creadores.

Rojo, azul, amarillo, negro... Eran los colores favoritos de Mondrian. Claridad, orden y felicidad... Líneas rectas y la geometría como horizonte. Son los ideales de un artista que plantó cara a la Primera Guerra Mundial con postulados estéticos radicales. «Ahora parece tópico, se ha convertido en un fetiche, pero Mondrian tuvo mucho mérito».

También le parece de justicia revisitar la obra de David Hockney -«por lo que supuso en los años 80 y 90»- en la retrospectiva que ofrece el Pompidou en París. Y le entusiasma la exposición de Lutero en el Museo Histórico Alemán en Berlín.

- ¿Alguna propuesta especial?

- Sí, sí, en la galería Victoria Miro de Londres hay una muestra de la estadounidense Alice Neel (1900-1984). Era una retratista intensa y muy irónica. Nada vanidosa. Su último autorretrato lo hizo a los 80 años. Se presenta desnuda. Una maravilla.

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