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Los Mossos d'Esquadra utilizarán pistolas eléctricas en casos concretos.
Pistolas eléctricas para la Policía de Cataluña

Pistolas eléctricas para la Policía de Cataluña

Los Mossos d'Esquadra utilizarán este tipo de armas este año, aunque su uso quedará reducido a situaciones extremas

elcorreo.com

Martes, 24 de febrero 2015, 00:32

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Los jefes de guardia de cada comisaría de los Mossos d'Esquadra recibirán en el transcurso de este año una pistola eléctrica para que, tras un período de formación, la usen en casos "determinados y concretos", según ha anunciado el conseller de Interior, Ramón Espadaler.

Fuentes policiales han explicado que el uso de estas armas se limitará a dos supuestos de intervención de alto riesgo. El primero de ellos, en reducciones complejas de personas que oponen violencia agresiva, cuando se determine que el empleo de la fuerza o la intervención de un elevado número de agentes se podría sustituir por la descarga eléctrica, que inmoviliza una parte del cuerpo de la persona a reducir durante apenas cinco segundos. El segundo ámbito en el que se podrán utilizar será cuando haya una persona que se quiera suicidar o autolesionar, o que amenace a terceros -o incluso a policías- con arma blanca o con una actitud violenta, para poder inmovilizarle temporalmente para reducirle y que desista de sus intenciones agresivas.

Un protocolo policial regulará el procedimiento de uso de estas pistolas eléctricas. Su distribución requerirá la modificación previa de la normativa que regula el uso de herramientas policiales en los Mossos, que ahora no las contempla.

La Generalitat establecerá un plan de formación, en el que los alumnos recibirán una descarga para que sean conscientes del poder del arma que estarán autorizados a utilizar en casos muy concretos. Esta formación tendrá una fase inicial y posteriormente se irán haciendo clases de mantenimiento, según las mismas fuentes.

Espadaler ha defendido el empleo de este arma, que rechazan frontalmente diversos colectivos sociales, porque se trata de una "herramienta no letal" que puede ayudar a los agentes a mejorar su labor y es menos lesiva que otros instrumentos, como las pistolas de fuego. Su uso es una histórica reivindicación de los sindicatos de los Mossos para facilitar la inmovilización de personas alteradas que ofrecen resistencia al ser reducidas. La Policía autonómica catalana ha protagonizado en los últimos años sonadas actuaciones con un uso desproporcionado de la violencia, que le han puesto en el ojo del huracán.

Este tipo de armas es utilizada por las fuerzas de seguridad de más de 100 países en todo el mundo, según los datos que aporta Taser, el principal fabricante del sector. La Ertzaintza ha rehusado incorporarlas.

La pistola eléctrica se puede utilizar de dos maneras: por contacto directo con el cuerpo o mediante un disparo. Envía dos proyectiles que pueden llegar a 7,6 metros de distancia hasta impactar contra un sujeto. La persona contra la que se emplea recibe una descarga de pulsos eléctricos de hasta cinco segundos en su sistema nervioso, que inmoviliza sus funciones motoras. Acto seguido, pierde el control de brazos y piernas, ya que sus músculos se relajan. Ese es el momento en el que la Policía puede controlar la situación.

El disparo lleva una carga de 50.000 voltios, pero al impactar contra el cuerpo humano, sólo recibe cortos pulsos de 400 voltios que, según Taser, es una corriente extremadamente baja e inofensiva. Los expertos aclaran que el problema no son los voltios, sino el amperaje. El modelo que utilizará los Mossos de Esquadra aplica 0,0021 amperios, que si se comparan con los 16 que produce una toma de corriente de 110 voltios no es muy alarmante. El problema rádica en el número de veces que el agente dispara las ráfagas de electricidad sobre el agresor porque aumenta la electricidad recibida por el cuerpo humano. La persona que recibe la descarga puede sufrir moratones o leves lesiones en la zona del impacto.

La pistola eléctrica funciona con baterías de litio que pueden producir hasta 100.000 pulsos eléctricos, que son aproximadamente 100 flashes de una cámara.

Las armas que utilizarán los Mossos d'Esquadra disponen de cámaras de vídeo y sonido para grabar todas las intervenciones en las que sea usada, un posicionamiento por GPS y un mecanismo que guardará el día y la hora y la duración del disparo para controlar su utilización y que no haya abusos policiales.

Una plataforma integrada por quince entidades sociales ha pedido en las últimas semanas que se prohíba el uso de pistolas eléctricas en Cataluña, al considerar que suponen un riesgo para la salud de las personas que reciben sus descargas y porque creen que pueden ser usadas para cometer malos tratos, ya que no dejan rastro.

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