Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
elcorreo.com
Lunes, 13 de julio 2015, 15:55
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
La nariz es una de las partes del cuerpo que más complejos despierta. Ya sea grande, pequeña, chata o aguileña, casi nadie parece estar contento con la forma de su nariz. Su principal función es respirar, pero también es un signo de personalidad que puede decir mucho de nosotros.
Según el tamaño
Las narices grandes se asocian con la capacidad de liderazgo. Muchas veces no resultan atractivas pero lo cierto es que demuestran personalidad y algo de egocentrismo. Las antagónicas, las narices pequeñas, suelen denotar creatividad y un poco de mal genio.
Según la forma
Las personas que tienen la nariz de forma alargada suelen ser ambiciosas y tener éxito en el trabajo y los negocios. Las narices cortas, por el contrario, denotan lealtad, sensibilidad y prudencia.
La nariz recta, popularmente conocida como 'nariz griega' suele ser un rasgo de personas inteligentes y que sienten una especial preocupación por el medio ambiente.
Si lo que buscamos es un buen amante, lo encontraremos en aquellas personas que tienen nariz puntiaguda. Estos individuos son constantes, siempre antentos y dispuestos a ayudar a los demás. Por otro lado, quienes tienen nariz aguileña pueden presumir de ser personas imponentes e independientes; y los que posean nariz romana, de insistentes, fuertes y organizados.
Por último, si lo que se quiere es disfrutar y pasarlo bien, nada mejor que juntarse con alguien que tenga nariz ondulada. Estas personas suelen tener una habilidad especial para las actividades de ocio y tiempo libre. Y si estamos en una situación complicada y necesitamos consejo, lo ideal es recurrir a una nariz nubia, que suelen denotar mente abierta y curiosidad innata.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.