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Profesionales sanitarios en el quirófano durante una intervención en un hospital de Osakidetza.
El Gobierno vasco exige a las clínicas privadas el mismo control sanitario que a Osakidetza

El Gobierno vasco exige a las clínicas privadas el mismo control sanitario que a Osakidetza

Un decreto obliga a todos los centros a diseñar planes para evitar errores con los pacientes y reducir las infecciones

Javier Muñoz

Miércoles, 18 de mayo 2016, 00:39

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El 4,5% de los vascos que fueron hospitalizados en Euskadi el año pasado sufrieron una infección en el centro sanitario. El 3,4% de los que reciben ventilación mecánica suelen contraer una neumonía. Y entre 2012 y 2015 se notificaron 8.000 incidencias leves en la comunidad autónoma, es decir, episodios en los que por fortuna no ha pasado nada, pero que no deben repetirse. De todos ellos, más de un tercio tienen que ver habitualmente con errores en la medicación administrada al paciente en un hospital público o en una clínica privada. Son estadísticas que mejoran año tras año, pero que aún pueden reducirse más si en los centros sanitarios se refuerza la «cultura de seguridad».

Para avanzar en esa dirección, el Gobierno vasco aprobó ayer una norma expeditiva; un decreto que no hace distingos entre las clínicas privadas y Osakidetza a la hora de exigir que la atención a los pacientes sea todo lo segura que se pueda. Además, les pone plazos para ello. En 18 meses los centros sanitarios con régimen de internamiento y cirugía mayor ambulatoria, y en 12 meses el resto, tendrán que presentar planes de seguridad para, por citar un caso, evitar las infecciones nosocomiales, las que se producen en los propios hospitales. O para prevenir errores con fármacos, una situación que ya se intenta prevenir gracias a las pulseras con códigos de barras de los pacientes y a las tablet con las que el profesional sanitario de Osakidetza puede leer esos códigos y verificar las medicinas que debe administrar.

El consejero de Salud, Jon Darpón, declaró ayer que el decreto responde al compromiso de «garantizar los máximos niveles de seguridad en el conjunto de los centros sanitarios de Euskadi». A todos ellos, sean de la red pública o de la privada, se les impone una serie de deberes con el enfermo relacionados con el control sanitario. Uno de ellos es diseñar sistemas de notificación para que tanto el usuario como el profesional que lo atiende puedan informar de incidencias que se producen en el día a día y no revisten gravedad ni tienen consecuencias jurídicas. Para dejar claro de qué está hablando, el preámbulo del decreto indica que se trata de «sucesos aleatorios, imprevistos e inesperados que no producen daño al o a la paciente ni pérdidas materiales de ningún tipo».

Sólo para aprender

El sentido de esas notificaciones, continúa la normativa, es «exclusivamente el aprendizaje» y la mejora de la asistencia. Queda claro que la información será voluntaria y sobre todo anónima. En todo momento se preservará la identidad de enfermos y sanitarios, y lo que digan unos y otros sobre lo que ha ocurrido será, por descontado, confidencial. «Las notificaciones de incidentes tienen por objeto la identificación de situaciones y no de las personas», insiste el decreto.

El 23% de los vascos toma antibióticos sin prescripción médica

  • Casi uno de cada cinco españoles, un 18,8%, asegura tomar antibióticos por su cuenta sin que se los prescriba su médico, según el último Barómetro Sanitario 2015. El País Vasco, con el 22,7%, se sitúa por encima de la media, y solo por debajo de Baleares (37,5%), Andalucía (31,7%), Extremadura (25%) y Aragón (25%).

  • El consumo abusivo de fármacos es uno de los problemas que más preocupa a las autoridades sanitarias porque, si no se usan de forma racional y solo cuando son prescritos por un médico, las bacterias a las que combaten pueden acabar volviéndose resistentes y poner en cuestión su eficacia. España, según los últimos datos recogidos, está entre los países europeos con mayor consumo de antibióticos, con 31,5 millones de envases prescritos en el Sistema Nacional de Salud, a pesar de contar con un plan nacional para reducir el riesgo de resistencia a estos fármacos.

Los hospitales deberán preparar un sistema técnico para recibir esa información y analizarla. También serán necesarios procedimientos y formularios, todo ello todavía pendiente de regulación mediante una orden del Gobierno vasco. Cuando se apruebe esa orden empezarán a contar los plazos de 18 y 12 meses para que los centros sanitarios tengan a punto sus planes de seguridad. Estos incluirán un programa anual con protocolos de atención e iniciativas de formación, comunicación y evaluación. No tenerlo todo a punto acarreará una sanción administrativa.

El decreto introduce en los centros sanitarios dos figuras: un comité de seguridad y una persona encargada de poner al corriente a sus compañeros sobre esas cuestiones. Será el denominado Referente de Seguridad, que hará de interlocutor con la gerencia del hospital y gestionará también las notificaciones. Su cargo es voluntario y durará dos años.

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