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¡Feliz Navidad!

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La maquinaria de las fiestas ya ha echado a andar a 130 días del 25 de diciembre. La venta de lotería y las fábricas de turrón están a tope

guillermo elejabeitia

Martes, 16 de agosto 2016, 03:27

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Mientras media España se relaja en la playa y la otra media busca refugio bajo el aire acondicionado, la maquinaria de la Navidad ya se ha puesto en marcha para exprimir los 684 euros de media que se gastará cada familia en las fiestas. Las administraciones de lotería (las de los pueblos y las del litoral) hacen su agosto vendiendo décimos a los veraneantes, las fábricas de turrón ya trabajan a pleno rendimiento y en La Estepa se preparan para producir 2,5 millones de kilos de polvorones. En el Reino Unido no andan a la zaga, los grandes almacenes ya han desplegado la parafernalia navideña y una calle de Londres se ha cubierto de nieve artificial para rodar un anuncio de Navidad. Todavía faltan 130 días para que Papá Noel allane impunemente moradas de todo el mundo, pero en Selfridges ya le esperan con las puertas abiertas de par en par. El gigante británico del 'retail' inauguró el primer día de agosto en su establecimiento de Oxford Street una planta completa llena de todo tipo de fruslerías con aroma navideño. Guirnaldas, luces de colores, bolas brillantes, calcetines con iniciales, moldes para tartas, cajas de música... y así hasta 50.000 artículos de dudosa utilidad. Lo llaman la 'Summer Christmas Shop'.

Frente a las críticas de quienes consideran que tal alarde de previsión resta magia a la llegada del 25 de diciembre, los responsables de la cadena echan la culpa a los turistas extranjeros que pasan por Londres. «Tenemos muchos clientes que vienen de todo el mundo en busca de souvenirs festivos que no pueden encontrar en sus países de origen», asegura Geraldine James, la responsable del departamento. Por lo visto, además de las clásicas bolsitas de té y de las galletas mantecosas, la artillería navideña es otra de las mercancías que gusta llevarse de recuerdo a quienes visitan estos días las islas británicas.

Aunque también se puede ver por los pasillos de los grandes almacenes a un puñado de fanáticos locales que no quieren dejar escapar el último modelo de farolillo o el arbolito de plástico más conseguido. «Les gusta venir pronto para asegurarse que tienen acceso a la mejor selección de productos», advierte circunspecta James. Eso es previsión. Parece mentira, pero la apertura de este año no ha batido el récord de la campaña más temprana. Fue en 2011 y se adelantó dos días hasta echar raíces en el mes de julio.

No lejos de Selfridges, los vecinos de la zona de Islington han debido de quedarse helados al asomarse a la ventana en pleno agosto y ver la calle con un manto de nieve. No es una broma pesada del cambio climático, sino el rodaje del esperado anuncio navideño de Marks&Spencer. Dos semanas de filmación en los que el barrio de estilo georgiano se ha llenado de niños vestidos con bufanda y gorro, árboles iluminados y hasta helicópteros cargados de regalos. No han desvelado detalles de la trama pero, a tenor de los retazos que se han podido captar desde las inmediaciones, se espera una apoteosis de lujo y sentimentalismo en la que tendrá un papel protagonista un perro pastor australiano.

Presupuesto millonario

La firma se ha marcado como objetivo presentar una campaña capaz de eclipsar a la de su competencia directa, que el año pasado le comió la tostada. Entonces Sainbury conquistó al público con la historia de un calamitoso gato y John Lewis, otro comercio rival, le tocó la fibra con el cuento de un adorable ancianito que vive en la luna y recibe un inesperado regalo de una niña. Esta vez Marks&Spencer se ha gastado una fortuna en reservar la plaza más pintoresca de Londres como escenario para su fantasía de Pascua. Los residentes han recibido 3.000 libras esterlinas diarias -casi 3.500 euros- por el uso de sus casas y se calcula que la marca podría estar manejando un presupuesto superior a los 8 millones de euros que se gastaron el año pasado sus rivales.

En España todavía no hay noticias de los anuncios más famosos de las fiestas. Ni una pista de lo que se sacarán de la manga esta vez Freixenet o Loterías y Apuestas del Estado, que suelen iniciar la producción de sus spots en torno al mes de octubre. Pero no hace falta publicidad para que los billetes del sorteo de Navidad se despachen ya por miles. La venta arrancó el pasado 16 de julio y avanza a buen ritmo alentada por la costumbre tan veraniega de llevarse lotería del lugar donde se pasan las vacaciones. «La gente no quiere arriesgarse y compra allá por donde pasa, no vaya a ser que toque», cuenta Beatriz Ariza, propietaria de la administración Puerta del Mar, de Marbella. «Y no un decimito, no, compran fuerte, también para la familia y los amigos», revela. De vuelta a casa comenzará el tradicional intercambio de cromos entre parientes con el afán de peinar el mapa de España a base de boletos.

En los municipios costeros el verano es la «temporada alta» para los loteros. Solo en el mes de agosto Ariza despachará casi la mitad de los 2.390 billetes que su administración tiene del sorteo de Navidad. «Luego en septiembre da un bajón tremendo y hay un repunte en diciembre, pero ya de gente que vive aquí, no de turistas». En Doña Manolita no hay bajón que valga. Las colas a las puertas de la que es probablemente la administración más famosa del país comienzan a producirse en pleno mes de agosto. E irán a más conforme se acerque el 22 de diciembre.

También han prendido la mecha de la Navidad en la fábrica de dulces La Estepeña, donde estos días se preparan para producir 2,5 millones de kilos de polvorones, mantecados, roscos de vino y alfajores. En marzo la maquinaria se puso en marcha para seleccionar la materia prima, elaborar el catálogo de productos y firmar los contratos de distribución. Desde mediados de julio en una nave industrial de 20.000 metros cuadrados a las afueras de la localidad sevillana de La Estepa trabajan ya un centenar de personas. «Según se acerquen las fechas, serán el doble», afirma Marcos Galván, uno de los propietarios.

En Jijona no se quedan atrás. A comienzos de julio arrancó la producción en la fábrica que produce marcas tan conocidas como El Lobo y 1880. Aunque el precio de la almendra está por las nubes, este año auguran una buena campaña gracias a las exportaciones, que están subiendo un 12% en Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. El 87% sigue destinado al mercado interior, pero desde la asociación Produlce advierten que el turrón «se está empezando a convertir en un producto más atemporal». Como sea así, no habrá 'operación bikini' capaz de hacernos lucir palmito en la playa.

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