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Cientos de visitantes recorren en marea baja la espectacular playa de las Catedrales, en la costa de Lugo.
Playas de acceso restringido

Playas de acceso restringido

Galicia reabre el debate sobre el cobro por acceder a algunos arenales al proponer la limitación de visitantes al de las Catedrales

PATRICIA ABET

Miércoles, 25 de marzo 2015, 01:45

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La particular orografía de la playa de las Catedrales, erosionada durante milenios por los embates del Cantábrico, hace de este arenal de la Mariña lucense toda una referencia turística en el norte de España. En los últimos años se ha convertido en el monumento más visitado de Galicia después de la catedral de Santiago. La pasada Semana Santa se contabilizó la llegada diaria de más de 20.000 personas a una playa de apenas un kilómetro de longitud, que solo es accesible cuando la marea está baja. Para poner coto a los problemas de tráfico y el deterioro por esta peregrinación de turistas, el Ayuntamiento pidió ayuda a la Xunta, que inició la redacción de un plan de conservación atendiendo a la categoría de monumento natural de las Catedrales.

Entre las iniciativas señaladas en el plan -basado en la opinión de expertos en distintas áreas- destaca la implantación de un cupo diario de visitas. Los técnicos sostienen que lo ideal serían 4.967 personas como máximo para garantizar su conservación. De ahí que la Xunta pusiese sobre la mesa la opción de distribuir pases de acceso por internet, que serían gratuitos, y reservar un tanto por ciento para obtenerlas en 'taquillas' a pie de playa.

Este plan fue tomado como referencia por otros arenales españoles, como el de Ses Illetes en Formentera, que hace unos meses anunció que podría aplicarlo para limitar la llegada masiva de visitantes.

En el caso gallego, la idea era que el plan de conservación entrase en vigor este mismo verano. Pero desde el concello no están ahora de acuerdo. Tras meses exigiendo una estrategia que canalice las visitas masivas en momentos puntuales del año, el alcalde de Ribadeo ha dado un paso atrás esta semana para pedir que las medidas previstas por la Xunta se relajen. Teme que la limitación tenga un "efecto contraproducente" y propone un tipo de visita como la que se realiza en el Teide, donde se controla la entrada "a ciertas zonas" si la capacidad de carga roza el máximo permitido.

Desde la Xunta insisten en la necesidad de fijar un cupo, pero descartan el cobro de entradas. De hecho, en España las playas son todas de dominio público y hay que permitir siempre el acceso, a diferencia de otros países. Así, en Italia es común que las playas sean otorgadas en concesión. Muchas son gestionadas por hoteles y empresas privadas y, aunque legalmente se debería garantizar el derecho al libre acceso, en la práctica hay ayuntamientos que restringen su acceso. En Estados Unidos, las playas pueden ser de uso privado. En Florida, por ejemplo, el 60% de ellas lo son. Grecia exige el pago por poder acceder a algunos arenales, como el de Garganta de Samariá, en Creta. Y la República Dominicana vivió en 2009 un intenso debate debido a la aprobación del derecho a la propiedad privada alrededor de ríos y playas. Uno de los más famosos arenales restringidos es Playa Bávaro, en la turística Punta Cana.

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