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Un grupo de mayores se dispone a votar.
¿Una sociedad cada vez más envejecida será más de derechas?

¿Una sociedad cada vez más envejecida será más de derechas?

La evolución demográfica vuelve a acuñar el término 'guerra civil fría' entre los partidarios del cambio, los jóvenes que estadísticamente son minoría, y una mayoría de más edad que parece preferir mantener el statu quo

óscar b. de otálora

Domingo, 3 de julio 2016, 02:18

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¿Existe una guerra civil fría entre las generaciones de mayores que aspiran a mantener el statu quo y los jóvenes que quieren el cambio? ¿Los resultados de las recientes elecciones generales, en las que el bipartidismo parece haber comenzado a superar los riesgos que le planteaba el 20-D con la irrupción de Podemos y Ciudadanos son un resultado de la demografía española, en la que los mayores duplican estadísticamente a los jóvenes? ¿Que efectos tiene en la política vasca, por ejemplo, que el número de ciudadanos entre los 40 y los 70 sea el doble que los que se encuentran entre los 15 y 39? ¿La brecha generacional pondrá en marcha una nueva política en los próximos años... que no se parezca en nada a lo que conocemos?

 El concepto de 'guerra civil fría' fue acuñado en mayo de 1969 por el periodista y ensayista francés André Fontaine, quien escribió un libro sobre las implicaciones de 'mayo del 68', en la que los jóvenes galos sostuvieron un enfrentamiento con el gobierno del general Charles de Gaulle. Se trató de una de las primeras revueltas juveniles de la historia, en la que la confluencia de estudiantes con el partido comunista y el sindicalismo puso contra las cuerdas al poder establecido. La batalla se saldó con una victoria de De Gaulle, que convocó elecciones y ganó sin problemas. El término 'guerra civil fría' se refiere desde entonces a un enfrentamiento ideológico dentro de una misma población -la guerra civil- que se expresa en los términos de la 'guerra fría' -una tensión contenida, una enfrentamiento sin violencia y en el que se lucha por la legitimidad y la victoria política-.

En Francia, el término 'guerra civil fría' se ha empleado recientemente para referirse a esta crisis social marcada por distintos intereses generacionales. En España, ha sido Felipe González quien se ha referido de forma descarnada a esta batalla silenciosa al referirse al 'Brexit'. «En Gran Bretaña los jóvenes han votado por su futuro en Europa y han perdido. Han perdido por la decisión de los mayores. Gran paradoja interna: el futuro lo deciden los que no lo tienen», escribió el expresidente socialista un día después del resultado británico, en el que las generaciones de más edad se impusieron al voto juvenil que apostó por la permanencia en Europa. La tesis implica que existe una pulsión por el cambio entre los votantes de menor edad, que se ve taponada por un voto más adulto que desea que se mantenga el status quo, expresado en el temor a perder las pensiones o los beneficios económicos adquiridos durante décadas.

Salto generacional en Euskadi

 Según el doctor en sociología y profesor de la UPV Imanol Zubero, «la variable de edad es cada vez más influyente en política, aunque es difícil de cuantificar y de movilizar». El experto, no obstante, pone un ejemplo de este conflicto de intereses entre generaciones detectado en el País Vasco. «En Euskadi el salto generacional es obvio en las cuestiones de la memoria histórica o de ETA. Todo lo que tiene que ver con el terrorismo se ha amortizado ya para las generaciones más jóvenes, que no guardan ningún recuerdo de lo que fueron aquellos años ni tienen el interés que podemos tener los más mayores».

