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Juan y María, los padres de Cristian, posan con una foto del surfista en su residencia temporal de Torrelavega.
La familia del surfista cántabro atrapado en Bali aguarda su inminente regreso

La familia del surfista cántabro atrapado en Bali aguarda su inminente regreso

El joven, enfermo de leucemia, podría embarcar en un vuelo hacia España programado para el viernes por la tarde y pagado con la ayuda de una amiga californiana

NACHO GONZÁLEZ UCELAY

Miércoles, 28 de junio 2017, 08:29

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El surfista cántabro Cristian Bosco de la Mora, que lleva once días atrapado en un hospital de Bali esperando a ser evacuado para tratarse de la grave enfermedad que le fue diagnosticada durante su estancia en la isla indonesia (una leucemia hiperleucocitósica aguda), podrá regresar a España tan pronto encuentre asientos disponibles en la zona de 'business class' de cualquier avión comercial con conexión con Madrid.

Según confirmaron a media tarde de ayer los propios padres del chico, María y Juan, su hijo ha conseguido reunir el dinero suficiente para costear la operación de traslado, que podría articularse en cuestión de horas, este viernes, quizá, gracias a la generosidad de una amiga norteamericana del muchacho, que le ha prestado el dinero que necesitaba para poder salir de allí, y la mediación de la agencia de servicios de asistencia Internacional SOS, que ha irrumpido en la escena para agilizar todos los trámites relacionados con la repatriación.

La intervención de ambas partes, la de la amiga y la de la compañía, han sido cruciales para Cristian, al que, a pesar de la enorme ola solidaria levantada a su alrededor -y que está generando sus frutos- la situación estaba empezando a complicársele bastante.

A punto ya de caducarle el visado, el chico confiaba en pagar su evacuación del país con el dinero que cientos de personas están donando a través de las plataformas on-line -y de la cuenta bancaria abierta por El Diario Montañés y la Obra Social 'la Caixa', en la que ya ha ingresado un dinero la Fundación Botín-, muy especialmente en una de ellas, Donadora.mx, abierta en México y en la que ayer ya se habían recaudado casi 98.000 euros. IBAN: ES32 2100 1271 0102 0050 1071.

Sin embargo, las condiciones impuestas por la propia plataforma para el cobro de esa cantidad han resultado nefastas para él. Al parecer, Donadora.mx creó la cuenta en beneficio de Cristian fijando unos plazos determinados -una fecha de inicio y final concretos para poder hacer los ingresos- que alargan el día del pago de la cantidad al día 2 de julio. Dicho de otra manera, Cristian no podrá disponer de ese dinero hasta el domingo. Dentro de cinco días. «Y dentro de cinco días, podría ser demasiado tarde para él», advierte su familia.

Su 'ángel'

Ante la imposibilidad de disponer de esa cantidad ahora mismo, y sin muchos más recursos económicos a su alcance, el joven surfero decidió ayer tirar de su agenda personal y buscar entre sus contactos alguien que pudiera sacarle del atolladero hasta que dio con su ángel, una chica californiana a la que conoció surfeando y que se ha prestado a colaborar.

A colaborar, pero a lo grande: sacando de su cuenta 50.000 euros y enviándoselos a Cristian para que pueda iniciar con ellos los trámites necesarios para poder salir de Bali y llegar a España.

Con la espalda cubierta y la ayuda de su amigo Nahum y su tía Luz -que le acompañan de día y de noche-, Cristian inició ayer la manera más rápida y más cómoda de regresar a casa para ponerse en manos de los médicos que aguardan su llegada para iniciar su tratamiento contra la leucemia.

Internacional SOS

Una tarea, ésta, en la que está colaborando también la compañía Internacional SOS, que se ha incorporado esta semana a la vida del chico para agilizarle todos los trámites necesarios para su vuelta.

Especializada en este tipo de servicios, la agencia Internacional SOS se presentó en el hospital en el que permanece convaleciente Cristian respondiendo a una llamada de favor surgida de Valencia.

Allí, una amiga de María, la madre de Cristian, conoció la noticia (la situación del joven surfero cántabro ha alcanzado considerables dimensiones mediáticas tanto en España como en México) y se puso a disposición de la mujer, a la que contó que, quizá, su marido, un reputado empresario balinés, pudiera hacer algo por ayudarles utilizando sus influencias en Indonesia.

Dicho y hecho, el hombre contactó con un alto cargo de la compañía al que puso al corriente de la situación del surfista cántabro y pidió como un favor personal el máximo interés.

Según ha podido saber este periódico, la agencia está maniobrando ya en los dos frentes posibles; en Bali y en España.

En Bali, personal de la compañía está agilizando los trámites médicos y burocráticos necesarios para proceder a la repatriación del joven, al que también están ayudando a buscar un avión en el que poder acomodar a Cristian.

Aunque a última hora de la noche de ayer aún no lo habían cerrado, al menos de forma definitiva, todo parece indicar que el muchacho y sus acompañantes en Bali habrían encontrado plazas disponibles en un vuelo con salida prevista a las ocho de la tarde (hora local) de este viernes.

Sería un vuelo de línea regular, pero no en unas circunstancias normales sino muy especiales.

Adaptar la 'business class'

Dadas las condiciones en las que va a embarcar el surfista cántabro -que tendrá que efectuar el trayecto tumbado incluso en las maniobras de despegue y de aterrizaje y necesitará de varias transfusiones de sangre durante el largo vuelo-, será imprescindible adaptar la sección de 'business class'.

Así, para la comodidad del enfermo y del médico que le acompañe, que deberá transportar todo el instrumental preciso para esta misión, será necesario ocupar una parte amplia de la primera clase de la cabina; no menos de tres asientos.

De ahí el precio en apariencia desorbitado que el surfista va a tener que pagar para poner fin a su calvario, alrededor de los 50.000 euros, gracias a la generosidad de una surfista californiana.

Y en España, personal de la compañía está efectuando ya los preparativos para la llegada del muchacho a Madrid, donde será recogido en la misma pista de aterrizaje y embarcado rápidamente en un avión con destino a Santander, donde quedará ingresado en el Hospital Valdecilla para iniciar un tratamiento contra la leucemia.

Ni la enfermedad que le ha sido diagnosticada (una leucemia hiperleucocitósica aguda), ni la encerrona que le hizo su compañía de seguros, ni el trance por el que está pasando sometiéndose a varias transfusiones de sangre al día para poder mantenerse todavía con vida, ni las dificultades que está teniendo para reunir el dinero que necesita para poder volver a casa, ni los problemas que ha encontrado para encontrar un vuelo... Nada ha podido con el buen ánimo de Cristian, que, aún atravesando por momentos de bajón, ha mostrado su mejor cara en las redes sociales.

Más animado por tan buenas noticias, el joven surfista cántabro, que está a punto de poner fin a su viacrucis personal, escribirá en las próximas horas a sus familiares, a sus amigos y a sus simpatizantes (que crecen en la medida en que crece el interés por su caso) para concretar algo más sobre el vuelo que finalmente podrá traerle a España para que pueda descansar y ponerse en manos del Servicio de Hematología del Hospital Valdecilla, donde esperan ansiosos su llegada.

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