Borrar
Una de las fotos que se han mostrado este miércoles en el juicio del 'caso Madrid Arena'.
La despedida de una víctima del Madrid Arena: «No puedo más, dile a mi padre que le quiero»

La despedida de una víctima del Madrid Arena: «No puedo más, dile a mi padre que le quiero»

Tras pronunciar estas palabras, Katia Esteban, una de las cinco fallecidas en la avalancha mortal, «dejó de hablar y dejó de respirar», ha declarado una testigo en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Madrid

EFE

Miércoles, 10 de febrero 2016, 17:56

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Audiencia Provincial de Madrid ha sido testigo este miércoles de nuevos y escalofriantes testimonios en la décima sesión del juicio que se sigue por el 'caso Madrid Arena'. Una joven que resultó herida en la avalancha ocurrida en la macrofiesta de Halloween del 1 de noviembre de 2012 organizada en el pabellón ha desvelado en la vista oral cuáles fueron las últimas palabras de Katia Esteban, una de las cinco fallecidas en la avalancha mortal: «No puedo más, dile a mi padre que le quiero».

Amor López es una de las testigos que ha declarado hoy y que era menor en el momento de los hechos. Tenía 17 años. Cuando la testigo llegó a la pista «no había excesiva gente» sino que la masificación se produjo cuando quisieron salir. Les dijo a sus amigos que quería salir de la pista y no sabe cómo se vieron «de repente encajados», con gente empujándoles, a punto de salir del pasillo.

De repente, se vio encajada en el tapón humano que se formó en el vomitorio mortal y fue allí cuando se empezó a agobiar porque sus pies «no tocaban el suelo». «En ningún momento» estuvo en el suelo, pero sí que llegó a tener «cierta inclinación». «Mis amigos vieron que me estaba muriendo y sacaron fuerza de no sé dónde y me sacaron», ha puntualizado mientras que reconoció que para poder salir de allí con vida pisó «a tres o cuatro personas».

«Dejó de hablar y de respirar»

Amor López ha asegurado no tener conciencia del tiempo que pasó ahí dentro, pero para ella fue «eterno». La joven tuvo a su lado a Katia Esteban, a la cual no conocía pero si escuchó lo que la dijo, ha explicado. «No puedo más, dile a mi padre que le quiero», ha señalado. Entonces, ha añadido, «dejo de hablar y dejó de respirar». Cree recordar que a la derecha había una puerta y se rompió. Sufrió bastantes lesiones a consecuencia de la avalancha. Cuando salieron de la misma, se encontró con unos amigos, aunque «a partir de ahí» no recuerda más cosas.

La joven ha señalado que la entrada se la compró un amigo, y le llegó un mensaje de whatsapp en el que le decían que estaba previsto que entrara «mucha más gente» de la que se había dicho en un primer momento. «No tuve que pasar ningún control en el evento», ha indicado. Solo tuvo que pasar unos tornos, pero no le pasaron la entrada por el lector. «Se quedaron la entrada las personas que estaban allí que nos metían prisa porque había mucha gente», ha asegurado. «Todo eran masificaciones, lo que había alrededor del Madrid Arena era una barbaridad; estaba todo el mundo bebiendo y no había Policía», ha añadido. Ella no llevaba el DNI porque era menor.

Ha reconocido que portaba «una botellita pequeña» en cada bota, y que no se la requisaron. Una vez dentro, subieron a la tercera planta y empezaron a bailar. Ha asegurado que «había muchísima gente que en la misma escalera subía y bajaba», por lo que había muchos empujones para poder acceder a un sitio u otro. López ha asegurado que accedió a la pista por el mismo sitio por el que salió.

«Si me tengo que morir aquí, me muero

Otra de las jóvenes que resultó herida en la tragedia del Madrid Arena ha detallado en el juicio cómo se quedó atrapada junto a una de las fallecidas Belén Langdon en el vomitorio que resultó mortal. «Estábamos cogidas de la mano hasta que llegó un momento que dije, si me tengo que morir aquí me muero».

