El PP de Bilbao retira su propuesta para eliminar a Sabino Arana del callejero tras una fuerte polémica

En la proposición remitida a la alcaldía se pedía que se aplicara la Ley de Memoria Histórica y que se buscaran otros nombres con un espíritu más «ecuménico». En la propuesta se solicitaba que se retirara el nombre de Dolores Ibarruri 'La Pasionaria' a la que consideran una «comunista que apoyó decididamente al sanguinario Stalin y que tuvo una actuación terrible en la Guerra Civil Española». Con respecto al general carlista Tomás de Zumalacárregui, los populares aseguraban que fue un militar «que bombardeó y sitió Bilbao». «No dedicamos una calle a la Legión Condor», apostillaban en referencia al grupo de aviación que bombardeó Gernika.

Pero la iniciativa -suscrita por el portavoz del PP de Bilbao, Luis Eguiluz, y la concejal popular Beatriz Marcos-, era especialmente dura con Sabino Arana, el fundador del PNV, al que tildaban de «ideólogo del más rancio nacionalismo-racista y cuyos pensamientos han acabado por posibilitar la existencia de fenómenos como la banda terrorista ETA». Este planteamiento se produce, paradójicamente, en el momento en el que los jeltzales y los populares están intentando abrir vías de encuentro en el País Vasco y acabar con las épocas de enfrentamiento e incomunicación.

«Una vergüenza histórica»

Precisamente los peneuvistas han reaccionado con contundencia, al considerar la iniciativa del PP vizcaíno «una vergüenza histórica», según ha asegurado el responsable institucional del EBB, Koldo Mediavilla. El dirigente peneuvista ha asegurado en su blog que no se trata de «una inocentada», sino «de un documento público para escarnio de sus firmantes». «No es una broma, ni una mala interpretación, sino «una des-facha-tez». «Creo que sobran las palabras. ¿Memoria histórica? Vergüenza histórica más bien diría yo», concluye el burukide.

La Avenida Zumalacárregui, a su paso por los túneles de Begoña.

Desde EH Bildu, su portavoz en el Ayuntamiento de Bilbao, Aitziber Ibaibarriaga, ha realizado un llamamiento al resto de grupos municipales para establecer «un cordón sanitario» ante las «posiciones extremistas y ultras» del PP bilbaíno, tras la «provocadora» iniciativa. Bildu también ha realizado una lectura política de este incidente y se ha referido la los contactos entre jeltzales y populares. «No es casualidad que el PP, formación que, además, es socio preferente del equipo de gobierno y en la que se apoya éste para sacar adelante sus principales proyectos, haya presentado ahora esta moción». Para Ibaibarriaga, la «desafortunada» declaración del lehendakari, Iñigo Urkullu, en referencia a los 224 presos asesinados el 4 de enero de 1937 en cuatro centros de Bilbao que se encontraban bajo custodia del Gobierno vasco -el lehendakari calificó los hechos de «injusticia» y consideró que debe realizarse una autocrítica- «han envalentonado a una formación que ha visto que le ponen la alfombra roja para aterrizar una política revisionista». En opinión del portavoz de la formación de izquierdas, «esto es lo que pasa cuando el PNV le pone alfombra roja, que el PP se muestra tal y como es».

La calle Dolores Ibarruri se encuentra entre la calle Santiago Brouard y General Salazar.

Desde las filas populares, el portavoz en el ayuntamiento de Bilbao, Luis Eguiluz, ha afirmado que su única intención era «reflexionar sobre el rasero usado para borrar nombres y no suscitar la polémica que se ha destapado». El dirigente del PP bilbaíno ha recordado que «en Bilbao se han sustituido ya nombres de calles y el próximo 1 de febrero se eliminarán los nombres de Alfonso Churruca, García Alonso y Hermógenes Rojo. Ante este hecho, nuestro objetivo era abrir el debate sobre cuál es el embudo y cuál es el rasero a ha hora de borrar nombres de nuestra historia». «¿Por qué sí mantener Sabino Arana o el militar carlista Zumalacáregui, por ejemplo, y borrar otros como el caso del jesuita Remigio Vilariño que ya ha sido eliminado y que se significó más por su labor social que por su filiación», se ha preguntado Eguiluz. «Nuestra pretensión era que los nombres del callejero sean escogidos siempre con el mayor consenso y aprobación posibles. Nunca hemos sido partidarios de planteamientos sectarios ni de utilizar la Historia y la Ley de Memoria como arma arrojadiza ni como argumento de bandos», ha agregado.