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Adrián Manuel Moreno es entrevistado junto a una bicicleta como la que robó.
A la cárcel por robar una bicicleta hace siete años: "No he matado a nadie"

A la cárcel por robar una bicicleta hace siete años: "No he matado a nadie"

La juez ha fijado para el 16 de octubre el ingreso en prisión de Adrián, un joven sevillano padre de dos hijos y que trabaja como cocinero, tras condenarlo a seis meses por un hurto cometido con 18 años recién cumplidos

Iñaki Juez

Lunes, 5 de octubre 2015, 19:21

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'El ladrón de bicicletas' es una de las obras maestras del gran director Vittorio De Sica. No en vano se la considera el filme más emblemático del neorrealismo italiano, ya que a lo largo de sus 93 minutos describe a la perfección la sociedad de ese país de la posguerra. Si hubiera nacido en esta época, seguramente De Sica rodaría la historia de Adrián Manuel Moreno, un joven sevillano que tendrá que ingresar en prisión el próximo día 16 de octubre para cumplir una pena de seis meses de cárcel por robar una bicicleta de alquiler hace siete años.

"No he matado a nadie", recuerda Adrián que vive sus últimos días en libertad "alterado, nervioso y agobiado". Y es que el joven sevillano considera su castigo de lo más desproporcionado ya que cometió el robo de la bicicleta de alquiler con 18 años recién cumplidos en compañía de un amigo menor de edad el 14 de junio de 2008 . Una chiquillada, que siete años después, le va a a pasar una desmedida factura. Y es que la vida de Adrián ha cambiado mucho desde entonces. Además de tener un trabajo como cocinero en un restaurante de la capital hispalense, también es padre de dos hijos, de dos años y siete meses de edad respectivamente. "Mi preocupación es darles de comer", ha manifestado, ya que su mujer carece de ingresos para poder mantener a la familia.

Y es que Adrián teme que se quede sin empleo por culpa de su inoportuna condena, ya que en el restaurante en el que trabaja estaban a punto de hacerle fijo cuando la juez de lo Penal número 13 de Sevilla, desoyendo las peticiones de clemencia, acordó su ingreso voluntario en prisión para el día 16 de octubre. El pasado mes de junio, la Audiencia Provincial confirmó la sentencia, tras lo que el Juzgado dictó un auto el día 22 de septiembre en el que le denegó la suspensión de la condena de seis meses de prisión ni su sustitución por una multa o trabajos en beneficio de la comunidad.

La juez argumenta en su auto que, "si bien el reo no es reo habitual, de su hoja histórico penal se constata la conducta de que no resulta merecedora de tal beneficio", añadiendo que ya fue condenado en 2010, "acordándose la remisión definitiva, y delinquiendo nuevamente inmediatamente después del periodo de suspensión, con lo que los beneficios previstos legalmente no han producido efecto resocializador alguno". Esos antecedentes servían a la magistrado a la hora de justificar su orden de ingreso voluntario en prisión prevista para el día 16 de octubre.

"Delincuente primario"

Como no podía ser de otra forma, el abogado del joven no está nada de acuerdo con la decisión judicial. En ese sentido, recuerda que Adrián "era un delincuente primario, con una edad muy joven e incluso fue el acompañante de un menor que asumió toda la culpa de 'tomar prestada una bicicleta'", de manera que "no se trataba de un reo habitual". Respecto a su currículum como delincuente, el letrado lo califica como "ridículo", pues fue condenado cuando tenía 18 años a diez meses por un delito de allanamiento de morada, pena cancelada a efectos penales, y a 32 días de trabajo en beneficio de la comunidad por un delito de conducción con permiso no vigente por pérdida total de puntos".

Da igual. Ahora a este joven solo le queda el indulto que su letrado ha solicitado al Ministerio de Justicia, alegando que su cliente "está plenamente insertado" en el mercado laboral, que tiene dos hijos a su cargo y que su mujer no tiene ingresos. Visto lo visto, seguro que este joven sevillano daría lo que fuera por volver al pasado y no coger esa maldita bicicleta, valorada en 1.200 euros, "sin disponer para ello de la correspondiente tarjeta de alquiler" y forzando su sistema de anclaje, tal y como figura en su sentencia condenatoria, aunque no se pudo probar que fuera él quien hizo el destrozo.

Lo demás es historia. Adrián y su amigo fueron sorprendidos por la Guardia Civil con su nueva bici por la A-376 y detenidos de inmediato. Y todo porque lo único que querían era un vehículo para volver a su casa tras pasar una noche de copas, que nunca son buenas consejeras. Ahora, Adrián deberá ir a la cárcel por una locura de juventud imperdonable para la Justicia española. Solo falta que un De Sica del siglo XXI cuente su historia y radiografie con ella las miserias de una sociedad española resquebrajada por la crisis y la corrupción.

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