El timo del tocomocho reaparece en Bilbao y deja cinco víctimas en cuatro meses

El ‘modus operandi’ fue el mismo en todos los casos. Un hombre, con acento gallego, se acerca a la persona mayor pidiéndole algo de ayuda para comer porque se acaba de sacar sangre. «Mi madre, que es súper activa, le gusta viajar... está hecha polvo, muy triste, ya no se fía de nadie». La mujer, de 85 años, cayó en el timo y entregó «casi todos los ‘ahorrillos’ de una vida, dos años de su pensión», lamenta su hija, que quiere denunciar públicamente el caso para que no le pase a nadie más. Le ocurrió el pasado 9 de agosto en el barrio bilbaíno de Deusto. «Te doy un par de ‘eurillos’», le ofreció al «famoso gallego». Según le explicó, iba a coger un autobús a las cuatro de la tarde de vuelta a su Galicia natal y tenía un cupón supuestamente premiado con 30 millones de euros. «Le llegó a poner por teléfono con lo que se suponía que era la ONCE y le confirmaron que ese número estaba premiado».

Y enseguida apareció el gancho, una mujer mayor, de unos 60 años, que «la avasalló, echándose encima de ella y no dejándola pensar». La convenció para que entre las dos le ayudaron al chico, que les confesó que «no sabía leer ni escribir», y tomó la iniciativa, le enseñó una importante cantidad de dinero que llevaba en el bolso. «No vamos a desaprovechar esta oportunidad», le insistía.

«Al principio pensábamos que le habían echado algo, no entiendo cómo llegaron a atontarla, cómo se pudo montar en un coche con desconocidos, y cómo no me llamó cuando acostumbra a hacerlo para todo», se duele la hija.

La anciana fue a casa a coger la cartilla y le llevaron en coche, que conducía la otra mujer, hasta la sucursal más cercana, la suya de siempre. Aunque suele sacar pequeñas cantidades cada quince días para los escasos gastos de una persona mayor sola, «a nadie le extrañó que pidiera 3.000 euros de golpe», y le dieron sólo 2.000. De allí, fueron a la segunda oficina bancaria, donde entró dos veces en menos de 15 minutos y sacó 1.000 y 3.000 euros. Finalmente, en menos de dos horas, la mujer entró en la tercera entidad, todas ellas de la BBK, y sacó 6.000 euros en ventanilla. «Pese al trasiego que llevaba en la cartilla a nadie le saltó la alarma». En esta ocasión le preguntaron el motivo de la extracción y dijo que «era para comprarle un coche a su hija». La entidad, que ha confirmado a la familia que la anciana fue atendida por tres empleados en prácticas, ha rehusado hacerse cargo de las pérdidas al entender que su actuación fue «adecuada».

Los dos cómplices esperaban a la mujer siempre en el coche a cierta distancia, «para no aparecer en las cámaras». Cuando regresó con los 6.000 euros, que iba metiendo en la guantera, el chico empezó a sentirse mal y el ‘gancho’ le envió con cinco euros a comprarle un bocadillo. «Cuando volvió, el coche había desaparecido y se quedó una hora esperándoles hasta que se le encendió la luz». Además de timarle 12.000 euros, la mujer se dejó el bolso, con la documentación, la libreta y 300 euros en el vehículo. En pleno mes de agosto, a mediodía, tuvo que regresar a su casa andando.