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Mayores y pequeños tomaron parte en la prueba. Yvonne Fernández/Sara Coterón / Igor Gandiaga

Gallarta mide la solidaridad en kilómetros

Más de 400 personas se calzaron las zapatillas en la séptima edición de la Carrera Familiar que organiza Petronor y EL CORREO

olatz hernández

Domingo, 17 de junio 2018

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En el Parque Dolores Ibarruri Felipe Martínez, de 74 años, hacía estiramientos junto a dos de sus nietas. Sólo habían pasado un par de horas desde que acabara la verbena de las fiestas patronales, pero más de 400 personas calentaban motores para participar en la novena edición de la Carrera Familiar de Gallarta, evento promovido por EL CORREO y Petronor, que se celebró ayer en la localidad minera. Padres e hijos, sobrinos, primos... Todos acudieron a la cita con ánimo de divertirse y hacer deporte en familia, sin importar la clasificación.

«Queremos promover la actividad física de forma saludable y no competitiva», detalló Gualbert Atxurra, responsable de Relaciones Institucionales de Petronor. La prueba, patrocinada por el Ayuntamiento de Abanto-Zierbena, Supermercados BM, BBK y Coca-Cola, es una cita que se ha consolidado en la localidad y cuenta con participantes asiduos.

Con tal de no perdérsela, Andeka y Cristina -novios- y Marian -la madre de ella- llegaron veinte minutos antes de que diera comienzo la prueba. «Siempre participamos en la carrera de Getxo y este año nos hemos animado a esta», explicaron mientras se sacaban un 'selfie' junto a la meta. Tenían como objetivo completar una vuelta juntos... y lo consiguieron. Además Andeka y Cristina dieron otras cuatro corriendo de la mano.

Poco antes de las once de la mañana, el sol y la música animó a todos los asistentes. Rodolfo, que participó en carrera con sus dos hijos Belatz, de 7 años, e Izei, de 2, intentaba poner algo de orden a su alrededor, donde se arremolinaban otros tres niños: Uxue, Unax y Aimar. «Somos de Muskiz, venimos todos los años en cuadrilla». ¿También correrá el más pequeño? «El año pasado ya participó, pero en sillita. Esperamos hacer al menos una vuelta», bromeó.

Después de los calentamientos llegó la hora de acercarse a la línea de salida: «Tres, dos, uno... ¡ya!». Los participantes enfilaron la Avenida del Minero hasta el Ayuntamiento, lo rodearon y volvieron al parque. Un recorrido de más de un kilómetro, en el caso de correr una vuelta, y que los más animados hicieron hasta cinco veces. Como María Ottero, que completó todas las vueltas con su hermana Cristina y la pareja de esta, Alberto Aguilar.

A ella no le hizo falta entrenar: «Tengo 59 años y llevo corriendo desde los siete», aseguró. Buena prueba de ello fue el ritmo constante que mantuvo durante el recorrido. En casa cuenta con una colección de camisetas de todas las carreras familiares a las que ha asistido. «Mi favorita es la primera. No recuerdo el año, pero sé que fue en Bilbao». Lo que más le gusta de este evento son los valores que promueve: «Confraternidad, familia y deporte».

LA CLAVE

  • 71 familias participaron en el evento: parejas, padres e hijos, abuelos y nietos, sobrinos y primos...

  • Un corredor «No venimos a competir, solo a participar, a pasarlo bien en familia y a ayudar a una buena causa»

Niños incansables

Mari Luz y Javi, vecinos de Ortuella, están muy vinculados al pueblo y se apuntan a todas las actividades. Tanto que la noche anterior acabaron a la una de la madrugada, con la fanfarria. A pesar del cansancio acumulado aguantaron el tipo y, intercalando carrera y paseo, completaron las cinco vueltas. «No solemos correr, hacemos marcha de montaña, a ver cómo va...». Como colofón, se llevaron una de las bicicletas a sorteo entre los corredores.

Al final de la prueba, mientras algunos bailaban al son de la música, Luisa descansaba en un banco, junto a su hijo, David, y sus nietas Aizene y Nahia. «¡Yo solo he dado una vuelta y casi necesito una bombona de oxígeno!», bromeaba. Fue su hijo el primero en sumarse al evento y el que convenció al resto de la familia. «Le dije que vendría, aunque fuera paseando». Eso sí, con ganas de repetir el año que viene.

Felipe Martínez seguía con la misma vitalidad tras la carrera: «Al final hemos estado casi toda la familia. No venimos a competir, solo a participar, a pasarlo bien en familia y a colaborar con una buena causa», afirmó resumiendo la filosofía del encuentro.

Los más pequeños parecían incansables y muchos trepaban por los columpios y se perseguían por el parque, mientras los adultos parecían agotados. «Ayer tuvimos bajada de fiestas, hoy paellas... aunque cualquiera lo diría», se sorprendía Eider. Algunos de los primos y sobrinos que integraban el grupo, de 2, 6, 8, 9 y 11 años, fueron de los primeros en completar una de las vueltas. Toda una hazaña.

«Vamos a hacer unos estiramientos para que mañana no tengamos agujetas. Sobre todo aitas y amas», anunciaron por megafonía. Y el pequeño Izei... ¿consiguió dar una vuelta? «A hecho dos y los demás críos, cinco. Al final nos han superado a los mayores».

710 euros para la asociación ADIZMI

Los diez euros de inscripción de los participantes de la IX Carrera Familiar de Gallarta sirvieron para ayudar a la Asociación ADIZMI, que tiene como objetivo satisfacer las necesidades de ocio de las personas con discapacidad, sobre todo los fines de semana. «Nos alegramos mucho de que hayan pensado en nosotros», dijo el presidente de la asociación, Jesús Fernández. También dio las gracias por un dinero que vendrá muy bien para seguir desarrollando los proyectos que llevan a cabo en la Zona Minera y por la visibilidad que les otorga el evento.

Ofreciendo agua y avituallamiento se pudo ver a voluntarios y usuarios de ADIZMI, que quisieron colaborar en todo lo posible. Maite Etxebarria, alcaldesa del municipio, destacó el carácter «humano» de la asociación con la que todo el pueblo «está volcada». Ella fue la encargada de entregar el cheque junto a Gualbert Atxurra, el concejal de deportes, Eduardo Mena, y Ana Martínez, en representación de EL CORREO.

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