Borrar
Kody Brown, un mormón de Utah, junto a sus cuatro mujeres, las hermanas Robyn.
Cuando con una mujer no basta

Cuando con una mujer no basta

Medio centenar de países admite la poligamia. En España está penada y en el estado de Utah los mormones pueden convivir con todas las féminas que quieran, aunque solo puedan casarse con una

antonio corbillón

Jueves, 28 de mayo 2015, 01:10

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

"Un ministro de Justicia polígamo... ¿cómo se le ocurre?". La doctora en Derecho hispanomarroquí Souad el Hadri no puede evitar cierta sorna al hablar del conflicto político-familiar que estos días es la comidilla en las calles de Marruecos. Hasta cuatro ministros del vecino del sur presentaron la dimisión este martes por haberse embarcado en los últimos tiempos en nuevos matrimonios. El más llamativo es el caso del ya exministro de Justicia, Mustafá Ramid, que cesó tras casarse con su segunda mujer. Curiosamente, Ramid era el impulsor de un nuevo Código Penal que contempla nuevas penas de prisión para las relaciones extramatrimoniales.

En realidad, el adulterio no era el delito de ninguno de los cuatro dimisionarios. Todos cumplieron la ley civil y la coránica con sus nuevas bodas. Pero en el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo, ahora en el poder, no han soportado que la vida privada de estos políticos diera munición de grueso calibre a la oposición. Y justo cuando están a punto de convocarse elecciones locales y regionales. Aunque la ley permita tener hasta cuatro mujeres, en Marruecos la cifra de uniones polígamas apenas alcanza el 0,26% de los matrimonios, menos de 800 casos al año. Pero cuatro en un mismo gobierno le han parecido demasiados a su primer ministro Abdelilah Benkirane.

La sociedad marroquí vive este debate con cierta normalidad. "Me declaro feminista y estoy en contra de la poligamia cuando la mujer se siente forzada -explica Souad el Hadri-. Pero también conozco a mujeres empresarias y liberales en Marruecos que lo aceptan porque no quieren a un marido en casa, siempre encima".

El reino de Mohamed VI es uno de los 47 países en los que la poligamia es legal. En el globo terráqueo, esta costumbre permanece concentrada en una gran parte del África magrebí, la musulmana negra y Oriente Medio. Con una excepción, el estado norteamericano de Utah la prohíbe pero permite la cohabitación, una puerta falsa por la que los mormones fundamentalistas pueden convivir con todas las féminas que quieran, aunque solo puedan casarse con una. En la British Columbia canadiense, la Policía Montada vigila a este grupo cristiano después de que sus tribunales cerrasen cualquier puerta a la 'alcoba comunitaria'. Las denuncias no cesan ante sus jueces.

Pero los problemas que genera la poligamia han saltado hace tiempo a las sociedades occidentales, receptoras de la mayor parte de los inmigrantes que vienen de países polígamos. Todos los códigos penales y civiles tienen normas claras en la materia. En España, la bigamia (casarse con un matrimonio aún vigente) puede acarrear hasta un año de cárcel. Al igual que en Francia o Italia. En cada uno de estos dos países se calcula que hay entre 10.000 y 20.000 familias poligámicas que burlan al Estado.

El problema en Europa

En España todavía no hay tantos pero hace 20 años que el conflicto llegó a los tribunales. Las dos viudas de Mor Diop, un senegalés que murió en 1995, reclamaron su pensión de viudedad. "Depende de dónde haya quedado viuda cobrará o no", explica de forma salomónica el profesor de Derecho Internacional Público e investigador en la materia, Carlos Pérez Vaquero. En los casos que se han presentado, unos tribunales han apostado por un reparto prorrateado del cobro (a cada una en función de los años de convivencia) y otros por negar cualquier derecho que no sea para la primera mujer. "Es terrible pero, si la poligamia es delito en España, no podemos reconocerlo aunque las otras mujeres queden desasistidas", asegura Pérez Vaquero. Su colega El Hadri piensa lo contrario y considera que "para combatir la discriminación contra la mujer hemos impuesto otra. Respetar la viudedad no supone que se legalice la poligamia".

España firmó convenios bilaterales de reciprocidad en materia de Seguridad Social con Marruecos y Túnez, países polígamos. Y algunos tribunales han extendido los derechos a cualquier demanda de otros países. La solución pasa porque "el Tribunal Supremo unifique doctrina de una vez", zanja el profesor Carlos Pérez.

Sin embargo, el problema crecerá en el futuro. Souad el Hadri, que dedicó una tesis doctoral al tema, relata casos de las comunidades africanas radicadas en España que mantienen estos ritos a escondidas. "Los jueces ya pueden cambiar el 'chip' -avisa- porque en unos años no va a ser un problema de inmigrantes sino de ciudadanos españoles polígamos". Situaciones en las que se arreglan matrimonios opacos para la justicia española pero que pueden generar conflictos en derechos sociales y sanitarios. "Conozco casos de segundas mujeres que renuncian a sus hijos y los envían junto a la primera esposa para que haga de madrastra pero les pueda dar un futuro en Europa".

Desde una vida a caballo entre España y Marruecos, El Hadri rechaza sin medias tintas la poligamia "cuando obliga a la mujer a aceptar bodas forzosas por motivos económicos". Pero en sociedades como la marroquí, la liberación femenina pasa también por "muchas mujeres a las que les interesa un hombre casado cerca para ser más libres". El ser humano ha evolucionado tanto que "reivindica lo que la ley les ha quitado. ¿Qué pasaría si Europa tratara de legislar la vida de las parejas libres que no figuran en ningún lado?".

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios