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Urkullu visitó el parque Gernika, cuyo mural recuerda el bombardeo en la villa foral hace 80 años.
Urkullu reclama a ETA que asuma su culpa y pida perdón como las FARC

Urkullu reclama a ETA que asuma su culpa y pida perdón como las FARC

El lehendakari cree que su foto con Santos ayuda a proyectar a Euskadi «como un actor en el mundo»

Olatz Barriuso

Sábado, 3 de junio 2017, 00:59

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, dejó para el final de su viaje institucional a Colombia uno de los mensajes de mayor calado político que ha lanzado últimamente y aprovechó el proceso de paz que está a punto de poner fin a 52 años de conflicto armado para pedir a ETA que reconozca públicamente sus «responsabilidades» y pida perdón a sus víctimas como han hecho las FARC. El jefe del Ejecutivo de Vitoria se refirió, concretamente, a un acto celebrado el pasado 3 de diciembre en el que el líder guerrillero Jorge Torres Victoria, conocido como Pablo Catatumbo, pidió perdón a las trece familias de los diputados del Valle del Cauca secuestrados en 2002 que murieron cinco años más tarde en un fuego cruzado de la guerrilla. «Una tragedia horrible», como la describen en la Oficina del Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo, que ha impactado al lehendakari. Las víctimas, con fotos y velas por sus familiares, aceptaron el gesto de Catatumbo «para tener paz en nuestros corazones y hacer posible la reconciliación entre los colombianos».

¿Es posible algo así en Euskadi? Según Urkullu, además de posible es «necesario» que ETA reconozca en público su responsabilidad y la injusticia del daño causado. El presidente vasco lanzó esa exigencia a la banda menos de dos meses después de su desarme definitivo y al hacer balance de su gira institucional de cinco días por Colombia, donde ha logrado su ansiada fotografía con el presidente Juan Manuel Santos, reciente premio Nobel de la Paz. En su conferencia ante las autoridades académicas de la Pontificia Universidad Javeriana que los jesuitas tienen en Bogotá, el pasado miércoles, y ayer al repasar ante los periodistas los hitos de su visita oficial, Urkullu destacó la «autocrítica» que han asumido los grupos armados en Colombia, frente al «estancamiento» y el «enrocamiento» que en Euskadi están demostrando ETA y la izquierda abertzale, «que ha justificado políticamente la práctica de la violencia». El Gobierno vasco confía en que a medio plazo, ETA haga una declaración pública al estilo de las que han protagonizado las FARC.

De hecho, y aunque el viaje a Colombia se presentó como una misión eminentemente económica y empresarial, ha estado marcado de arriba abajo por las dificultades que el proceso de paz está atravesando en su recta final y en vísperas de un año electoral, lo que ha forzado a Santos, por ejemplo, a prorrogar veinte días el plazo inicialmente decretado para el desarme total de la guerrilla. La imagen de la visita ha sido, sin duda, la de Urkullu con el presidente de la República, a quien el lehendakari ha ofrecido no solo pleno apoyo institucional para que el camino hacia la paz no encalle, sino un acuerdo más amplio en el que Euskadi aportaría su experiencia en políticas de víctimas -para colocarlas en el «centro» de la acción política y no «politizarlas», subrayó-, centros de memoria y modelo agrícola y cooperativo, un activo importante para solventar las dificultades que para Colombia supone la gestión de las vastas extensiones de tierra hasta ahora en manos de las FARC.

Aunque Urkullu abogó por no quedarse en la mera imagen, sí reconoció que ese apretón de manos, logrado ya en Colombia con ingentes esfuerzos de la delegación vasca, es importante para proyectar la imagen de Euskadi en el exterior, su «singularidad propia», y «que los vascos sintamos con orgullo que somos un actor en el mundo». El lehendakari aprovechó, de hecho, la rueda de prensa antes de volar rumbo a Euskadi para reivindicar sus esfuerzos en materia de acción exterior, que están logrando, dijo, que tras décadas en las que a los vascos se les identificaba sobre todo con la violencia de ETA, sean ahora conocidos por su desarrollo económico, su modelo industrial y productivo y su sistema de protección social. «Merecemos ser conocidos y reconocidos», enfatizó.

Más de 90 embajadores

Es más, lamentó incluso que a veces no se dé la «importancia debida» a esa parte de su agenda y recordó, en ese sentido, que solo en su primera legislatura recibió a más de 90 embajadores de todo el mundo y que, antes de reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, que se interesó por «las políticas publicas de Euskadi», ya se citó en su día con su antecesor, Durao Barroso, con Herman Van Rompuy, expresidente del Consejo Europeo, o con el número dos de la Santa Sede, Pietro Parolin. «Es un esfuerzo obligado para un lehendakari», enfatizó. El jefe del Ejecutivo vasco destacó asimismo que se ha logrado otro de los objetivos «fundamentales» del viaje, «acercar» las empresas vascas a las instituciones colombianas, y celebró la firma en las próximas semana de un memorando de colaboración con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en temas de innovación, educación, ciencia y cultura.

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