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ana del castillo
Jueves, 14 de abril 2016, 18:39
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Cuando el patrón gallego Manuel Iglesias leyó la notificación con remite de Capitanía Marítima de Santander no dio crédito. Se quedó unos segundos pensando en quién podría estar gastándole una broma de mal gusto, pero nada más lejos de la realidad. En el expediente se le comunicaba que iba a ser sancionado con una «falta grave», según la Ley Penal y Disciplinaria de la Marina Mercante, por enarbolar en aguas cántabras la bandera española y la bandera gallega de forma ilegal. La normativa dice que ningún otro estandarte podrá estar izado si no lo está la española y que, en caso de que se lleve otra enseña, ésta no podrá ser superior a un tercio de la española. Iglesias llevaba en su barco, el 'Cabo Horno Dos', la española y la gallega, «a la misma altura y de igual tamaño».
El sábado volvió a su tierra aún perplejo por lo ocurrido. «Llevo desde los 14 años trabajando en el mar sin parar y jamás me había pasado nada parecido, ni aquí, ni en vuestra tierra a la que seguiré yendo porque los compañeros y la gente me trata muy bien», dice. El patrón, nacido en Ferrol, decidió renovar las banderas «porque estaban muy viejas» y compró unas nuevas antes de emprender su último viaje a Cantabria. «No pienso cambiarlas hasta que alguien me dé una explicación coherente», cuenta aún indignado por lo ocurrido.
REAL DECRETO 2335/1980
Artículo primero. Todos los buques y embarcaciones nacionales, mercantes, de pesca, deportivos y de recreo, de servicios portuarios, así como los artefactos flotantes, cualquiera que sea su tipo, clase o actividad, enarbolarán, como único pabellón, la Bandera de España.
Artículo segundo. Se reservará el asta de popa y el pico del palo mayor para la Bandera de España. Ninguna otra bandera ni enseña podrá permanecer izada si no lo está el Pabellón nacional y sus dimensiones nunca serán superiores a un tercio del área de éste.
Artículo tercero. Las banderas y enseñas reconocidas en los Estatutos de las Comunidades Autónomas podrán izarse en puertos nacionales y aguas interiores, pero siempre al mismo tiempo que el Pabellón nacional y con el tamaño que se determina en el artículo segundo.
Artículo quinto. Las infracciones que se cometan contra lo dispuesto en el presente Real Decreto quedarán sometidas a lo establecido en la Ley Penal y Disciplinaria de la Marina Mercante de veintidós de diciembre de mil novecientos cincuenta y cinco o a la Ley ciento sesenta y ocho/mil novecientos sesenta y uno, de veintitrés de diciembre, según corresponda.
La aclaración se la ha dado a este periódico Carlos Lalinde, Capitán Marítimo de Santander, quien ha explicado que la vulneración de esta ley puede rozar los 100.000 euros pero «es el instructor el que barema la sanción, en este caso de conformidad con 100 o 150 euros por falta grave». No es una normativa nacional nueva, lleva «varios años» en vigor y las Cofradías de Pescadores en Cantabria, País Vasco y Asturias están al tanto. «He hablado con comunidades vecinas para que no se olviden de que la bandera nacional debe ser izada en el puerto de Santoña porque lo marca la ley nacional. A veces llevan en los barcos la española más pequeña que la de la comunidad autónoma y eso es una sanción grave», explica Lalinde.
La Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria no duda en defender al compañero gallego. «Yo creo que tenía las dos banderas puestas sin maldad. He visto la foto y veo la bandera española y bien grande. Desde mi punto de vista la sanción es desproporcionada, pero la ley es la ley y la normativa está para cumplirla», explica Miguel Fernández, presidente de la Federación.
En la denuncia, interpuesta por agentes de la Patrulla Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil en el puerto de Santoña, el motivo de la sanción es «llevar la bandera gallega más grande que la española pero eso es mentira, son iguales. También dicen que por tenerla al lado y al parecer no se puede», narra Iglesias.
No es la primera vez que ocurre. «Ha pasado muchas veces, es habitual. Se ha sancionado a pescadores tanto cántabros como de fuera», matiza Lalinde. «Nosotros sabemos de otro barco asturiano que se encuentra en la misma situación también por las banderas», añade Fernández.
Pasado el trago, Iglesias, resignado, reflexiona: «Me hace gracia porque todos los edificios institucionales en Galicia tienen las banderas a la misma altura e igual de grandes. No tiene sentido en los mundos que corren que quiera a Galicia con amor de madre y a España con amor de padre».
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