Aunque Zubero reconoce que aún no hay suficientes datos para analizar cómo será este enfrentamiento generacional en términos políticos, sí que admite que existe una diferencia por edades que marca las opciones electorales y, con ello, la gestión del poder. «En las pasadas elecciones del 20D, si solo hubieran votado quienes tienen entre 18 y 44 años Podemos y sus confluencias habrían ganado claramente las elecciones; el segundo partido sería Ciudadanos, el tercero el PP y el PSOE quedaría en cuarta posición. Con el voto de la población de entre 45 y 64 años el PSOE estaría en cabeza, con el PP en segunda posición. Si solo hubieran votado los mayores de 65 años, el PP habría obtenido mayoría absoluta», escribía recientemente Zubero. En su opinión, «es evidente que existe una fractura social marcada por la edad. Hay que tener en cuenta que hay generaciones que se han criado en la Europa que surge de la Segunda Guerra Mundial, motivada por conceptos como la paz, la estabilidad o el estado del bienestar. A partir del año 2000, cuando la crisis pone patas arriba esos conceptos, surge un conflicto de intereses entre las generaciones que ven que se quedan apeadas de esos beneficios y los que quieren mantenerlos», afirma. No obstante, añade que otro de los focos de tensión, tan difícil de evaluar como el de la edad, puede ser el de género. Con respecto a la movilización que pueden suponer estas brechas sociales, Zubero pone un ejemplo de cómo los partidos han sido capaces de detectar la existencia de estos saltos sociales. «Cuando Pablo Iglesias da su mitin en Vitoria, en lo que insiste es en que los abuelos vayan a votar con sus nietos. Sin duda, era consciente de que debía contar con la papeleta de los mayores para garantizarse un éxito electora», destaca.

Diferencias insuperables

Desde el punto de vista demográfico, la diferencia generacional es evidente y muestra una diferencia tremenda entre grupos de edad. El número de españoles entre los 45 y los 79 años, por ejemplo, es de 18.445.357, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El porcentaje de jóvenes, considerado entre 15 y 39, es de 11.533.326. Existe un espacio intermedio -los ciudadanos de entre 40 y 44 años- con 3.909.699 españoles. Si contamos a este grupo entre los jóvenes, todavía existe una diferencia de cuatro millones entre los más adultos y los menores. Extrapolando y asignado las edades a los votos de forma automática, se ve que existe una diferencia muy difícil de salvar para el voto joven y de cambio. Si por el contrario se considera que a partir de los 40 los intereses comienzan a moverse a favor del mantenimiento del statu quo, la diferencia es insuperable (22 millones de personas interesadas en no tocar el sistema frente a 11 que podrían aspirar a un cambio).

Pero de cara al futuro, este enfrentamiento generacional deja pocas opciones al cambio. Según el INE, dentro de 15 años en España residirían 11,3 millones de personas mayores de 64 años (un 34,1%). Y esta cifra se incrementaría hasta 15,8 millones de personas (un 87,5% más) en 50 años. En la actualidad, el sector por edad más numeroso es el de 35 a 39 años. En 2029 sería el de 50 a 54 y en 2064 el de 85 a 89 años.

No obstante, que el envejecimiento de la población suponga de forma automática un triunfo de la política conservadora no está comprobado. El sociólogo Enrique Gil Calvo ya teorizó hace una década sobre el surgimiento de lo que denominó 'poder gris', formado por aquellas personas de más edad que centrarán su actuación política y social en la defensa de sus propios intereses. Gil Calvo admite que la falta de precedentes históricos sobre un  envejecimiento poblacional como el actual (la esperanza de vida se ha situado en los 82 años cuando en hace tres décadas rondaba los70) dificulta realizar previsiones firmes. Pero teoriza sobre la posibilidad de que las nuevas generaciones de mayores, con un mayor nivel de estudios que sus precedentes, tengan unos intereses más abiertos que el mantenimiento de su status quo.

Las 'cinco emes'

El sociólogo reconoce que hay una serie de valores asociados a los mayores -«el conformismo conservador, la búsqueda de seguridad, el rentismo amortizador...»- pero quizás podría suponer en el futuro «un aumento de la prudencia y la sensatez, determinando el auge del moderantismo». En este sentido, el experto recuerda que cada vez hay más sectores de mayores que deciden posponer su jubilación, lo que implica que defenderán otras ideas que quienes ya se han retirado. Para el autor, una de las claves de futuro se encuentra en la gestión de las 'cinco emes' -«el pentágono de la discriminación formado por mayores, menores, mujeres, minorías y migrantes»-. En opinión de Gil Calvo, según cómo sea la relación entre estos colectivos será el tipo de política que surja en el futuro. Si actúan en la misma dirección para proteger su necesiddes, el conservadurismo tal y como lo entendemos podría tambalearse. Si su prioridad es la defensa de los beneficios personales, la 'guerra civil fría' la ganarán los más grandes. Y la estadística dice que, numéricamente, serán los más mayores.

 

 

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