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Octavio Igea
Domingo, 15 de enero 2017, 01:42
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El nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna (Bilbao, 1971), tiene aún gran parte de las estanterías del despacho vacías, pero su lista de prioridades es «bien clara». «No podemos perder más tiempo», pide al hablar del Tren de Alta Velocidad (TAV). Alaba la «lealtad» de las instituciones vascas y anuncia reuniones inminentes para aclarar de una vez por todas temas que llevan años empantanados. «Quiero que los accesos a las capitales estén definidos en febrero», asegura. También reconoce que, al ritmo actual, la infraestructura ferroviaria podría inaugurarse en torno a 2022, como anunció recientemente el Ejecutivo autonómico, y no en 2019 como decían sus predecesores en el cargo. «Nos movemos en ese escenario, pero vamos a multiplicar los esfuerzos para acortar los plazos. El año de Gobierno en funciones ha sido muy negativo».
El Ejecutivo vasco dijo hace un par de semanas que el TAV no echará a andar «al menos» hasta 2022. ¿Es correcto?
Aún no hemos establecido un plazo concreto, pero viene marcado por la situación del nudo de Bergara que estamos desbloqueando, los procesos de integración en las ciudades y el estado de la conexión Burgos-Vitoria. Si analizamos los tiempos de ejecución necesarios, nos moveríamos en escenarios similares a los que apunta el Gobierno vasco.
¿Puede ser más concreto?
No hay información suficiente aún para serlo. Vamos a tratar de multiplicar los esfuerzos para acortar los plazos que traslada el Gobierno vasco al máximo. Es el objetivo fundamental.
Llama la atención que sus antecesores en el cargo hayan mantenido hasta el final que el TAV estaría funcionando para 2019 cuando se veía que era imposible.
Ha habido un año de gobierno en funciones y eso condiciona mucho. El impacto ha sido muy negativo.
La 'Y' vasca lleva diez años ejecutándose. Iñaki Oyarzábal, su compañero en el PP, dice que la obra es «un cúmulo de despropósitos».
Es un proyecto complejo técnicamente y en ocasiones hay problemas constructivos muy singulares. Creo que es mejor hablar del futuro, y en eso estamos. Con el nudo de Bergara ya hemos tomado decisiones. Soy muy optimista.
¿El nudo de Bergara es la gran cruz del TAV?
Nuestra preocupación es todo el proyecto. En Bergara vamos a reducir de cinco a tres los tramos en los que se divide el nudo y ya estamos redactando los proyectos conforme a lo pactado con el Gobierno vasco. Queremos tenerlos listos en verano para licitarlos este mismo año e iniciar las obras cuanto antes.
En su reciente visita a Euskadi anunció el desbloqueo de todas las obras pendientes. ¿Qué pasos concretos van a dar a corto plazo?
Vamos a proponer al Gobierno vasco y a los ayuntamientos de las capitales celebrar tres reuniones técnicas en enero para debatir sobre los accesos de la alta velocidad. En febrero querríamos pasar a la negociación política, pactar los diseños definitivos y establecer una hoja de ruta para no perder más tiempo.
¿Quiere tener definidos los soterramientos en un mes?
Nuestro deseo es llegar al mayor grado de concreción. También es importante definir la financiación, la ordenación de los nuevos espacios que se generen...
¿Por qué cambia Fomento de opinión y acepta ahora soterrar los accesos de Bilbao y Vitoria cuando hace unos meses decía que eran «obras faraónicas propias de otro tiempo»?
No nos planteamos grandes desembolsos, pero vamos a hacer un esfuerzo porque el Gobierno vasco y los ayuntamientos también van a hacerlo.
¿Diferirán mucho los accesos de ambas ciudades de los bocetos que maneja el Ejecutivo autonómico? Estaciones soterradas sobre las que se levantarán bulevares.
No me atrevería a decir si serán esos porque debemos debatir muchas variables técnicas, pero las líneas a seguir son esas.
Cuentan con las plusvalías urbanísticas para financiar parte de la inversión, pero lo cierto es que el consorcio público que iba a pagar el soterramiento del AVE en Valladolid acaba de quebrar. Es un modelo similar al que se quiere utilizar en Bilbao.
No es similar. Vamos a seguir con los soterramientos, pero los proyectos deben atender a la nueva realidad del país y ser sostenibles económica y medioambientalmente. La diferencia de las capitales vascas es que aún podemos hacer proyectos realistas que sepamos que pueden salir adelante sin provocar problemas. Es la lección que nos deja la crisis.
¿Quiere decir que no van a fiar los soterramientos a las plusvalías que generen? ¿Las administraciones tendrán que invertir un poco más?
Lo que no podemos es hacer un planteamiento urbanístico inviable. No se puede dar un valor al suelo, al alquiler de locales o a la venta de viviendas que después no se pueda comercializar.
Vamos, que no se hagan casas de lujo aunque sea el centro de Bilbao.
Que no se hagan torres de viviendas de venta imposible, que no se hagan estimaciones de ingresos desmesuradas... a eso ayuda mucho la seriedad de los planteamientos que nos ha hecho el Gobierno vasco.
