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El furgón funerario con los restos de Beatriz abandona el centro donde fue asesinada.
Un conserje asesina a cuchilladas a una cuidadora en un centro de autistas de Murcia

Un conserje asesina a cuchilladas a una cuidadora en un centro de autistas de Murcia

La Policía Nacional baraja el crimen pasional entre las principales hipótesis; el agresor se quitó la vida después

J. L. VIVAS / J. G. BADÍA

Lunes, 29 de mayo 2017, 09:33

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El centro de atención a personas con autismo de la localidad murciana de Molina de Segura se convirtió ayer en la casa de los horrores. Sobre las 7.25 horas, una cuidadora que se disponía a incorporarse a su turno de trabajo descubrió en una habitación de las instalaciones el cadáver de su compañera Beatriz Ros García, de 31 años, y que habitualmente cubre los turnos de noche. Despavorida y sobrepasada por lo que acababa de ver, la mujer se disponía a pedir auxilio cuando se topó con otra imagen bestial: el cuerpo sin vida del conserje, José Antonio Jara García, de 48 años. Estaba colgando en el vestíbulo tras haberse ahorcado.

«Una carnicería», fue la expresión que emplearon fuentes próximas a la investigación para definir lo ocurrido en Astrade (Asociación para la Atención de Personas con Trastorno en el Desarroll). La trabajadora, de 27 años, está embarazada y tuvo que ser trasladada de urgencia a un hospital porque sufrió una crisis de ansiedad tras descubrir los cadáveres.

En ese momento, en las instalaciones solo estaba ella y unos cuantos usuarios autistas. La víctima estaba boca abajo, sobre un gran charco de sangre. La Policía Nacional confirmó que el arma del supuesto autor de la agresión «era un cuchillo, que estaba en la habitación donde estaba la víctima», y con el que, presuntamente, le propinó varias puñaladas.

Tras perpetrar supuestamente la agresión, José Antonio, conocido en Beniel, su localidad natal, como 'El Jara', salió de la habitación y decidió quitarse la vida en el 'hall'.

Familiares de la joven Beatriz afirmaron al diario 'La Verdad' de Murcia que 'El Jara', diecisiete años mayor que ella, a raíz de esa amistad «estaba obsesionado con ella».

Los familiares estaban muy molestos con Astrade y criticaron que José Antonio y Beatriz «no tenían que haber coincidido en el mismo turno». Esta es una de las cuestiones que tiene que aclarar la investigación, ya que fuentes del Ayuntamiento explicaron que al conserje «no le correspondía trabajar la noche y madrugada de ayer, sino que accedió con su llave a las instalaciones con el fin de encontrarse con Beatriz».

«Una carta de declaración de amor »

Desde principios de año, Beatriz había dejado de convivir con el padre de su hijo, de 4 años. Uno de los principales motivos de la separación podría ser la relación sentimental o de amistad que mantenía con su verdugo. En Beniel, los vecinos de 'El Jara' no daban crédito a lo sucedido: «Era retraído». Pero lo que más les llamaba la atención era que aparentemente estaba felizmente casado, y con un hijo de 13 años. «Era un matrimonio muy normal».

Ramón, expareja de la joven asesinada, cuenta que encontró en el bolso de Beatriz «una carta de declaración de amor que le había escrito José Antonio». En la misiva, José Antonio le decía a Beatriz que «le había dando esperanzas y que la estaba esperando». Hace cuatro o cinco meses, se encontró por la calle al compañero de trabajo de su expareja y le preguntó por la carta. «Me dijo que no la había escrito él y yo le decía 'pues qué casualidad que tenga tu nombre'. Pero me lo negaba todo».

Desde que Beatriz, de 31 años, empezó a trabajar en Astrade entabló una amistad con José Antonio, de 48 años, que empezó a desestabilizar la relación sentimental que mantenía con Ramón, el padre de su hijo de 4 años. «Ella siempre me decía que solo era un amigo». Sin embargo, en varias ocasiones le cogió el teléfono móvil a Beatriz y vio que recibía wasaps de 'El Jara', lo que generaba discusiones en la pareja. «Cuando vio que me mosqueé, le puso una clave al móvil para bloquearlo y que yo no pudiese ver nada».

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