Belén Sastre, que tenía 16 años en el momento de los hechos, llegó a las 11.00 al recinto con Langdon y un grupo de amigas, todas ellas menores de edad. Habían comprado la entrada en el colegio a un relaciones públicas por 30 euros una semana antes de la fiesta de Halloween, aunque luego «dijeron que se podía pasar con mucha facilidad porque no había ningún tipo de seguridad». De hecho, ha explicado que no pasó «ningún control» ni «ningún registro» ni les pidieron a ninguna el DNI cuando, ha recordado, todas eran menores de edad.

Ha relatado que se vio implicada en la avalancha cuando coincidiendo con el comienzo del espectáculo de Steve Aoki a las 03.30 trató de entrar a la pista para atravesarla e ir al baño con su amiga Belén por un vomitorio «pero las puertas la cerraron». Entonces se dirigieron al otro vomitorio, aquel que resultó mortal. «Ahí fue cuando todo el mundo quería entrar y nosotras salir, los puertas empezaron a empujar y es cuando Belén y yo fuimos las primeras en caernos». Fueron los minutos más dramáticos.

«Nos caímos de la mano las dos al suelo, le dije vamos a levantarnos pero estábamos boca arriba. De repente nos empezó a caer gente, fue tan rápido que no te da tiempo a reaccionar, nos empezó a caer muchísima gente encima, no veía nada, estábamos cogidas de la mano en el suelo y tenia el brazo completamente torcido. No sentía las piernas por toda la gente que había encima", ha explicado.

Pero lo peor estaba por llegar pues en un momento dado la joven ha reconocido que llegó a verse muerta. «Ella (Belén) gritaba me muero no puedo respirar. Y yo me dije, me muero ahora mismo, no puedo respirar, nadie me ayuda, era horroroso. Llegó un momento que dije si me tengo que morir aquí me muero. Me puse a rezar y me quedé inconsciente» hasta que, como ella ha dicho, «revivió». Una sensación que ha explicado de la siguiente manera: «Es como cuando sales de la piscina y estas sin respirar muchísimo tiempo. No entendía nada de lo que había pasado, todo el mundo estaba gritando y llorando». Nadie la ayudó después, ha añadido.

«Me pisaron todas la partes del cuerpo»

Otro de los jóvenes atrapados en el tapón humano, Miguel Hernández, ha declarado que una vez se cayó entre la multitud que dio forma a la avalancha, la gente que tenía encima le pisó «todas las partes del cuerpo». Asimismo, indicó que «no necesitó acceder por ningún control», y que solo tuvo que salvar una fila para poder entrar al recinto.

Una vez dentro del pabellón se dirigió a la pista central. Vio los «tres o cuatro primeros minutos» de la actuación del dj estrella de la noche, Steve Aoki y salió de la pista por el agobio junto a «unos cuantos amigos». Se quedaron atrapados a la mitad del mismo. Una vez que logró liberarse de la avalancha, él ayudó a salir a otras personas atrapadas.

La quinta testigo en declarar durante la jornada de este miércoles, Sandra Fuentetaja, ha afirmado que acudió al recinto municipal sobre las 00.30 de la noche con un grupo de amigos «bastante grande». Todos ellos llevaban entrada. «La pista estaba a rebosar, no entraba un alfiler», ha afirmado. Una vez se quedó atrapada por la avalancha, ha indicado que se le salió una rótula y tras colocarla como pudo, logró salir de allí.

«Nadie me miró la entrada»

Otra de las asistentes a la macrofiesta de Halloween ha asegurado este miércoles que ella y sus amigos «habrían pasado igual» al recinto municipal con un folio vacío que con una entrada porque nadie le miró el tiquet ni se lo pasaron por el lector. También ha contado que no hubo ningún tipo de requisa y que ni siquiera le registraron el bolso.

La joven ha afirmado que acudió al recinto junto a unos amigos sobre la 1 de la madrugada. Accedieron a empujones a la pista, y se quedaron en ella «lo que duró la fiesta». Ella quería ir al baño y para ello entró al vomitorio. Allí se quedó «acorralada», y se cayó al suelo, pero rápidamente volvió a entrar a la pista porque «no pudo salir hacia delante». «Era una situación que no te podías mover», ha puntualizado.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios