«Hay pilotos de drones que se pasan la legislación por el forro»

Y es que los profesionales del sector se deben enfrentar al intrusismo de «gente que se pone a hacer trabajos con drones de 12.000 euros sin ningún tipo de licencia de pilotaje y sin respetar la normativa vigente». Y es que se necesita contar además con un manual de operaciones con su correspondiente seguro de responsabilidad civil para mandáserlo a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), organismo dependiente del Ministerio de Fomento, antes de actuar como operador de drones, algo que muchos no hacen. «Las empresas que los contraten deben exigir que tengan sus papeles en regla para evitarse problemas legales en caso de accidentes», advierte Rivera.

Asimismo, hay aficionados que se dedican a hackear los controles de sus aparatos para que se eleven a más altura de lo permitido, «tres o cuatro kilómetros, lo que dé la distancia de la señal del radiocontrol del mando que los controla», señala Rivera que atesora más de 10 años de experiencia el sector. También se pueden burlar las restricciones del GPS y sobrevolar áreas urbanas. «Nuestros aparatos nos avisan automáticamente si se meten en un área restringida como aeropuertos o estadios de fútbol como San Mamés, pero hemos visto imágenes de Bilbao tomadas con dispositivos similares, algo que está prohibido por ley», se queja Alberto Rivera

Pese a todo, el técnico de Dronak sostiene que el uso de drones «no es peligroso si se utiliza de la forma adecuada, con cabeza». Eso sí, en el ámbito profesional, el sector espera un cambio de la normativa que permita el vuelo controlado de estos aparatos en ciudades u otras áreas restringidas «como cualquier otra aeronave». En todo caso, es preciso respetar las normas, sobre todo teniendo en cuenta que estos dispositivos «se han convertido en el regalo estrella de las navidades», apunta Rivera. Está claro que algo habrá que hacer para controlar a tanto dron suelto en los cielos, aunque sea a golpe de severas sanciones para aquellos que incumplan las reglas del juego, como sucede con los conductores en las carreteras. Se calcula que existen más de 2.000 registrados en España, según datos de AESA. «Todo un peligro si no se utilizan bien», reconoce este experto, como ha pasado con el incidente del sábado en Loiu.