Retrasos en Álava y Bizkaia
¿Qué está pasando en los tramos vizcaínos y alaveses del TAV? No se habla mucho de ellos pero el Atxondo-Abadiño lleva dos años adjudicado sin iniciarse, el Galdakao-Basauri no avanza hace meses...
Hay problemas técnicos y buena parte de la culpa la tiene el año en funciones que ha pasado el Gobierno central sin capacidad de maniobra. Darles solución es prioritario en este comienzo de legislatura.
¿Cómo ve la relación entre los gobiernos central y vasco?
El Gobierno vasco está actuando con una lealtad exquisita que quisiera alabar. Ratifica que debemos responder con compromiso.
Les piden permanentemente que pasen de las palabras a los hechos.
Estamos dando muestras de voluntad evidentes y pasos concretos en la alta velocidad como la visita institucional (se reunió en diciembre con la consejera Tapia), la decisión del Consejo de Ministros para desbloquear el nudo de Bergara, los esfuerzos para solucionar los problemas en otros tramos, la llamada a los ayuntamientos por los accesos... eso son hechos.
¿El retraso en la aprobación de los Presupuestos del Estado puede entorpecer esa voluntad de impulsar la 'Y' vasca?
Tener un presupuesto es absolutamente necesario, pero muchas de las actuaciones que debemos impulsar ya están en ejecución. El compromiso económico ya estaba, solo hay que reactivar las obras.
El TAV se ha convertido en una parte importantísima del proceso negociador entre PP y PNV.
Eso no puedo decirlo yo. La negociación está empezando ahora y el objetivo es tener presupuesto durante el primer trimestre de 2017, así que queda mucho por hablar.
Ofrecer los soterramientos que desea el Gobierno vasco es una oferta de negociación irrechazable...
No se ha hecho pensando en una negociación presupuestaria sino como muestra de compromiso del Estado con los ciudadanos vascos.
Su evidente sintonía con algunos dirigentes nacionalistas ayuda al deshielo.
La sintonía de todo el Gobierno y la disposición al diálogo. El inicio de legislatura está siendo bueno, no hay peros.
Desde fuera se diría que la relación Vitoria-Madrid avanza una semana y retrocede la siguiente.
Yo creo que avanza. Desde luego, haremos lo imposible para que siga dando frutos.
¿Ha ocurrido lo mismo que en el nudo de Bergara? Tramos licitados por precios muy bajos que no se pueden acometer.
La casuística es muy variada. Hay empresas que han quebrado, hay dificultades técnicas, administrativas... de todo.
¿Cuántos tramos hay parados en el trazado Vitoria-Bilbao que ejecuta Adif?
Hay tramos con dificultades que se están solucionando con rapidez. En un mes ha habido grandes avances y en breve se estarán ejecutando todos con la mayor intensidad.
¿Es partidario de transferir las obras pendientes al Gobierno vasco para acelerar su ejecución tal y como ha reclamado hasta el lehendakari?
Es una cuestión que trasciende del Ministerio de Fomento, tendría que contar con una aprobación del Gobierno en su conjunto aparte de otro tipo de acuerdos. Ahora mismo la idea es que sea el Estado el que la acelere.
Se lo digo porque siendo alcalde de Santander solicitó que se transfiriera al Gobierno regional el proyecto para conectar la capital cántabra y Palencia con un tren de altas prestaciones.
Pero no se hizo, algo que sí ha conseguido el Gobierno vasco responsabilizándose de una parte del proyecto adelanta el dinero para la ejecución del ramal de Gipuzkoa. Y está haciendo los deberes muy bien.
«Que encaje todo»
¿Se plantean abrir la 'Y' vasca antes de que estén finalizadas las estaciones?
Habrá que ver si es posible. Lo que compartimos todos es que a medida que podamos ir abriendo tramos que permitan reducir tiempos de viaje lo vamos a hacer.
¿Se refiere a inaugurar el trazado del TAV por partes?
Ahora mismo no hay ningún planteamiento, pero si las obras que afectan al nudo de Bergara no condicionaran el ramal Vitoria-Bilbao y pudiera abrirse lo pondríamos sobre la mesa.
¿Y las estaciones?
Desde luego que si esperamos a que la estación de Bilbao esté totalmente adaptada para la llegada de la alta velocidad nos iríamos a plazos que nadie desea. Lo ideal sería ejecutarla en dos fases y que la primera contemple la construcción de la infraestructura ferroviaria.
¿Podría poner fecha a la apertura del enlace Vitoria-Burgos?
Estamos modificando el proyecto para reducir los tiempos de viaje y la inversión. En unos tres meses tendremos el estudio informativo del trazado definitivo. Técnicamente el enlace con Burgos no es la 'Y' vasca, pero es un eje esencial para la obra.
Permítame que insista ¿La idea es abrir la conexión a Burgos a la vez que la 'Y' vasca?
No hablaré de plazos, pero la idea es que todo encaje. La fecha definitiva englobará todo.
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