«Mi hija tiene miedo, la sensación de que el profesor la persigue y que la va a pillar»

El padre ha relatado que en el curso 2012-13 su hija empezó a estar «mal, a llorar por cualquier cosa, se negaba a ir al colegio». La niña, según ha señalado, empezó a contar que sufría unos «posibles abusos sexuales por parte de su profesor». Los padres llevaron a la menor ante un profesional para que evaluara la verosimilitud del relato y se puso el tema en conocimiento del Departamento de Educación, que activó el protocolo en estos casos. «Ahora sabemos que no existe ese protocolo de actuación. El protocolo era que una persona de confianza de la directora que cubriera los espacios invisibles de nuestra hija. Esa persona fue una profesora que estaba en otro aula, con lo cual le resultaba muy incómodo, y luego conocimos que esa persona se había cogido la baja», ha explicado.

Al no conseguirse en el juzgado un relato coherente de la niña, se archivó el caso provisionalmente. La niña siguió en el colegio, donde ya no trabajaba el supuesto autor de los abusos. Ante las «consecuencias psicológicas» para la menor por la experiencia sufrida, los padres solicitaron al Departamento de Educación un cambio de centro para la niña y su hermano de igual edad, lo que, según el padre, les fue «negado en varias ocasiones» al entender que no existían «razones extraordinarias» para ello. No obstante, se les ofrecieron plazas en centros que los padres no consideraban viables.

«Pedí el traslado porque mi hija estaba mal, recordaba lo que le había pasado, la profesora decía que la niña estaba mal, no había comunicación y la niña no llegó a la normalidad en ningún momento», ha indicado. Finalmente, los padres obtuvieron la autorización para el traslado de la niña, pero no de su hermano. «En el nuevo centro, la niña mejoró, se sintió protegida, le dieron cariño, afecto, cambió radicalmente, ha estado en tratamiento psicológico, se estaba pesando en darle del alta», ha explicado, para mostrar su «angustia, desesperación y desasosiego» cuando al empezar el curso vieron que en el profesorado se encontraba la persona contra la que habían presentado denuncia.

«Mi hija le ha reconocido, mi hija tiene miedo, tiene la sensación de que el profesor le persigue y teme que le va a pillar», explica el padre, muy afectado. «Nosotros, por mantener la discrección, no pusimos nada en conocimiento del nuevo colegio y realizamos un escrito a Educaión, solicitándoles, por favor, que todo lo que nos había costado volver a que nuestra hija estuviese bien, no podíamos permitirnos el lujo de tirarlo por la borda y solicitamos que trasladasen al profesor. Habíamos uído del otro colegio, de su recuerdo y de su presencia. Ya sabíamos que era difícil, pero a mi hija le está haciendo daño».

Petición de traslado

Ante este hecho, los padres pidieron al Departamento de Educación que trasladasen a ese profesor argumentando los problemas por los que había atravesado su hija, pero, según el padre, desde la delegación de Educación se les respondió que el proceso de adjudicación de profesorados para cubrir vacantes se ajustaba a la ley.

Los padres insistieron en su petición de que se trasladase la profesor o se cambiara a los niños a otro colegio concertado, al existir un «conflicto muy grave» con ese docente. «Nuestra hija vuelve a estar mal, vuelve a manifestar todo el cuadro que la llevó a los psicólogos, está nerviosa, alterada. Ha tenido una recaída, toda la sintomatología le ha vuelto a reaparecer», ha manifestado.

Al no recibir respuesta satisfactoria a sus peticiones, los padres presentaron un escrito a la Fiscalía de Menores relatando los hechos. El Ministerio Público les informó de que se había iniciado una investigación a un profesor de Educación Infantil por presuntos abusos sexuales cometidos contra varios niños y niñas de distintos centros de enseñanza de Vitoria, caso que está siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 3 de la capital alavesa.