Cómo aprender a madrugar

El cuerpo es como un reloj

El cuerpo humano es mucho más inteligente de lo que pensamos. Si nos levantamos cada día a la misma hora el cuerpo se acostumbra, haciendo que salir de la cama se vuelva menos costoso. Con el tiempo, nuestro reloj interno se programará y nos despertaremos siempre a esa hora.

Si te acuestas siempre tarde...

Si cada día te vas a dormir a las tantas, madrugar no solo se va a convertir en una tarea dificil, sino que se transformará en algo imposible. Si hay una cosa clara es que nuestro cuerpo necesita descansar para rendir, y pese a que podemos forzarlo un tiempo a levantarse pronto aunque nos vayamos a dormir tarde, a la larga nuestro cuerpo necesitará descansar las horas suficientes para rendir al 100%. Las personas necesitamos entre 6 y 8 horas de descanso. Para despertarse temprano, lo primero es empezar a acostarse más temprano.

A veces la noche nos activa

Puede ocurrir que la noche sea el momento del día en el que estamos más activos, lo que explica que nos acostemos tarde y que, en consecuencia, nos cueste más levantarnos al día siguiente. Hay personas 'nocturnas', que son más activas por la noche que durante el día y es durante estas horas en las que más rinden. Pero podemos educar a nuestro cuerpo para combatir esta nocturnidad, aprendiendo a activarnos durante el día para estar más cansados durante la noche. Si te cuesta dormir, puedes leer un libro o relizar cualquier tipo de actividad que te incite a descansar, estando quieto para propiciar el sueño, como ver una película o el capítulo de una serie.

Aleja el despertador

Son muchas las personas que quieren levantarse pronto y para ello ponen el despertador, pero antes de despertarse por completo y casi sin darse cuenta apagan la alarma y siguen durmiendo. Puedes evitar esto dejando el despertador lejos de tu alcance para obligarte a levantarte de la cama, dejar las cortinas abiertas para que el cuerpo se acostumbre a la luz y te cueste más volver a dormir...

Ojo con el alcohol

Hay personas que tomar una copa de vino o similar para ayudarles a dormir. Pese a que es cierto que el alcohol conseguirá que nos durmamos más rápidamente, los efectos no son los esperados. El alcohol provoca intermitencias en el sueño, por lo que aunque nos durmamos más rápidamente, puede ocurrir que nos despertemos en mitad de la noche o no descansemos correctamente, lo que hará que estemos más cansado a la mañana siguiente. Si quieres acostumbrar tu cuerpo a madrugar, debes alegarte todo lo que puedas del alcohol.

Posponer la alarma, ¡gran error!

Es uno de los mayores errores que podemos cometer, y que además hace que nos sintamos más cansados. Cuando posponemos la alarma y seguimos durmiendo, le estamos diciendo involuntariamente a nuestro cuerpo que debe comenzar otro ciclo de sueño. Al interrumpir este ciclo al poco tiempo nos encontraremos más cansados. ¡Nunca hay que posponer la alarma!

El sol, gran aliado

La melatonina es la hormona que nos ayuda a dormir cuando estamos relajados. Al contacto con la luz solar, nuestro cuerpo deja de segregarla, provocando que nos despejemos. Deja las ventanas abiertas para que entre la luz en la habitación, así conseguirás que te sea más fácil despertar.